Protagonista de una década

Carlos Menem, un personaje inefable que desarrolló su vida pública entre las luces y la oscuridad. Fue el presidente que gobernó el país por el período consecutivo más largo. Los 90' fueron diez años azarosos, vertiginosos y pasibles de un debate que todavía persiste. Una época bifronte, con caras bien diferentes y definidas. Tuvo entre sus funcionarios más prominentes al sanfrancisqueño Domingo Cavallo. Su relación con San Francisco fue bastante más estrecha que la de otros presidentes
Ha causado impacto en todo el país el fallecimiento del ex presidente Carlos Saúl Menem, ocurrido este domingo. A los 90 años dejó de existir un personaje político cuyas múltiples facetas hacen casi imposible encasillarlo. El que fue hasta su muerte senador nacional había llegado a participar en las primeras reuniones virtuales de la Cámara Alta a raíz de la pandemia de coronavirus, en su papel de representante de La Rioja, cargo que mantenía desde el 10 de diciembre de 2005. Pero una neumonía severa, que se agravó por sus problemas diabetes, deterioró mucho su salud en las últimas semanas. Hasta que finalmente ayer se produjo un desenlace que, si bien podía esperarse, ha repercutido con fuerza en todos los ámbitos de la vida nacional.
La mitología romana nos presenta a Jano, el dios de las dos caras. El de los cambios y las transformaciones. El de la evolución de la vida con toda su carga de incertidumbre y azar. La analogía, creemos, es pertinente. El caudillo riojano fue una personalidad difícil de etiquetar. Su agitada vida tuvo innumerables circunstancias y sus posturas políticas determinaron vaivenes que han sido objeto de discusiones interminables. Fue, sin dudas, el hombre que marcó la década de los años 90 en la Argentina. El presidente que más tiempo gobernó el país de manera ininterrumpida. Fueron diez años azarosos, vertiginosos y pasibles de un debate que todavía persiste. Una época bifronte, con caras bien diferentes y definidas.
Habiendo llegado al poder con frases sencillas e impactantes que prometían revoluciones productivas y mejoras notables en los salarios, su gestión viró totalmente. Del caudillismo al neoliberalismo en un solo paso. Así fue toda su vida: con claroscuros tan fáciles de distinguir como difíciles de explicar y analizar. Los 90 fueron años en los que en una vereda aparecieron logros que hasta ese momento no se habían alcanzado en el país y en la enfrente innumerables circunstancias que despertaron sospechas, obligaron al inicio de causas judiciales aún en curso y momentos de trivialidad.
En el haber debe señalarse que la modernización económica fue un signo distintivo de sus períodos en la presidencia. El karma de la inflación se detuvo por varios años, hubo un alineamiento con las democracias occidentales que devolvió a la Argentina a la consideración de los países centrales (más allá de la poco afortunada analogía con las "relaciones carnales"), entre otras circunstancias que colocaron al país en la siempre estrecha senda del crecimiento. En el debe, corrupción, frivolidad, supuestos negociados que todavía hoy se investigan, los atentados más sangrientos de la historia. Nada fue lineal. Las contradicciones marcaron sus diez años de gobierno.
Su relación con San Francisco fue bastante más estrecha que la de otros presidentes. Visitó en numerosas ocasiones la ciudad. En campaña, acompañado siempre por su delegada en la provincia, la extinta Leonor Casari de Alarcia. Siendo gobernante también lo hizo. Pero además, tuvo entre sus funcionarios más prominentes al sanfrancisqueño Domingo Cavallo.
Tras la muerte del ex presidente han comenzado a aparecer análisis desde múltiples perspectivas. Porque, en definitiva, como aquel Jano de dos caras, Carlos Menem fue un personaje inefable que desarrolló su vida pública entre las luces y la oscuridad. Y, con méritos y defectos, sin dudas se convirtió en el protagonista principal de la última década del siglo XX en nuestro país.
Sus visitas a San Francisco
Durante su vida política Menem visitó en varias ocasiones nuestra ciudad, como candidato y como presidente de los argentinos.
Pasó por San Francisco en 1988, durante una gira de campaña para la interna del justicialismo que definía el candidato a presidente en 1989, donde enfrentó y venció a Antonio Cafiero. Lo hizo junto a Leonor Alarcia, dirigente justicialista cordobesa que lo acompañaba en su paso por la provincia.
Después, ya como presidente vino en tres ocasiones más: para la campaña de 1995 donde buscaba su reelección; en la década del 90, junto a una amplia comitiva de dirigentes y funcionarios que participaron en el velatorio del padre del por entonces ministro de economía, Domingo Cavallo, y en 1997, cuando se llevó a cabo el acto central por la compra, por parte de la empresa sanfrancisqueña Codini, de las 40 hectáreas que comprendían la Fábrica Militar, que había cerrado sus puertas definitivamente meses antes, durante la política de privatización del gobierno menemista.