Perdió su taller pero el fuego encendió una cadena solidaria
Si bien a Maximiliano Pampiglione le queda la difícil tarea de volver a empezar, cuenta con el apoyo de un sinnúmero de personas que se acercaron al enterarse del incendio. Siente una enorme gratitud por todos los que se solidarizaron con su causa y para devolver semejante muestra de cariño y empatía, decidió donar el dinero que reciba como ayuda.
Por Mauricio Argenti | LVSJ
En medio de la pandemia, el dolor por las muertes que se cuentan a diario y la crisis económica, las buenas noticias aún siguen llegando. Este martes conmocionó la historia de Maximiliano Pampiglione que vio cómo el fuego se llevó años de trabajo y esfuerzo.
Sin embargo, la trágica situación derivó en la acción más noble del ser humano: la solidaridad. Mientras las llamas estaban consumiendo lo poco que quedaba del taller "RR Motos", situado en Ramón y Cajal 769 de barrio Roca en San Francisco, un impresionante mecanismo de apoyo se ponía en marcha.
Desde vecinos que pasaban por el lugar en el preciso momento en que se desataba el voraz incendio que acabó con la totalidad de las instalaciones y dejó inutilizadas nueve motocicletas que estaban en su interior, hasta personas que al enterarse de lo ocurrido no quisieron quedarse al margen e iniciaron una gran movida solidaria para colaborar con Maximiliano.
Este mecánico de 35 años, hace una década que tiene su taller en el mismo lugar y eso lo hizo merecedor del cariño y el reconocimiento de los vecinos. Dueño de un carácter muy amable y definido por los que lo conocen como "un tipo bárbaro", no extrañó entonces que la gente haya tomado esta determinación de ayudarlo para que pueda recuperarse lo más pronto posible.
Lo primero con lo que uno se encuentra al visitar el lugar es con un cartel en el frente que dice "Eternas gracias a todos". Con esas palabras Maximiliano intentó expresar el agradecimiento que siente por la espontánea reacción solidaria que se generó luego del incendio.
Algunos conocidos y otros no, pero movilizados por la historia de este mecánico, se acercaron para darle una mano.
Cuando aún lleva los evidentes signos de la exposición al fuego y las altas temperaturas que le dejaron ampollas y quemaduras en sus manos y en la cabeza producto de intentar salvar una moto de las llamas, pero sin ocultar su alegría por la ayuda y el afecto recibidos, Maximiliano no deja de decir "muchas gracias".
"La solidaridad de la gente es impresionante", reconoció con mucha emoción dialogando con LA VOZ DE SAN JUSTO mientras que, en simultáneo seguía recibiendo el saludo de muchas personas que ingresaban a lo que quedó del taller para ponerse a su disposición "para lo que necesites".
La lógica confusión inicial que se generó al advertir que su taller comenzaba a incendiarse dio paso a una atrevida serie de acciones que buscaba proteger todo lo que se pudiera del avance incesante de las llamas.
"Cuando estaba sacando una de las motos noté que la temperatura era mucha, no la soportaba. En eso veía que el fuego empezaba a estar a la altura de mi cabeza y de repente todo se puso negro. Se me cayó el teléfono en el lugar, dejé la moto afuera y salí corriendo a llamar a los vecinos", relató.
De inmediato el lugar se llenó de los primeros voluntarios que intentaron ayudar como pudieron. "Como pudimos empezamos a sacar las motos para afuera, recuperamos lo que pudimos hasta que las llamas no nos dejaron avanzar más. Lástima que nueve motos quedaron adentro y no se pudo hacer nada por ellas", se lamentó.
El fuego arrasó con todo en el taller de Maximiliano.
La ayuda tan rápida como los bomberos
Los bomberos voluntarios de nuestra ciudad realizaron una destacable labor combatiendo las llamas. Como cada vez que se los convoca, su rápido accionar evitó consecuencias mucho más graves.
Mientras la noticia circulaba por las redes sociales, alguien abría una cuenta bancaria y comenzaba a difundir el CBU para empezar a recaudar dinero para ayudar al joven mecánico que hasta ese momento desconocía ese lado de la historia.
Luego de transcurridas 7 horas del incendio, Maximiliano sintió la necesidad de cambiar de aire y junto a su novia Silvina Pavlovsky fueron a tomar una gaseosa. "En ese momento, un amigo mío, Andrés Peretti, le envió un mensaje a Silvina preguntándole si el CBU que estaba circulando en las redes sociales era real o se trataba de una avivada".
"Nosotros no sabíamos nada. Cuando me avisan de la campaña empecé a averiguar qué pasaba y me encuentro con una campaña con el hastag FuerzaPampi que incluía la difusión de un flyer por redes sociales, donde se incluia un CBU".
Ante las averiguaciones, Gonzalo pudo averiguar que el autor de todo esto era un amigo suyo, Gonzalo Cafaratta, quien junto a un grupo de amigos se pusieron esta campaña al hombro que rápidamente tomó cuerpo y fue apoyada por mucha gente.
Consultado sobre qué pensaba de esta campaña, Maximiliano reconoció que "es una mezcla de sensaciones" ya que por un lado siente agradecimiento por lo que hicieron, pero por otro lado dijo con humildad: "Si hubieran hablado conmigo, les habría dicho que no lo hagan".
La novia de Maximiliano y un abrazo de agradecimiento.
Pese a la pérdida que le tocó vivir, el mecánico intentó quitarle dramatismo al hecho señalando que "se me quemó el lugar de trabajo, pero yo tengo un lugar donde vivir, un techo donde alojarme y una cama donde descansar. Si quiero, acondiciono el garaje y me pongo a trabajar rápido hasta que veamos cómo hacemos con el seguro".
A partir de las incontables muestras de solidaridad recibidas, expresó: "No tengo forma de no arrancar de nuevo. Esto lo tengo que hacer no solo por mí sino por el resto de la gente que me ayudó y me sigue ayudando".
Más allá de dar las gracias
Mientras que la campaña iniciada a pocas horas de producido el incendio tenía como objetivo brindarle a Maximiliano el "salvavidas" necesario para financiar su vuelta al trabajo, finalmente esos fondos tendrán un destino diferente, aunque igualmente solidario.
En este caso, el entrevistado recordó que el taller mecánico está asegurado por lo cual la póliza correspondiente cubrirá los gastos que se deriven de su reconstrucción. "Como tengo seguro en el taller, tomé la decisión que este dinero que están juntando y que me van a dar para arrancar de nuevo no la voy a tocar. Cuando tenga disponible el dinero del seguro, he decidido donar lo que se recaude a una institución de la ciudad" contó y "probablemente una parte sea para la Sociedad Bomberos Voluntarios".
El fuego arrasó con todo en el taller de Maximiliano.
"La plata no es mía, no me corresponde -continuó conmovido ante semejante avalancha de solidaridad-. Si la necesito para vivir y arrancar a trabajar la voy a usar, pero como no puedo devolverle a cada uno el monto que me depositó, al momento en que cobre el seguro, el monto que reciba será donado a una institución".
En medio de los escombros, el optimismo de Maximiliano está intacto. "De acá se sale sí o sí. Hay que seguir adelante como se pueda, pero hay que seguir, sin dudas" y para ello "la mejor manera de hacerlo es comenzar a trabajar de inmediato".
"Mucha gente me ofrece diferentes alternativas" que tendrá que evaluar al momento de definir el rumbo que tomará su vida en adelante.
"Varias personas me vinieron a ofrecer galpones, pero por ahora tengo que tranquilizarme y para eso me van a servir mucho los próximos días que utilizará para "limpiar todo el lugar y ver qué se puede recuperar para volver a trabajar lo antes posible".
Al tratar de encontrar un motivo que llevó a la gente -conocido y también desconocidos- a conmoverse con su causa dijo: "Me considero una persona que le doy una mano al que pueda y lo necesite y no lo hago esperando nada a cambio. Quizá sean esas cosas las que en situaciones como estas vuelven en acciones como estas que sin dudas agradezco muchísimo a todos". Cristian Ortmann, vecino de Plaza San Francisco es el jefe de Silvina, novia de Maximiliano. Una vez que se enteró de lo sucedido por las redes sociales sintió la necesidad de colaborar de alguna manera y se dirigió al tallerpara "ver si podía dar una mano y ofrecer algo de ayuda". En este caso, a Cristian se le ocurrió ofrecer un galpón que posee en Plaza para que el mismo pueda ser utilizado como el nuevo lugar donde funcione el taller de reparación de motos hasta tanto se concrete la reconstrucción del local siniestrado.Una ayuda de tantas
Cristian Ortmann.
"Vine hasta acá para ofrecerle un lugar en un galpón por si quiere montar allí su taller de manera momentánea para que no se quede durante tantos días sin trabajar", explicó.
Cristian no se sorprendió de la reacción solidaria que se generó luego de que tomó estado público el incendio. "Esto habla de la persona que es él, un muchacho trabajador, muy responsable que le gustaba lo que hacía. Esta muestra de solidaridad lo pinta de cuerpo entero", indicó.