Por iniciativa de las estudiantes una bandera violeta flamea en la Escuela Normal
Chicas y chicos de la Escuela Normal participaron de un breve acto donde izaron una bandera que refleja la lucha contra la violencia hacia las mujeres, iniciando así actividades por el Mes de la Mujer.
Por Ivana Acosta | LVSJ
Suena fuerte desde el patio cubierto de la Escuela Normal la canción "Vivir sin miedo", una especie de himno popular latinoamericano que grafica en voces femeninas el reclamo por la búsqueda de justicia debido a las consecuencias que acarrea la violencia contra las mujeres.
Se escucha porque en el patio descubierto hay un montón de chicas y chicos reunidos alrededor de una adolescente que levanta la bandera violeta ícono del movimiento Ni una menos y un par de minutos después la pone en un mástil improvisado sobre uno de los laterales de la escuela.
Es uno de los pocos momentos en que todo parece ser equitativo y estar en paz, aunque después las estudiantes de 5° año contaron que la iniciativa que ellas coordinan con actividades por el Mes de la Mujer fue muy criticada por algunos compañeros - varones y mujeres - que se mostraron en desacuerdo por esta iniciativa, pero era algo que presumían desde antes.
El izamiento de esta bandera hizo de apertura de las actividades planificadas por las y los estudiantes en este mes de marzo enfocadas en las mujeres. Para ellas tal vez pase desapercibido que son protagonistas de un cambio de época que atraviesa también a las instituciones escolares que abordan temas de género.
Después de ese sencillo acto todos vuelven a sus aulas a continuar la jornada educativa, excepto Paloma Herrera, Guadalupe Giordano y Julieta Guevara que son tres de las 27 estudiantes mujeres de la especialidad Arte de 5° año en la Escuela Normal Dr. Nicolás Avellaneda (ENA) que coordinó esta actividad.
Las chicas de 5° año de la especialidad Arte
Intenso debut
Las clases se reanudaron una semana antes del 8 de marzo, pero los profesores ya tenían en mente realizar una actividad conmemorativa por el Día de la Mujer, el primer acercamiento fue hacer una intervención tomando como referencia el banco rojo que es otro símbolo de la violencia contra las mujeres, pero al final el proyecto se extendió a actos durante todo el mes.
El curso trabajó dividido en grupo y se diagramaron actividades deportivas, presentaciones de arte, exposiciones de danza y un cierre con una obra de teatro sobre violencia de género original con colaboración de compañeros que estudian teatro.
Para esto aprovecharon el espacio de arte con la profesora Cecilia Bianchi y la planificación la llevaron adelante con la docente María Laura Ferrero en Lengua y Literatura. A ellas las chicas les agradecieron - al igual que a la escuela - porque les dieron libertad para hacer lo que creyeran pertinente.
Guadalupe dio un ejemplo claro sobre esto en relación a la canción que pasaron mientras izaban la bandera violeta: "Tuvimos mucha libertad para hacer estas cosas, con la música que se pasó que tal vez en otros lugares no se dejaría, pero había mucha libertad para hacer lo que queramos".
Las actividades fueron planificadas con docentes.
No se vale callar
Las chicas también coincidieron en que es pertinente y hacen bien las escuelas en promover el intercambio de ideas y escuchar los problemas vinculados al género y diversidad, poniendo en contexto también las transformaciones sociales respecto al tema de las que ellas mismas también son protagonistas.
Paloma expresó al respecto: "A mí me parece perfecto visibilizar los problemas que nos pasan a las mujeres, no se trata de poder entre el hombre y la mujer y que las mujeres nos creemos superiores, simplemente es que también debemos ser respetadas y visibilizar que sufrimos violencia, que no queremos que estos casos vuelvan a ocurrir y nos sintamos acompañadas entre todas". Su compañera Julieta asintió y sostuvo que "han charlado en diferentes materias sobre violencia, que las mujeres en iguales trabajos o reciben la misma remuneración que los hombres.
"Nos parece bien que está bueno que se hable de estos temas, que no sea un tabú porque las mujeres se merecen ser escuchadas y respetadas. Por eso está bueno que la escuela nos diera la libertad de elegir la música, poner la bandera", cerró.
Las chicas que hablaban eran tres, pero sus restantes 24 compañeras asentían por lo bajo mientras ellas dialogaban, todas se comprometieron a marcar diferencia dentro de la escuela en la que pasan sus días, tal como las mujeres lo hacen también en las calles. En otras aulas tal vez otros las criticaban, pero eso es parte también de vivir en comunidad y expresar libremente las ideas.