“No quise presentar mi pasaporte para entrar a mi propia Patria”

Alejandro Giletta es el flamante presidente del Centro de Veteranos de Guerra de San Francisco. Estuvo en Malvinas durante casi todo el conflicto y contó por qué no quiso volver a las islas. Los recuerdos, el nuevo monumento, la personería y la casa propia, los temas de la charla con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Durante muchos años, Alejandro Giletta -por recomendación médica- no participó del espacio del Centro de Veteranos de Guerra de San Francisco. Este sanfrancisqueño que estuvo prácticamente durante todo el conflicto de Malvinas en las islas y -una vez terminada- prisionero en un buque, recién hace un año y medio decidió aceptar la invitación y poco tiempo después se convirtió en presidente.
Y llegó en un momento muy especial, donde el Centro está trabajando en varios proyectos que lo entusiasman mucho. Pero más allá del crecimiento que buscan como institución, siempre está firme la intención de que el reclamo por Malvinas se haga oír cada vez más fuerte.
La "mudanza" de la plazoleta a el acceso norte a la ciudad, lugar que propuso la municipalidad ante el petitorio del centro por un lugar con mayor visibilidad, la personería jurídica y la necesidad de contar con un lugar propio fueron algunos de los temas que abordó junto a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Pero también habló de su experiencia personal y contó por qué decidió -cuando tuvo la oportunidad- no volver a las islas. "No quiero presentar mi pasaporte para entrar a un lugar argentino, a mi propia Patria", aseguró.
Giletta tiene 59 años y está jubilado como veterano de Malvinas. Cuando se desató la guerra estaba prestando servicios en el Grupo I de Comunicaciones Escuela, de la segunda Brigada Aérea de Paraná.
El 6 de abril desembarcó en las islas y vio de cerca los ataques argentinos. Una vez finalizada la guerra, estuvo como prisionero en el Buque Bahía Paraíso, hasta que llegó a Puerto San Julián el 19 de junio.
Sobre los recuerdos que tiene del conflicto contó que "son muchos y variados. Yo llegué a las islas el 6 de abril en un Hércules. Las vivencias fueron muchas. Yo estaba en la parte de comunicaciones y nuestras transmisiones eran para guiar a nuestros aviones de la Fuerza Aérea y de la Armada a los blancos que estaban apostados en las islas. Nos movían en helicópteros y en camiones Unimog a los lugares que los aviones debían atacar, así que veíamos en primera persona los ataques, los desembarcos y todo lo que pasaban"
"Los recuerdos y las anécdotas son muchos. Pero la gente que conocí, los amigos y los compañeros que quedaron en las islas son lo que más a uno le cuesta asumir", asegura.
Nunca es tarde
Como miles de soldados, Alejandro intentó rehacer su vida a su regreso. Con el paso de los años, muchos se agruparon, formaron centros en todo el país y llevaron adelante proyectos que los consolidaron como actores importantes de la sociedad argentina.
En San Francisco, el centro de veteranos comenzó a funcionar en diciembre de 1999. Sin embargo, Alejandro no participaba de las actividades. "Por consejo de mi médico no me acercaba mucho al Centro y no tenía contacto con los Veteranos. Hace un año y medio, quien me precedió -Hugo Franco- me insistió, me decía que me sume porque me iba a hacer bien. Y así fue".
Sobre compartir con sus camaradas, Giletta dijo que valora sobre todo "estar con gente que vivió lo mismo que uno, que sabe de lo que estás hablando, que la sufrió y que pasó malos momentos igual que uno. Valoro la predisposición de los veteranos, la forma en que tienen de encarar sus problemas y sus cosas. A mí me reconforta verlos hablar y tirar para adelante en situaciones difíciles"
Sobre la decisión de presidir la entidad, expresó: "Me honraron designándome como presidente y acepté porque creo que para lograr cosas hay que involucrarse. Veremos dentro de dos años si tuvo resultados o no mi presidencia".
"Los recuerdos y las anécdotas son muchos. Pero la gente que conocí, los amigos y los compañeros que quedaron en las islas son lo que más a uno le cuesta asumir".
Proyectos
Una de las primeras acciones que Giletta llevó a cabo como presidente del Centro fue una reunión con autoridades municipales encabezadas por el intendente Ignacio García Aresca. Allí surgieron varias novedades, como la propuesta de que la plazoleta en homenajes a los héroes se traslade al acceso norte de la ciudad.
"Les agradecimos la deferencia que tuvieron en recibirnos, porque con la pandemia no están recibiendo a nadie. Le planteamos nuestra inquietud por la plazoleta, porque está en un lugar que no nos gusta porque está un poco ofendida. Nos ofreció hacer algo en la entrada norte de la ciudad y nos pareció bien", contó Giletta.
Y luego agregó que el intendente "le encargó a la arquitecta de la municipalidad y a Damián Bolaños un diseño que en los próximos días lo vamos a definir. El monumento va a estar en ese espacio que están dejando muy lindo, se va a ver bien y va a estar bien iluminado".
Una de las inquietudes es contar en un futuro con un espacio propio para desarrollar sus actividades y -por qué no- transformarlo en un pequeño museo con fines educativos. "Somos una de las pocas ciudades que no cuenta con un lugar donde reunirnos, donde charlar nuestras cosas, compartir nuestros recuerdos. Donde armar una especie de museo que algún día puedan visitar los chicos de las escuelas y nosotros mismos contarles nuestras experiencias", comentó Giletta.
"Está en nosotros poder malvinizar un poco más. Darnos a conocer, salir a contar lo que nos pasa, poder visibilizar nuestro reclamo".
Asociación
El primer paso para lograr un espacio propio es contar con personería jurídica y ya se iniciaron los trámites. La municipalidad se ofreció a hacerse cargo de los costos.
El nombre ya está elegido: "Asociación Veteranos de Guerra de San Francisco". "A partir de ello podremos gestionar en Córdoba algún tipo de locación para poder funcionar", indicó Giletta.
El reclamo
Más allá de las épocas y del paso de los años, los veteranos son los primeros en levantar la bandera del reclamo argentino por la soberanía de las islas.
"Hablamos mucho, estamos en contacto con los demás centros de otras ciudades como Buenos Aires, La Plata. Estamos informados de los avances o retrocesos de la causa Malvinas. Yo no veo que según el gobierno de turno pueda ganar o perder peso el reclamo. Creo que Malvinas es un sentimiento muy arraigado en nuestro país y que siempre que surge despierta algo especial. Así que pienso que en mayor o menor medida el reclamo siempre está presente", aseguró.
"Está en nosotros poder malvinizar un poco más. Darnos a conocer, salir a contar lo que nos pasa, poder visibilizar nuestro reclamo", agregó.
Sobre su decisión de no regresar a las islas expresó: "Hay veteranos de la zona que pudieron volver a Malvinas y reencontrarse con quienes yo llamo sus amigos de la guerra, los incondicionales. Han querido y han podido. Se han sentido bien, pudieron estar en las posiciones que ocuparon durante la guerra. Yo, personalmente, no volvería. Tuve la oportunidad, fui invitado. No quiero presentar el pasaporte para ingresar a un lugar argentino, a mi Patria. No quiero hacerlo. No me sentiría bien volviendo. Pero eso es personal".