Por la pandemia cerró el Centro de Jubilados del Este
Con deudas impositivas que datan del año 2015 y el alto costo del alquiler, su presidente Jorge Acosta decidió poner fin a 14 años de trabajo con los adultos mayores y beneficiarios de Pami.
"El sonido de los pájaros, del viento, de la naturaleza. Esa paz que tengo hoy es impagable. Duele mucho decir adiós pero no podía más. Me cansé". Aseguró Jorge Acosta (67) desde La Francia, localidad en la que nació, vivió y piensa vivir sus últimos años de vida, luego de ponerle fin al Centro de Jubilados del Este Cordobés.
"Todavía hay gente buena que me ayuda, que me respeta y ahora estoy bien", comentó el hombre con un profundo dolor mientras se le entrecorta la voz pero busca reponerse desde el enojo porque tener que cerrar el lugar que fundó para los adultos mayores, le provoca todo tipo de sentimientos.
"Estoy muy dolido por las injusticias porque estoy trabajando por el bien de un grupo social como son los adultos mayores. Nunca hubiera querido llegar a estas instancias, pero ahora que los necesitaba, me dejaron solo y nadie da las gracias por lo que uno hizo", aseguró el jubilado.
La institución que colaboró fervientemente con los adultos mayores y beneficiarios de Pami durante 14 años cerró sus puertas por la imposibilidad de abonar los gastos fijos. La pandemia, la falta de ingresos por viajes y la ausencia de los pares; puso fin a un lugar de encuentro y ayuda a nuestros adultos mayores.
"Estábamos mal económicamente. Pedimos ayuda al municipio porque estábamos muy atrasados con el pago los impuestos. Por otro lado, Pami nunca nos ayudó como nos había prometido. Todo eso decantó en que estemos en una situación crítica", explicó Acosta.
Las deudas datan del 2015. "Quedaron deudas pendientes de cinco años atrás, estamos muy atrasados. Pedimos la moratoria y cuando íbamos a solventar la cuantiosa deuda con los viajes, llegó la pandemia de coronavirus no pudimos concretarlos y no entró un peso", contó.
Jorge se hizo cargo del alquiler de la sede y la luz, ya que además se encargaba de cuidarlo porque el Centro de Jubilados del Este Cordobés también sufrió la delincuencia. "Estaba pagando de mi bolsillo y con mi jubilación, el alquiler y la luz que estaban a nombre mío pero ya no llego más".
Además, el hombre en este tiempo quedó solo. "Se borraron todos los de la comisión y me dejaron solo en la lucha", afirmó.
Siempre por los otros
Jorge se involucró de lleno con los más necesitados, pero principalmente los indefensos como son los adultos mayores. "Esto empezó hace 14 años atrás, con la idea de ayudar a los abuelos. Lo inauguré con ese nombre porque quería que sea un referente de la provincia de Córdoba", remarcó.
La institución, reconocida por todos en su dirección de avenida Garibaldi 804, llegó a entregar 955 bolsones Pami. Además, sostenía importantes talleres de la memoria, artísticos, nutrición y organizaba viajes a precios accesibles para los de la tercera edad.
Acosta también colaboró con la reapertura del Centro de Jubilados de Frontera, aportando los talleres del Este Cordobés.
Sin embargo, todo eso se apagó cuando llegó el coronavirus y la cuarentena obligó a los asistentes a quedarse en casa. "Perdí trabajo y salud por tragarme la impotencia, la rabia y el desagravio de la gente que me insultaba gratuitamente en este trabajo que siempre hice gratis, sin ningún beneficio, pero hasta acá llegué. Cuando el caballo se cansa, no camina y más. Jorge Acosta se cansó y ahora se retira".
Uno menos
En medio de la pandemia y con el cierre del Centro de Jubilado del Este Cordobés, solo quedan en pie siete lugares para los adultos mayores en San Francisco: ATE, San Benito, Sección Sur, Casa del Jubilado, Policías Retirados y barrios Bouchard e Independencia, lugares que convirtieron en puntos de reencuentro para aquellos que acumulan algunos años, están solos y que se sigan sintiendo vitales y útiles. En estos espacios ejercitan la memoria, hacen actividad física, tienen contención psicológica y, además, cuentan con la presencia de médicos de Pami para su atención sin dejar de lado otros tipos de talleres recreativos.
Con el avance de la pandemia y la consecuente cuarentena para la población de riesgo, los adultos mayores aún no pudieron volver a sus lugares de contención.