Panadería Argentina, 65 años de crecimiento apostando a la calidad
El negocio de panificación es llevado adelante por los miembros de la familia Marchessini. A pesar del traspaso de las generaciones los pilares de crecimiento siguen siendo los mismos: calidad y buena atención a los clientes.
La familia que compone la Panadería Argentina cumple 65 años de vigencia como negocio de panificación en la ciudad. A lo largo de este tiempo los Marchessini lograron la fidelidad de su clientela, la optimización y calidad de sus productos. Hoy enfrentan nuevos desafíos con la incorporación de la producción de sandwichería, reparto en localidades de la zona y "Argentinito" un alfajor único en San Francisco.
Hace 65 años Delmo Marchessini dejó su trabajo en Santa Clara para embarcarse en la construcción de su sueño: la panadería propia. El oficio lo llevaba en la sangre y junto con su esposa Zunilda Demarchi como pilar fundamental y un socio lograron concretarlo. Se instalaron en la dirección que mantienen desde entonces en calle Larrea 2107.
Con el tiempo agrandaron el negocio y la familia. Sus dos hijos Graciela y Alberto trabajan en este negocio al cual le imprimieron una identidad única. "Ésta es una empresa familiar que arrancó mi abuelo y hoy lleva al frente mi padre donde ayudamos todos. El secreto es continuar con los estándares de calidad y aportando lo mejor día a día para vender productos frescos hechos con dedicación y amor", afirmó Alberto Marchessini hijo.
Esas consignas que se transmitieron en el ADN de la familia los llevaron en la actualidad a incursionar en un nuevo mercado: "Hemos incorporado la línea de grisines de restaurant que son bolsitas empaquetadas de cuatro unidades. También nos estamos haciendo conocidos en la línea de sandwichería. Todo lo hacemos en el negocio y llegamos en toda la ciudad y la mayor parte de la zona a través de un distribuidor. La idea siempre es crecer un poco más".
Más productos
Para los Marchessini el tiempo es oro, siempre trabajan para crecer, adaptarse y privilegiar la atención al cliente y la calidad.
"Con el tiempo hemos ido incorporando productos nuevos adaptándonos a la gente. Tenemos productos saludables y con semillas. Hemos incorporado la línea de grisines de restaurant, vendemos en los puntos más conocidos de la ciudad. También hacemos reparto sin cargo. Por suerte tenemos clientes fieles y cuando crece la ciudad nosotros también lo hacemos siempre buscando sumar algo nuevo y distinto", resumió.
Hace poco tiempo atrás Panadería Argentina es sinónimo de "Argentinito". "Incorporamos esta línea cuyo nombre, diseño e idea fue realizado por nosotros. Es un alfajor bañado en chocolate, triple en base a una torta, se vende bastante bien e invitamos a todos a probarlo", enfatizó Marchessini.
Lo saludable dentro de esta histórica panadería local tiene un lugar privilegiado. Son autores también de una línea de "pan de salvado con semillas 100% puro y saludable", "talitas con semillas" que es algo que "no se hace en todos los lugares de la ciudad".
"Juani" y Zunilda Demarchi de Marchessini junto a Graciela Marchessini trabajan también en el negocio de la familia. La abuela lo hizo hasta los 80 años.
Lo llevan en la sangre
Panadería Argentina tiene 65 años de vida y su primera dirección fue la de Larrea 2107, hace 30 años llevan adelante su sucursal ubicada en Castelli 2329 y que atiende la hermana de Alberto. "El negocio fue fundado por mi abuelo Delmo Marchessini y mi abuela Zunilda Demarchi. Él toda la vida fue panadero trabajó como empleado en Santa Clara de Saguier de donde era mi abuela y él venía de Esmeralda. Siempre tuvo como objetivo tener su propia panadería", describió el joven a LA VOZ DE SAN JUSTO.
En 1953 llegó a San Francisco con un socio donde fundador su propia "Argentina" siempre con el apoyo de su esposa Zunilda. "Se largaron sin nada para crear un pequeño negocio donde las mujeres ayudaban con todo lo que había que hacer. Hasta que empezó a vender cada vez más y le pudo comprar la parte al socio y quedó como dueño él", subrayó.
Don Delmo tuvo dos hijos, Graciela y Alberto (padre) que trabajaron el negocio y hoy el hombre está a cargo acompañado su esposa "Juani" y sus cinco hijos - Alejandra, Alberto, Mauro, Cristian y Gabriela - que se sumaron al proyecto.
"Nos enfocamos en la calidad de los productos aportando lo mejor. Nuestra forma de trabajo en la panadería es directa - en la jerga del sector - todo lo que se hace es del día hecho, en el momento", enfatizó el joven.
Doña Zunilda trabajó en el negocio hasta los 80 años y Alberto considera que el oficio lo llevan en la sangre: "Indagando en la historia descubrimos que mi tatarabuelo ya era panadero".