Para Abigail el cielo es el límite
Es la primera piloto con hipoacusia del país. Con esfuerzo y sacrificio, a pesar de los obstáculos, Abigail Slaboch hizo historia en la aviación obteniendo la licencia de piloto privado. Su fuerza cruzó el cielo sanfrancisqueño durante el festival por los 90 años del Aero Club, demostrando que no hay imposibles.
Por Isabel Fernández | LVSJ
No hay imposibles cuando se tiene fe y se pone empeño y esfuerzo. La historia de Abigail Slaboch lo demuestra: se convirtió en la primera piloto con hipoacusia bilateral severa del país y este fin de semana voló en el cielo sanfrancisqueño.
Abigail tiene 19 años, es de San Cristóbal y una gran luchadora. Primero peleó por vivir, ya que nació prematura casi a los siete meses de gestación y con 900 gramos de peso, después para lograr ser piloto privado pese a su sordera y ahora sigue luchando para seguir cumpliendo sueños y volar cada vez más alto: llegar a lograr la licencia de piloto comercial.
En el Aeroclub local, que durante dos días celebró sus 90 años con un despliegue maravilloso de aviones, piruetas y colores que invadieron las alturas, Abigail disfrutó mucho. Acompañada siempre por su papá Osvaldo -quien es piloto aeroaplicador agrícola- y su mamá María, ella creció en una familia de aviadores, entre alas y hangares.
Va por más. Abigail quiere convertirse en piloto comercial.
Para ella el límite es el cielo. Su primer vuelo lo hizo a los pocos meses de vida y nunca más se bajó de la cabina. Hoy participa en festivales y eventos aéreos, realizando demostraciones como cuando remolcó con orgullo la Bandera Argentina o dibujó en el celeste del firmamento los círculos blancos que formaron una Escarapela.
Con su papá Osvaldo, en la tierra y en el cielo, siempre van a la par y no es raro ver sus aviones volando juntos, como los pájaros que forman las bandadas.
Bien cerquita de su Aero Boero 180, espera su turno para pedir pista y salir una vez más a cumplir con su pasión que la hace feliz. En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO contó su historia, llena de resiliencia y superación.
"Soy feliz de poder ser piloto, desde chica quería serlo y haber superado los obstáculos me da mucha satisfacción. Ahora espero avanzar para ser piloto comercial, si se puede con eso sería buenísimo, sino seguiré siendo piloto privado", contó Abigail.
Remarcó que a pesar de todo "hay que seguir intentando, que no los frene la falta de audición o cualquier otro problema. No hay que rendirse".
Aseguró que le gusta volar desde que tiene uso de razón. "Vengo de una familia de aviadores. Mi papá es piloto aplicador en el campo y me llevaba siempre volar, ahí fue naciendo mi pasión, hasta que en 2019 pude empezar el curso, lo hice, me hicieron exámenes, primero no me permitían, pero después gracias a la doctora Roxana Goette, directora del Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial (Imae) pude obtener mi licencia".
Comentó que la doctora "me indicó unos estudios especiales en Buenos Aires y si los resultados eran buenos, podía tener el psicofísico apto para ser piloto. Me volvieron a dar el psicofísico entonces seguí con las horas de vuelo en Sunchales donde hice el curso, llamaron a un inspector para rendir y pude lograr la licencia de piloto privado".
Frente al Aero Boero 180, su preferido, se llama Rom. "No hay que rendirse", es la lección de Abigail Slaboch (Fernando Sosa | LVSJ)
La familia, un apoyo clave
Mari, su mamá siente gran satisfacción de ver que, a pesar de su dificultad, su pequeña que fue prematura hoy logra surcar los cielos. "Fue una lucha bastante complicada para llegar a esto, pero estamos muy felices de lo que logró, por su problema tiene que usar audífono. Desde que Abi tuvo la licencia, muchos chicos con este problema lograron también hacer el curso, creo que es una iniciativa para ayudar a otros".
Junto a Osvaldo, que desde pequeña le mostró la aviación, aseguró: "La vamos a apoyar en todo lo que necesite, todavía falta mucho camino, ella puede ser piloto privado pero para ser comercial tiene que pasar otros exámenes".
"Abigail es fanática de los aviones Aero Boero que se fabricaban en Morteros. El sábado en San Francisco se hizo el tercer encuentro de los aviones Aero Boero y tuvo el honor de conocer a César Boero", destacó.