Pasión por los fierros: el arte de la restauración llegó a San Francisco
Al mejor estilo norteamericano, Mario De Domingo dejó en claro que nunca es tarde para emprender y cumplir sueños y se animó a desandar el camino de la personalización y modificación de motocicletas. La última, una Jawa Spyder. Una joyita.
Por Leandro Gottardi
El arte de la restauración de motocicletas, al mejor estilo norteamericano, llegó a San Francisco de la mano de Mario De Domingo que, hace poco más de un año, logró que su sueño se transforme en un emprendimiento. Así nació The Big Bobber.
Su última creación es reciente y se trata de una Jawa Spyder 350 cc. que fue encontrada en un taller amigo y que, desde entonces imaginó, modificó y personalizó a gusto. El resultado: una "pinturita" que recibió múltiples halagos en las redes sociales y cautivó la atención de muchos simpatizantes del mundo motor.
Ya está en venta y mientras tanto su creador la expone en diferentes encuentros de motociclistas y ya piensa en la próxima restauración: convertir una Twister 250 en una Café Racer de 300-350 cc.
Detrás de este emprendimiento, para el cual De Domingo contó con el apoyo de su familia, se esconde una historia digna de ser contada porque, pese al miedo que conllevó en un principio, se animó a dejar la estabilidad de su trabajo y embarcarse detrás de su pasión: restaurar lo que él llama "fierros".
Reconoció que "no fue fácil largarse, había que bancar la parada sin espalda económica, con mi hijo recién nacido, con la necesidad de comprar repuestos para la moto sin el ingreso fijo que generaba mi trabajo anterior, pero el apoyo de mi familia fue vital", aseguró a LA VOZ DE SAN JUSTO.
"Nunca es tarde para cumplir tus sueños" y "es indescriptible poder trabajar de lo que te gusta", fueron dos de las frases que describieron a De Domingo durante una larga charla con este diario.
En la misma, además, acompañado por su pareja, la fotógrafa Cecilia Roggero, describieron que ambas profesiones requieren de mucha creatividad y que intercambian continuamente criterios para potenciar la imaginación del otro. "Nos mostramos siempre lo que hacemos, con ello se nutre nuestro trabajo", dijeron.
Al estilo norteamericano
En los últimos años prosperaron muchos programas televisivos alusivos a la restauración de motocicletas, entre ellos, algunos de los más característicos: American Chopper y El Dúo Mecánico. De hecho, el nombre del emprendimiento de De Domingo es The Big Bobber, Motorcycle Art., siguiendo el estilo norteamericano.
Consultado por su labor diaria, que se extiende de lunes a viernes desde las 4 hasta las 13 y desde las 16.30 hasta las 20, contó: "Si bien la estructura del vehículo está armada, todo lo demás lo empiezo desde cero. Lo pienso, lo restauro y lo personalizo como quiero".
Durante la entrevista con este medio, destacó tres etapas del proceso de restauración: el desarmado del vehículo, la creatividad para imaginar cómo puede quedar y por último el armado.
"Antes de comenzar te planteas lo difícil que va a ser, cuánto trabajo hay por delante. Disfruto muchísimo el proceso, por ejemplo, a la moto la armo y desarmo, mínimo, tres veces. De todas maneras la etapa más linda es la final, en donde te encontrás con diferentes detalles que no imaginaste, con la pintura que te roba un milímetro, algún repuesto que no entra o no se consiga", afirmó.
Saltear cada "problema" que va surgiendo es parte de este trabajo artesanal.
Una joyita
La última restauración fue total. La protagonista es una Jawa Spyder 350 cilindradas que luce como una joya. El trabajo fue arduo, le demandó alrededor de cinco meses.
"A esta moto la encontré en el taller de un amigo, estaba tirada. Particularmente me gusta mezclar estilos de motocicletas y en este caso fueron dos: una Bobber con una Chopper", expresó.
A la hora de imaginarlo -explicó- que hay varios factores que influencian la decisión: "No solamente debe estar estético sino que también debe ser funcional. Hay que pensar en que se consigan los repuestos, que en esta zona es muy difícil. El 70 % del vehículo es artesanal, lo demás se tiene que buscar".
Consultado acerca de que sintió al ver su obra finalizada, dijo: "¡Fue fantástico! Me pasó algo alucinante porque quedó mejor de lo que me había imaginado". Y agregó que "el final suele ser complicado porque es muy difícil llevar la imaginación a la realidad y no siempre queda como uno quiere, aunque este no fue el caso".
Así la recibió (abajo) y así la dejó (arriba). El antes y después de la Jawa, su última restauración
Hacer de tu pasión, tu trabajo
En un tramo de la entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO, De Domingo se detuvo y reflexionó: "Es indescriptible poder trabajar de lo que te gusta" y agregó que "nunca es tarde para cumplir tus sueños".
Los "fierros" fueron desde pequeño su pasión, "siempre me gustaron las motos y los autos", señaló. Y confesó que "la vida me fue llevando a esto, hace un año y medio me quedé sin trabajo y Cecilia (su pareja) me dijo que dejara todo y probara con este emprendimiento. Hice muchos trabajos que no me gustaban o mejor dicho, no me gustaba estar ahí, en una fábrica".
Acerca de esa decisión, Roggero indicó: "Hubo un cambio de vida en él, se quedó sin trabajo. A veces llega un momento en el que se replantean las cosas, le dije que tenía 40 años y que era hora de que hiciera lo que le gustaba. En su momento él tuvo que bancarse trabajos que no le gustaban para que yo pudiera hacer de mi sueño mi profesión (es fotógrafa), entonces ahora era al revés. Por suerte los dos estamos trabajando de lo que amamos".
Próximo desafío
Con la Jawa Spyder ya finalizada, mientras se expone en diferentes encuentros de motociclistas, a la espera de ser vendida, asoma ya el próximo desafío: llevar una Twister 250 a 300-350 cc, bajo el estilo Café Racer.
Si bien ya está decidido el estilo, aún no fue adquirida la moto para comenzar sobre ella los trabajos de restauración. "Hasta que no se venda la Jawa Spyder, no se puede comenzar con la otra", cerró.