Proyecto Crecer y un año absoluto

Por Manuel Ruiz

Pasó una semana de la noche épica de Porteña, donde las formativas de Proyecto Crecer vencieron a San Jorge de Brinkmann para, luego de nueve años, coronarse como campeones absolutos del torneo de divisiones inferiores de la Liga Regional de Fútbol de San Francisco.

Ese título fue para la institución de barrio El Prado el broche de oro de un año en el que la Primera División se clasificó por primera vez al Absoluto de Divisiones Mayores y además consiguió su lugar en la Primera A para la temporada 2026; la Reserva llegó a la final anual de la Zona Centro y en el que Proyecto Crecer A, el otro equipo del club en el certamen de formativas, también disputó, por primera vez, el Torneo Absoluto.

A pesar de ese balance, repleto de hitos, el Coordinador General del “Proye”, Lucio Girardi, está calmo y con los pies en la tierra mientras dialoga con LA VOZ DEPORTIVA.

“Con la alegría lógica, pero uno tiene los objetivos claros y sabe que el club sabe que está para otra cosa. El obtener algún título, ya sea en inferiores o en primera, el ascenso, es consecuencia del trabajo que se hace todos los días. Hace muchos años que venimos trabajando con un objetivo, que es el de formar a los jugadores y acercarlos al fútbol de élite. Esto es una caricia, porque en realidad hacía bastante también que se buscaba. A mí me da más alegría por los jugadores, porque hay muchos chicos que cerraron una etapa, y qué mejor forma de cerrarla que esta. Y también por los técnicos, porque hay técnicos que se han incorporado en los últimos años y no les ha tocado por ahí conseguir un Absoluto y sé que para ellos es muy importante”, dice Girardi mientras en la oficina del cuerpo técnico que comanda brillan los trofeos de los Absolutos de 2007, 2016 y el de hace una semana.

Más allá del éxito

Uno de los logros más importantes del club este año, y que no recibió un trofeo, viene de la mano de lo que propone Girardi, que es ni más ni menos que uno de los ejes fundacionales de Crecer: la formación. Este año, Proyecto Crecer A, luego de tres años y con una categoría menos (cada equipo que juega en inferiores de la Regional presenta por sábado 5 divisionales), también sacó boleto al Absoluto, lo que permitió que las 9 categorías que el club pone en cancha fin de semana tras fin de semana hayan estado en el certamen más importante y difícil del año.

“Hace tres años decidimos reflotar el Crecer A para que todos los chicos del club puedan jugar el torneo. Para nosotros es lo mismo, entrenan todos juntos y eso genera una competencia interna y siempre se va nivelando, lógicamente, para arriba. Uno busca eso, pero la verdad que meter nueve categorías en el Absoluto, en inferiores, es muy importante”, asegura.

En barrio El Prado, y desde escuelita hasta Primera División, se trabaja con una estructura difícil de emular en muchos clubes de la Liga: 23 entrenadores, entre directores técnicos y preparadores físicos, algo que tampoco gana títulos oficiales, pero que permite que acceder a eso sea más asequible. Girardi está al frente de ese grupo y es un desafío cotidiano para el coordinador: “El desafío más importante es mantener un grupo, y que realmente el grupo labure en función a un objetivo. El compañerismo que hay, y la solidaridad que hay para trabajar acá en este club, creo que es lo más importante que hemos podido conseguir nosotros y todos los que estamos encargados a lo largo del tiempo. No es fácil mantener un grupo así, y que haya tanta buena onda, y sobre todo tanto compañerismo. Creo que es lo más importante dentro de la parte organizativa que me toca a mí. Mantener un grupo sólido, fuerte, y con el apoyo constante de todos, no es fácil. Hay que ceder mucho, sobre todo uno estando como encargado del grupo; yo sé que tengo que ceder, y tengo que hacer sentir también qué es lo importante para el club. Acá se dejan de lado los egos, se deja de lado la antigüedad, y acá hay que trabajar en función a los objetivos del club”.

Un club hacia afuera

El juvenil sanfrancisqueño Emiliano Chiavassa debutó este año en la Primera División de Talleres de Córdoba. Sus primeros minutos en la élite nacional, para el pibe formado en Crecer, se dieron en el marco de la Copa Libertadores. Esa noche, cuando el televisor se llenó de la cara de Emiliano a punto de entrar a la cancha, la sala del cuerpo técnico del “Proye” explotó en un solo grito. Como de gol. Uno de los chicos del club conseguía el objetivo, personal y de la institución. Este último miércoles, Chiavassa fue uno de los cientos que compartió en familia la cena de fin de año de Crecer.

“A diferencia de años anteriores, este año hemos dado un salto en cuanto a la cantidad de clubes que han venido a ver jugadores. Vélez, vino Estudiantes de La Plata que nunca había venido, vino Lanús, Talleres, Colón, Unión. La idea siempre es tratar de demostrar el material que nosotros tenemos acá en el club, que son los jugadores, y bueno, siempre hacemos pruebas abiertas también para mostrar a los chicos que vamos viendo sábado tras sábado. Este año se dio el debut en Primera de Emi Chiavassa, por ejemplo. Eso es lo más importante, ese es el orgullo más grande que podemos tener, que un jugador surgido en Crecer llegue a Primera porque, en definitiva, es para lo que trabajamos y es el objetivo principal. Y más orgullo siento cuando esos chicos nos vienen a visitar, que cuando tienen un fin de semana libre tratan de venir. Uno trabaja para eso, entonces cuando un jugador llega, que no es fácil, es muy difícil, la verdad que es un orgullo grande y una alegría también, por supuesto”, sostiene Girardi que está contento, satisfecho, pero dice, nunca conforme.