Pablo Curró, tuvo otra buena cosecha y la dona para los que más lo necesitan
El sanfancisqueño obtuvo una nueva gran cosecha de zapallos que donará a comedores y merenderos de la ciudad. También, están disponibles para los que más necesitan.
Un lote de 20 por 40 metros y un nuevo sueño solidario hecho realidad. "Otro año de cosecha. Si tenés la necesidad y no lo podes comprar podes pasar a buscar por mi domicilio lo que necesites para alimentarte. No es mucho pero en algo va a ayudar", escribió Pablo Curró, en su página de Facebook.
El licenciado en Administración Rural obtuvo una nueva cosecha de zapallos que permitirá que cientos de niños y adultos que concurren a los comedores y merenderos puedan alimentarse con este producto fruto de la tierra. "Esto tiene un solo fin y es ayudar a la gente que realmente lo necesite o lo esté pasando mal", dijo Pablo.
Al hombre lo preocupa la realidad actual. "Año tras año la situación va empeorando. Hace tiempo recorro los merenderos de la ciudad; algunos sufrieron robos, quienes ayudan se quedaron sin trabajo, sin ayuda de las cooperativas y cada vez más gente asiste a estos lugares a buscar un plato de comida. Esto se está transformando en una bola de nieve que crece y crece, y cada vez son más los que necesitan del prójimo".
"Esto tiene un solo fin y es ayudar a la gente que realmente lo necesite o lo esté pasando mal", dijo Pablo.
"El malestar y el hambre en la gente es cada vez mayor por eso, lo que uno puede llegar a producir es muy chiquito en comparación a la gran necesidad que hay en los barrios y eso está muy cerca nuestro".
La tarea desconsiderada de Pablo parece contagiosa y desde la primera vez que lo hizo, muchos vecinos se están sumando a ayudar. "Hubo gente que me trajo juguetes que eran de sus hijos para llevar a los merenderos. Cuando vieron en las redes sociales a los niños felices con sus juguetes, les sirvió de aprendizaje. Ahí estoy yo en el medio, interactuando y me llena el alma".
Una labor constante
Lo de Pablo es una cosecha que alimenta la solidaridad. "Es un lote que me pertenece y el cuidado no es tanto. Se trata de controlar las malezas e insectos de la forma más ecológica posible, pero reconozco que el gran secreto es la lluvia porque al no tener riego artificial, el agua que cae en el año es lo que me permite que todo crezca".
En la quinta hay diferentes tipos de zapallos y calabazas y todos tienen diferente fecha de cosecha. Pablo preparó la tierra en julio del año pasado y en septiembre hizo la siembra. Desde ese mes hasta abril inclusive, realiza la cosecha. "Lo que obtuve estos días, es la primera parte de la cosecha, que estaban maduros y la segunda será en los meses de marzo y abril".
La tarea de Pablo comenzó allá por febrero de 2019 cuando obtuvo 500 de estos zapallos de todo tipo para dar a quienes más necesitaban.
En ese momento, el licenciado en Administración Rural dijo a LA VOZ DE SAN JUSTO que "con esta cantidad se le puede dar de comer a mucha gente. Y habiendo tantos lotes vacíos en San Francisco que se llenan de yuyos se podría cultivar más con el fin de llevarle comida a los comedores", reflexionó, agregando que "no hace falta tanto espacio para sembrar sino ganas y voluntad".
"Esto es ayudar, colaborar y que la gente sepa que todos lo podemos hacer. Cada vez hay más necesidad y más tenemos que ayudar. Necesitamos un Estado presente que le enseñe a la gente a tener un trabajo digno, que tengamos un oficio. Allí está la riqueza de un país", concluyó el hombre.
Contacto
Quienes quieran recibir donaciones de Pablo, pueden ubicarlo con su nombre en Facebook e Instagram y también al teléfono (03564) 15509943.