No todos los héroes llevan capa: cómo dos policías salvaron a una recién nacida
Micaela Parolini y Agustín Córdoba junto a su bebé Delfina entraron en pánico cuando la niña no podía respirar a causa de un ahogo. Los policías Sebastián Ceratto y Pablo Nocera la reanimaron y cambiaron la historia.
Por azar, destino, casualidad o intervención divina, los caminos de Micaela Parolini (21) y Agustín Córdoba (21) se unieron para siempre con los del oficial subinspector Sebastián Ceratto y el cabo primero Pablo Nocera ¿Por qué? Delfina, la pequeña hija de la pareja fue reanimada por estos agentes que lograron salvarle la vida cuando la niña sufrió un ahogamiento el último sábado.
La historia comenzó por la tarde, cuando a las 17.40, llegó al mundo la menor por parto natural en el Hospital "J.B. Iturraspe". Sus papás, con temores propios de ser primerizos, comenzaron a sorprenderse con los primeros movimientos de su hija. Sin embargo, con el correr de las horas notaron que "no comía, solo dormía y tampoco lloraba a diferencia de otros bebés que estaban alrededor".
Pese a explicarle a los médicos su preocupación se fueron con el alta de Delfina a su casa en calle Potosí al 300 el domingo. Pero alrededor de las 23.30 de ese día, todo cambió repentinamente. "Cuando íbamos a dormir le estaba cambiando el pañal y largó una flema -que antes vomitaba- por la nariz; se le cerró la vía de respiración y se empezó a poner toda morada y empezó la desesperación", contó Micaela, su mamá, a LA VOZ DE SAN JUSTO.
La desesperación se trasladó a todos en la familia, ya que en ese momento también estaba Agustín, su hermana Antonella y los abuelos de la niña. Ellos solo sabían que su bebé no reaccionaba y "esa flema" que en algún momento también fue "vómito con sangre" le impedía respirar y ponía en jaque su vida.
Salieron a la calle y la tía de la pequeña como pudo y quizá por instinto inició una improvisada respiración boca a boca hasta que vio que un móvil de la Policía de la Provincia de Córdoba se acercaba.
"Nadie sabía qué hacer y se ponía cada vez más morada con los ojitos para atrás. Justo pasaba un móvil que estaban dando vueltas y llevaban detenidos. Les pedimos que nos ayuden, mi hermana se subió adelante y la reanimó mientras los policías le indicaban cómo hacerlo. Yo iba atrás con los detenidos. Llegamos enseguida y justo a tiempo, en el Hospital ella tuvo como una reacción, le pusieron oxígeno y en un ratito volvió a su color normal", describió sobre lo vivido Agustín. Sí, como si se tratase de una película de cine.
Para los policías tampoco fue una situación fácil. Se enfrentaron primero con dos detenidos dentro de su móvil y luego debieron ayudar a esta pareja en crisis ante lo sucedido con su hija.
"Estábamos realizando patrullajes en el sector, veníamos con dos detenidos por otro procedimiento, los vimos pidiendo auxilio entonces se subieron y llegamos al Hospital", comentó Ceratto y su compañero complementó: "Lo más importante era que la bebé estaba bien".
"Uno actúa ya no como policía en estos casos sino como padre poniéndose en el lugar de ellos y resalta la parte sentimental", reflexionó Nocera, con los ojos brillosos de la emoción que le provoca revivir ese instante.
En el momento justo
Cuando llegaron al Hospital los padres pudieron comprender mejor la situación. Los médicos le brindaron oxígeno a la niña y la asistieron rápidamente para que en cuestión de minutos "volviera a su color normal".
Lo que pasó dejó de ser un misterio con el correr de los minutos. "Cuando nació tragó líquido amniótico que está en la bolsa. Por eso nosotros no la veíamos bien, en ese momento preguntamos pero nos dijeron que era normal porque siempre tragan un poco de ese líquido. Estaba como llena", explicaron los papás.
Las maniobras indicadas por los policías y la astucia de Antonella Córdoba (la tía d ela niña) fueron claves para que en ese corto trayecto entre la casa de calle Potosí y el centro de salud la bebé reaccionara y fuera atendida por los médicos con la premura del caso.
Sin secuelas, pero con miedo
De acuerdo a lo que le comentaron los médicos a los padres de Delfina, los estudios que le realizaron desde su internación en el área de Neonatología "dieron bien", por lo que es probable que en las próximas horas reciba el alta.
"Ni bien llegó le pusieron oxígeno y suero, el lunes se lo sacaron y al principio vomitaba la leche por un poco de reflujo que ahora no lo tiene más. Ahora grita, llora, hacés un poco de ruido y se mueve. Es como que le faltaba expulsar eso todavía", sintetizó Micaela.
La charla termina y los oficiales vuelven a la rutina. Entre ellos y los papás hay una amistad latente que nació producto de Delfina que aguarda en otra sala su alta y poder así en algún momento conocer a sus héroes.