¡Quiero contagiar a muchos de que sí, se puede!
Fueron las palabras de Angélica Cabrera, una vecina de barrio Jardín que días atrás se recibió de periodista. Tiene 56 años y es madre de siete hijos. Conocé su historia de vida.
Extrovertida e inquieta. Así se define Angélica Cabrera (56), madre de siete hijos y reciente egresada de la Tecnicatura Universitaria en Periodismo en el Centro Regional de Educación Superior.
Desde el momento en que la obtención de su título se volvió viral en las redes sociales, Angélica comentó a LA VOZ DE SAN JUSTO que no cesaron de llegarle interrogantes de gente mayor preguntándole cómo había hecho. "Un señor de 45 años me dijo que lo contagié con mis palabras en las redes" afirmó la flamante egresada y agregó que "sí, se puede hacerlo, la edad no importa, la pasión y las ganas sí".
Sus inicios
A los 21 años, Angélica se egresó del profesorado de educación inicial y se volvió a su pueblo natal, Castelar, para dar clases durante un año. Luego se casó y volvió a nuestra ciudad, alternando su docencia en las Escuelas 1001 y 1199 de la vecina ciudad de Frontera con el nacimiento de sus dos primeras hijos. La llegada del tercero, una niña, le valió la decisión consensuada con su esposo de quedarse a cuidar a los suyos.
"Me dediqué puramente a mi familia, iba a la iglesia a dar catequesis y ahí fue cuando me empecé a involucrar en las cuestiones sociales". Angélica comentó que acá no había grupos que estudiaran a fondo los problemas de la sociedad, como los suicidios, por lo que se empezó a involucrar activamente en ese tipo de causas. "En la época del cacerolazo tenía a mi hija más chica de un año y fui a marchar, porque me apasiona luchar, investigar y contar".
Pero fue el conflicto entre el campo y el gobierno lo que le despertó el interés por empezar a entender qué contaban los medios periodísticos. "Ahí fue cuando quise comenzar a tener elementos y herramientas para interpretar un titular, para entender las informaciones y desarrollar la actitud crítica" dijo.
El 2013, año de nuevos comienzos
Fueron alrededor de 25 años sin lenguaje académico, hasta que un día decidió ir por sus metas. "Yo trabajaba en Cáritas y Marcelo Suppo me envió al Teatrillo Municipal en representación de la institución, en el marco de la presentación de la extensión de la Universidad Nacional de Villa María en nuestra ciudad" relató.
En el medio de las sucesivas descripciones de las carreras que iban a ofrecer allá por el 2013, Angélica se sintió atraída por los contenidos y la currícula de Comunicación Social. "Cuando volví a casa le comenté a Juan, mi marido, la sensación que me había dejado oír esa descripción y tanto él como mis hijos me apoyaron totalmente a iniciar mis estudios". La Universidad es algo atípico dentro de su familia, ya que sólo Simón, su sexto hijo, continuó estudiando en el Conservatorio mientras que Martina, la más chica, comenzará el año que viene la licenciatura en Administración.
"Fue todo un desafío tomar la decisión de apretar el acelerador" expresó Angélica, ya que había perdido el hábito de sentarse a estudiar y las nuevas tecnologías no eran materia corriente para ella. Aunque fue paso a paso. "Empecé por tramos, poniéndome la meta del ingreso y sobretodo tratando de ver si me aceptaban en un ambiente juvenil, ya que tenía compañeros de 19 a 24 años" dijo. La aprobación de las materias del primer y segundo cuatrimestre la llenaron de entusiasmo y se fue contagiando, hasta que en el 2019 cumplió su sueño.
Lo que viene
Al ser consultada respecto a su futuro, teniendo en cuenta que la carrera cuenta con una licenciatura posterior a la tenicatura, la mujer indicó que en términos educacionales aún no sabe si va a continuar el trayecto. "Me gustaría ponerme a hacer radio, me apasiona la locución. De hecho ya tuve mi propio programa, La Cocina de Angie" comentó entusiasmada. Aunque la ciberciudadanía también está entre sus planes: "la entrevista directa por redes sociales a gente de los barrios para visibilizarla, desde un actor social hasta un artesano, es algo que no se ve recurrentemente y quiero ponerme a hacer".
De futuro incierto, pero con la satisfacción de haber cumplido una nueva meta, Angélica sabe que le queda un gran camino profesional por recorrer. Esto es sólo el comienzo de un nuevo sueño cumplido.