Nueva crisis provincial: esta vez Chubut
La inoportuna decisión del gobernador de aumentarse el sueldo en un 100% generó un lógico conflicto.
¿Es oportuno que un gobernador de provincia disponga un aumento de sueldos para él mismo y toda su planta política en medio de una crisis, cuya manifestación más visible es la imposibilidad de pagar los salarios de la administración pública en tiempo y forma? La respuesta asoma como obvia.
Que un dirigente político no comprenda los tiempos en los que deben adoptarse decisiones sensibles como la señalada resulta preocupante. Habla mal de su visión de la realidad. Huele a encierro, a "diario de Yrigoyen". Y también mengua en proporciones gigantescas su capacidad de liderazgo y manejo de las situaciones que hoy se viven en esa provincia.
El gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, presentó un proyecto en la Legislatura provincial para que se establezca un incremento en sus haberes de más del 100%, así como también un porcentaje similar para las 231 personas que conforman la planta política. Los argumentos brindados para explicar esta decisión podrían catalogarse de razonables en otro contexto, en virtud de que está probado que en Chubut el Estado eroga ingentes recursos en salarios muy altos, la mayoría de funcionarios de los poderes Legislativo y Judicial o de las reparticiones que prestan servicios públicos.
Sin embargo, en Chubut hace 10 semanas que no se dictan clases en las escuelas públicas. La administración del Estado se encuentra paralizada. Y las protestas en las calles de las principales ciudades se suceden, incluso ya con hechos de violencia. En tanto, los salarios a los maestros y empleados -los más bajos de todo el escalafón- se pagan de manera escalonada, generando enormes problemas a las familias que dependen de estas remuneraciones para subsistir.
El repudio generalizado de la población al intento del gobernador de incrementar sus ingresos se puede observar de manera gráfica en cada uno de los medios de comunicación de la provincia patagónica. Al respecto, el diario La Jornada de Trelew editorializó: "Probablemente, si la sociedad le pone rostros a estos salarios, ninguno de ellos merecería cobrar por sus funciones. Algo habrá pasado en todos estos años para que buena parte de la sociedad opine de esa manera despectiva de la clase política".
Mientras la crisis desguaza las mejores aspiraciones de buena parte de los habitantes de Chubut, sus gobernantes no parecen comprender la dimensión del asunto y se lanzaron a buscar la aprobación de una medida beneficiosa para ellos que, siendo benévolos en la calificación, por lo menos es inoportuna. Alguna vez un ministro de Economía dijo que determinadas provincias son inviables. Varios han sido los distritos que han vivido o viven padecimientos semejantes, gobernadas por una dirigencia de características feudales. Quizás esté llegando el momento de repensar, analizar y determinar y delinear, en el marco de las instituciones democráticas y el respeto al federalismo, el tipo de provincias necesario para las próximas décadas.