Psicología: las consultas por ludopatía mantienen los niveles de la prepandemia

Los especialistas sostienen que las máquinas tragamonedas además de ser uno de los juegos de azar más populares constituyen la modalidad que más se repite en los pacientes con adicción al juego.
Entre todas las adicciones, la ludopatía sigue siendo una de las más preocupantes, manteniendo los niveles de la prepandemia. Aunque en San Francisco no se conocen estadísticas, un estudio realizado en Buenos Aires afirma que entre el 0,83% y 1,18% de la población sufre este trastorno que tiene serias consecuencias en la salud física, mental y en la vida social de las personas.
¿Qué es la ludopatía? Es una enfermedad que se caracteriza por un fracaso crónico y progresivo en resistir los impulsos de jugar apostando dinero. LA VOZ DE SAN JUSTO consultó al licenciado en Psicología, José Macello (MP-1352) quien respondió distintos interrogantes sobre esta patología. "El volcarse al juego, como a cualquier actividad autodestructiva, es un intento negativo de darle un significado a la existencia. Lo ideal es que el sentido de la vida se encuentre en un quehacer constructivo", dijo.
-La ludopatía o adicción al juego está reconocida por OMS y afecta entre un 1% y 3% de la población mundial. ¿Cuál es el panorama en San Francisco?
No me consta que exista una estadística del juego en San Francisco pero sí la Universidad Di Tella lo realizó en Caba y Gran Buenos Aires y arrojó como resultado entre 0,83% y 1,18% el porcentaje de personas que sufren este trastorno. La neurosis noogena (vacío existencial) es un denominador común a toda la humanidad, sin importar etnia ni clase social; lo importante es cómo cada quien intenta llenar ese vacío. El volcarse al juego, como a cualquier actividad autodestructiva, es un intento negativo de darle un significado a la existencia. Lo ideal es que el sentido de la vida se encuentre en un quehacer constructivo. De todos modos, experimentar el vacío interior no es algo necesariamente negativo, porque sin él no sentiríamos tampoco el impulso de mejorar. El entregar nuestra vida a un ideal, causa o personas (familia) es lo que nos puede hacer sentir plenos.
-Tras la apertura de las salas de juego, ¿las consultas por esta patología volvieron a los niveles pre pandemia?
En realidad, nunca bajaron significativamente, ya que al ser una adicción comportamental, quien está enfermo y no acepta terapia para recuperarse, se las ha ingeniado para seguir jugando, muchos de manera ilegal.
-Jugar en los tragamonedas, ¿es la modalidad que más se repite en los pacientes que acusan adicción al juego?
Sí, en la prepandemia. Durante la pandemia de Covid-19 se ha jugado más en los locales que venden lotería y afines. También hay que tener en cuenta el juego clandestino. Quien está enfermo, si no juega, experimenta una angustia que percibe como insoportable. Hay quienes lo pueden hacer en solitario y otros necesitan del grupo, del contacto humano. Muchos de ellos se conocen, no necesitan anunciar la reunión. La angustia que sienten al no jugar puede manifestarse como irritabilidad, generalmente con su familia. Por lo tanto, el juego se ha mantenido pero en distintos contextos.
Lic. José Macello
-Hay quienes dicen que la ludopatía no es una adicción buscada sino encontrada. ¿Esto referiría que si hay mayor oferta de lugares dedicados al juego de azar éstos pueden arrastrar a la compulsión?
No. El que sufre ludopatía no es consciente de forma cabal. Ser consciente de una compulsión implica -de acuerdo con la terapia cognitiva- conocer los sentimientos y pensamientos que nos llevan a esa conducta y la forma de modificarlos para que tenga lugar el cambio de comportamiento. Aceptar que no puede solo, buscar ayuda y dejar de mentirse que "mañana saldré adelante por mi cuenta". Sí se da cuenta del perjuicio económico que se causa a sí mismo y a su familia, pero la mayoría no busca ayuda en ese estadio sino cuando su pareja lo echa o se va, lo mismo que sus hijos, es decir, cuando siente un dolor emocional que no puede gestionar. Es labor del terapeuta llevarlo a tomar consciencia de lo que hace.
-¿Se puede prevenir el uso compulsivo o problemático del juego? ¿Cómo?
La mejor forma de prevenir los trastornos neuróticos es desde la casa, la familia; viviendo con valores. Esto no significa que se viva sin problemas, sino resolviendo los problemas de un modo existencial. Los miembros de la familia prestándose atención unos con otros, amándose. Lo que lleva muchas veces a descargar el estrés en el juego es la frustración. Si hermanos o cónyuges tienen un desacuerdo, y ven que esto los puede llevar a una pelea, antes de que eso ocurra hay que intentar trascender el motivo de la discusión y priorizar el vínculo que los une, luego podrán abordar mejor lo que les preocupa. Cultivando la paz mental es más difícil caer en una adicción. Es necesario actuar desde un inicio. Desde lo social se podría implementar la publicidad haciendo ver que se puede disfrutar de la vida cultivando las virtudes, como afirmaban los filósofos griegos, y no los vicios.
"El volcarse al juego, como a cualquier actividad autodestructiva, es un intento negativo de darle un significado a la existencia. Lo ideal es que el sentido de la vida se encuentre en un quehacer constructivo".
-¿Hay jugadores compulsivos y jugadores problemáticos? ¿Cuál es la diferencia?
El jugador compulsivo ha sido influido desde niño, por su familia o entorno cercano a escapar de la angustia que le produce el vacío existencial, incluso a pensar que la vida es un sinsentido, de ese modo busca sustitutos a la felicidad, como puede ser el juego, desarrollando una compulsión, se siente impulsado a jugar. En su conducta, niega su adicción, piensa que su suerte cambiará mientras pierde su dinero o patrimonio. Es tan fuerte la adicción al juego que hay a quienes no les importan las quejas de sus familiares ni las advertencias que lo dejarían solo, no registran que todo el fruto de su trabajo se va en apuestas. En este caso, la psicoterapia es ineludible, lo ayudará a confrontar mentalmente su comportamiento, pensamientos, sentimientos, dolores emocionales no resueltos y el alivio se dejará sentir.
El problemático, en cambio, es muy posible que esté influido por amigos o por circunstancias adversas que está viviendo y cree que encontrará alivio si gana; está convencido que ese momento llegará. La compulsión en este caso no tiene la intensidad ni la frecuencia del anterior. Cuando no se está influido por amigos que lo llevan a jugar, pues tiene un carácter débil y autoestima incierta, o cuando no está estresado, puede recapacitar y abstenerse de jugar por un tiempo. No llega a endeudarse de manera catastrófica y no rompe el vínculo con sus familiares. Si bien la terapia siempre es deseable por los beneficios que contiene, es importante en este caso que aprenda a gestionar el estrés, enriquezca su autoestima y se aleje del entorno que lo perjudica.
-¿La adicción la define cuántas horas se destinan al juego, a las apuestas?
El tiempo que le dedica, el tiempo que piensa en ellas, la frecuencia y lo que juegue, porque hay quien pierde cantidad de dinero y puede parar, pero hay quien se juega su casa, por ejemplo.
"Cultivando la paz mental es más difícil caer en una adicción".
-¿Cuándo podemos hablar de un problema con el juego? ¿Qué señales da la persona que lo sufre y podemos advertir?
El jugador compulsivo suele mentir como estrategia para poder hacer sus cosas sin sentirse descubierto o vigilado. Aduce hacer actividades solitarias como salir a caminar o visitar a un amigo que solo él conoce. Habla mucho y casi sin parar, pero de temas banales, sin importancia. Cree que así puede despistar de lo que realmente él piensa y hace. Contrae deudas que no puede justificar, siempre tiene problemas con el dinero. Le cuesta mantener la estabilidad laboral debido a que sus pensamientos están en otra parte y puede llegar a robar para obtener dinero. Se debe prestar atención cuando empieza a mentir. Al ocultar está evidenciando para sí mismo que está haciendo un acto hostil hacia sí y hacia su familia. El mentir al respecto lleva a que se justifique por lo que hace con frases como "solo me entretengo" o "ya verán cuando gane" y así, lo que comenzó como una costumbre inocente va convirtiéndose en una enfermedad que se solidifica.
-Investigaciones revelan una relación entre juego patológico y suicidio. ¿Por qué?
Según un estudio llevado a cabo por la universidad de Barcelona, el juego compulsivo acusa uno de los índices más altos de suicidios. Y es claro. Imaginemos la desesperación que debe sentir un hombre que pierde su capital y sus afectos. Se encuentra sin medios de supervivencia y no tiene en quién apoyarse. Apenas le queda la caridad ajena. De ahí se desprende la importancia vital de la prevención y el tratamiento.