Perdonar: los beneficios para el alma y la salud

Aunque no siempre es fácil perdonar, hacerlo es muy sano. Supone un gran desafío porque significa soltar lo que pasó y si ese acto no queda solamente en un dicho, tiene múltiples beneficios tanto para la salud mental como para la física.
Aunque no siempre es fácil perdonar, hacerlo es muy sano. Muchas veces las personas hacen cosas o tienen actitudes que nos hieren, nos traicionan o agreden; en otros casos nosotros mismos podemos tener acciones o actitudes de las que después nos arrepentimos.
"Nunca hay que terminar el día enojados", recomienda una frase bíblica. Perdonar supone un gran desafío porque significa soltar lo que pasó y si ese acto no queda solamente en un dicho, tiene múltiples beneficios tanto para la salud mental como para la física.
¿Cómo aprender a perdonar y perdonarnos?. "El perdón es un compromiso de cambio casi cotidiano, porque a menudo nos suceden cosas que tenemos que dejar ir. Ese compromiso es con uno mismo, con los demás y con la vida", afirmó el licenciado en Psicología, José Macello (MP-1352) quien analizó junto a LA VOZ DE SAN JUSTO los beneficios del perdón.
- ¿Cuáles son los beneficios de perdonar?
El principal beneficio psicológico de perdonar es la sensación de sacarse una gran carga de encima. Esto sucede también porque el hecho de culpar muchas veces es una proyección de la propia culpabilidad. Es por eso que Jesucristo dijo: "Antes de sacar la paja en el ojo ajeno, saca la viga de tu propio ojo".
Este aspecto de tomar conciencia de la proyección es muy importante porque hace más fácil el perdonarnos a nosotros mismos, ya que muchas veces tuvimos responsabilidad en lo que sucedió.
Es importante darse cuenta que siempre que se está juzgando un hecho que ocurrió en el pasado, se lo suele magnificar y tergiversar.
Como consecuencia de la paz interior que resulta del perdonar, pueden disminuir los estados de ira, temor, e incluso la tristeza, según sea la situación que se trate y la intensidad de la emoción.
- ¿Tiene beneficios para la salud física?
A nivel neurológico, los desórdenes que hubiera podido causar un sentimiento disfuncional desaparecerían o al menos disminuirían. A raíz de esto, orgánicamente en general también hay cambios: la presión arterial tiende a normalizarse, desaparecen las palpitaciones debidas al nerviosismo, se recupera la energía vital - en caso que la persona se haya entristecido mucho- y los síntomas psicosomáticos que puede haber desarrollado la persona a raíz de esta disfuncionalidad disminuyen.
"El perdón es un compromiso de cambio casi cotidiano", recordó el licenciado en Psicología, José Macello
- ¿Qué es el perdón?
Etimológicamente, la palabra perdonar proviene del latín:"per-donare" que significa "donar la pérdida".
La actitud de perdonar, es un aspecto de la capacidad de amar, el amor no se refiere a un sentimentalismo, sino que es un acto de la inteligencia y de la voluntad, hay que saber hacerlo y querer hacerlo.
- Pero... ¿donar a quién la pérdida?
Victor Frankl, neurólogo que desarrolló la logoterapia, enseñaba que es lícito para un psicoteraeuta, aprovechar las creencias religiosas de sus pacientes en beneficio de la salud. Por lo tanto se estimula a los pacientes a donar dicha pérdida al Ser de sus creencias, así como lo entiendan ellos.
¿Y si el paciente es ateo?. Quienes hoy se declaran no creyentes, creen sin embargo en lo que llaman Energía o Universo, por eso se les dice al Ser de sus creencias y no en lo que crea el terapeuta, por ejemplo.
- ¿Qué nos pasa cuando logramos perdonar a alguien?
Sentimos que hemos crecido espiritualmente, que hemos aprendido algo muy valioso de la experiencia, y si la otra persona esta receptiva, es propicia una reconciliación.
Si esta persona es muy importante para nosotros, cobra más sentido nuestra vida, la relación y el perdón, porque seguro que algo dentro nuestro lo sentíamos roto como al vínculo.
- El perdón ¿es un compromiso de cambio? ¿Cómo logramos perdonar?
Si, el perdón es un compromiso de cambio casi cotidiano, porque a menudo nos suceden cosas que tenemos que dejar ir. Ese compromiso de cambio es con uno mismo, con los demás y con la vida.
Si bien debería ser suficiente perdonar una sola vez, a veces interiormente, debemos practicarlo más de una vez, porque los recuerdos y los pensamientos disfuncionales suelen ser recurrentes.
Se logra perdonar tomando la decisión de hacerlo, pero si la situación ha calado profundo en nosotros, se hace necesario un análisis que llamamos existencial, en el cual vemos la participación de todos los actores en el hecho- incluso la propia- rescatamos recursos que ya tenemos para lograr el cometido o se pueden aprender nuevos procedimientos para conseguirlo.
- ¿Por qué resulta difícil perdonar? ¿Qué consecuencias tiene el no hacerlo, que emociones negativas aparecen?
Perdonar es difícil porque hay que trascender el ego, el amor propio narcisista, que todo lo refiere a sí mismo. Se trata de ir más allá de los miedos, el resentimiento y los rencores. Ser humildes, ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona y lo que creo que es más difícil. Confiar en que ese Ser que decimos creer, ordenara las cosas para bien.
Lo más grave de no poder perdonar es estar mascullando constantemente lo que nos ha pasado, eso envenena la sangre - por decirlo metafóricamente- y más grave aún es que quien no perdona está muy sensible emocionalmente y en su memoria se reactiva lo que ha sucedido cuando se encuentra con personas que para él son parecidas o cuando está en situaciones que considera similares, entonces puede reaccionar ahora como cree que debió haber reaccionado entonces, y lo más probable es que se equivoque.
Peor todavía si en su mente ha quedado el supuesto agresor como ganador, pues tratará - inconscientemente- de imitarlo porque cree que así es mejor para él.
- ¿Qué hacer cuando no podemos perdonar a alguien?
Cuando no podemos perdonar y notamos que lo sucedido es un aguijón que tenemos en el pecho, es imprescindible buscar la ayuda de alguien experto en el tema y que nos pueda orientar, ya sea psicólogo, pastor o sacerdote.
Hay que ser prudente con las amistades, pues por lo general solo están a nuestro nivel de experiencia y conocimientos del tema, en cambio necesitamos de alguien que sepa más que nosotros. Además es peligroso pues pueden sugerir algún tipo de venganza- esto es muy frecuente- y eso empeoraría todo. El vínculo y la salud psicológica del consultante.
- ¿Qué pasa si soy yo el que quiere ser perdonado? ¿La cuarentena y el estar en casa, es un momento especial para practicar el perdón?
Si soy yo el que quiere ser perdonado, sencillamente debo pedir perdón, si no puedo hacerlo personalmente, será por escrito, pero el perdonar o no está en las manos del otro, yo me puedo sentir tranquilo con el acto de haber intentado reparar la situación.
Hoy con el aislamiento social las familias están más tiempo en sus casas, esto puede dar lugar a que las parejas o los hermanos o incluso entre padres e hijos se toleren menos, hay casos que tal vez se irritan más, no solo el hecho de no salir sino el de disponer de menos dinero, entonces se debe estar muy atento a no incurrir en errores que luego tengamos que disculparnos y si el otro se ha equivocado, estar dispuestos a perdonar y reconciliarnos.