Promesa extrema

El atleta Gustavo Rosso participará en agosto próximo del Ironman de Vichy, Francia, para cumplir con una vieja promesa y sumar a su colección la décima presea.
"Hacer deporte, tener una vida sana, tener la mente sana, es rendirle tributo a la vida y eso es lo que uno busca día a día", frase que bien identifica a quien en el running encontró un estilo de vida, que lo ayudó a salir de un momento trágico donde parecía hundirse.
Punto de inflexión en su existencia, donde entendió que correr era el camino para llegar a una meta, la felicidad, y vaya si lo logró. Con actitud, la energía positiva que lo caracteriza y una responsable preparación, Gustavo Rosso, se convirtió en todo un atleta y embajador del deporte sanfrancisqueño al que no hay terreno que se le resista.
Tuvimos un nuevo encuentro, es que su calendario deportivo así lo ameritaba. La charla, café de por medio, se dio en su oficina comercial en cuyas paredes exhibe orgullosamente las medallas de los Ironman que disputó, colección que buscará completar con la décima presea, para cumplir con la palabra empeñada hace algo más de una década.
Es así que ahora le apunta al Ironman de Vichy, Francia, el 20 de agosto próximo, aunque recientemente a modo de entrenamiento, participó del Valhöll Argentina en Villa General Belgrano, carrera a nivel mundial de trail running .
Travesía en
las sierras
Precisamente sobre la prueba de montaña que sumó puntos para la carrera de final del circuito UTMB Word series que se corre en Mont-Blanc Francia, comentó:
"Entre las distancias que había me anoté en los 80km., una carrera con obstáculos, se iba por senderos delimitados por cintas y hasta pasamos por arroyos donde el agua te llegaba a la cintura".
"Largamos desde La Cumbrecita y a las 7 horas y media completé los primeros 60km., había llegado a Villa General Belgrano, pero ahí venía la etapa más dura".
"Encima de tener la carga de lo recorrido fueron 20km. devastadores con desniveles, había lugares que tenías que subir agarrándote de sogas, con las piernas terminadas y las bajadas eran verticales que se hacen más difíciles por la peligrosidad".
"Si le puse 7 horas y media para hacer 60km. y 11 horas 50s. para terminar los 80km., te das cuenta de lo duro que fueron esos últimos 20km. para todos los que éramos, atletas de 20 países, franceses, alemanes, ingleses, mucha gente de Centroamérica que son muy fuertes porque viven en la altitud y por lo tanto tienen ese perfil para andar rápido en la montaña".
"De más de 300 participantes llegué 62 en la general y segundo en mi categoría, a 10 minutos del ganador, de hecho fui punteando la carrera hasta el km 60 pero el que terminó ganando aguantó los últimos 20km. más que yo".
Feliz y
disfrutando
"Así que sorprendido y feliz de la vida, como también orgulloso de representar a San Francisco en esas pruebas internacionales. En esto quiero agradecer a la gente de la Sociedad Rural que me permite entrenar en las escaleras de la tribuna".
"Así también a todo el equipo que me asiste, el doctor Matías Gandolfo, el kinesiólogo, Leonardo Valsagna, mi entrenador, Gastón Montenegro, y a toda mi familia".
Otra competencia de largo aliento, de alta exigencia física y mental, pero como siempre la disfrutó a su manera.
"Disfruté plenamente la carrera, siempre digo que en este deporte se disfruta sufriendo, no hay otra, si estás disfrutando y no sufriendo quiere decir que estas regalando algo, no estas yendo al ciento por ciento en ese momento".
"Entonces desde que se larga hasta que se termina, vamos disfrutando y sufriendo a la vez, son carreras tan largas que pasas por todos los estados de ánimos, momentos donde las piernas no dan más, el ritmo cardíaco igual, aflojas un poco, comes porque las comidas son religiosas, no hay que errarle, el cuerpo vuelve a recuperarse, y volves a tener velocidad. Es decir, el cuerpo humano cuando está entrenado, se lo nutre con lo que corresponde y el objetivo en la cabeza está claro, es infalible", acotó.
El amor es
más fuerte
Ahora es tiempo de renovar fuerzas y planificar el Ironman de la ciudad francesa de Vichy, otro gran desafío deportivo, pero a la vez un compromiso moral y afectivo, por aquello de homenajear a un ser amado, pero ahora apuntalado por la fuerza de un nuevo amor.
"En mi vida sentimental hay dos etapas, la primera fue un tributo a la persona que amo y dejó este plano terrenal, la seguiré amando de por vida, eso no cambia. Pero eso no quita que en el corazón uno pueda volver a amar y es lo que gracias a Dios me pasó, conocí a Priscila, nos casamos, y la verdad que estoy enamoradísimo".
"Ella me acompaña en las carreras y siempre me dice "Vos podés" y que te lo diga la persona que amas y confía en vos, es una inyección fundamental a igual que el apoyo de mis hijos, mi familia, es lo que te da fuerzas para seguir adelante".
"Esa primera etapa fue tratar de buscar algo que me canse el cuerpo para que la mente no divague o se vuelva loca. Ahí empezó el deporte en mi vida, cansar el cuerpo y rendir un tributo con aquel Ironman a los 40 años".
"Pero a partir de esos tres años de limpieza corporal y espiritual, para decirlo de alguna manera, se convirtió en una forma de vida y hoy llevo 13 años haciendo este deporte y ya no vería mi vida que no sea esta".
"En definitiva, hacer deporte, tener una vida sana, tener la mente sana, es rendirle tributo a la vida y eso es lo que uno busca día a día, después sabemos que hay millones de cosas en el medio, pero hay que buscar y en la forma en que yo lo hago es nadando, corriendo y andando en bici".
Apuesta todo
a la décima
Un juramento que cumplirá dentro del tiempo que había calculado, y con el solo propósito de llegar, como en la primera vez.
"En el 2010 hice una promesa que iba a ser un Ironman a los 40 años y me dije que antes de los 50 iba a correr diez, bueno, estoy con nueve encima porque la pandemia nos atrasó. Pero justamente cumplí 50 años en abril y el 20 de agosto voy a correr en Vichy, en Francia".
"La expectativa que tuve en el primer Ironman la voy a tener en el décimo, ser "finisher", llegar, después si mi marca está dentro del 20 por ciento de la general me demostrará que hice una carrera importante", cerró.
Tiene el objetivo entre ceja y ceja, un sentimiento profundo que lo invade por cumplir con fidelidad el deber asumido. No es para menos, se trata de conseguir su décima medalla Ironman, en rigor de verdad, una promesa extrema.