¿Quién era Paola Pirra?, la joven muerta de un balazo

La joven de 26 años recibió un disparo accidental en Frontera. Por el hecho, un primo de la víctima está imputado, aunque en libertad.
Paola Pirra murió hace una semana en la ciudad de Frontera, cuando recibió -aparentemente de manera accidental- un disparo en la espalda. Estaba en el patio de su casa junto a unos primos. Uno de ellos, Nahuel Pueyo (20), fue quien habría manipulado el revólver calibre 32 largo, desde donde salió la bala.
El grave hecho ocurrió en el interior del domicilio de Calle 102 743, en barrio San Luis de Frontera, en el límite con San Javier. La joven tenía 26 años, era madre de dos niños, de 11 meses y 8 años, Isaias y Maia. Tras recibir el disparo, Paola fue trasladada por un vecino al Hospital "J. B. Iturraspe", donde llegó sin vida.
Muy fotogénica, según se puede observar en su cuenta de Facebook, quienes la conocían de cerca la tildaban como una "muy buena madre". Y así lo escribían en la red social donde la recordaron de la mejor forma.
Su vida estaba dedicada al cuidado de sus hijos, con quienes vivía junto a su abuela Petrona, quien la tuvo con ella desde los 15 días de vida. Estaba en pareja con Alejandro, papá de su hijo más pequeño.
"Era una buena persona, muy cariñosa y también muy buena mamá", aseguraron desde su círculo íntimo. También señalaron que supo ser muy buena alumna pero que no pudo seguir estudiando porque fue madre de muy joven. Le gustaba leer y ver películas. Era "bastante alegre", también la definieron.
Tras su muerte fue detenido en la misma tarde del último sábado Nahuel Pueyo e imputado por la Justicia de Rafaela por supuesto "homicidio calificado por el uso de arma de fuego". Sin embargo, el lunes siguiente quedó en libertad aunque seguirá involucrado en la causa.
"Danos mucha fuerza para salir de esta maldita pesadilla que se convirtió en realidad", fue uno de los últimos mensajes que le escribieron a Paola en Facebook, a quien el destino le jugó en contra esa tarde en el patio de su casa donde una bala perdida le quitó los sueños.