Nelso Biolé expone los “avatares” de la vida
La muestra se puede recorrer de lunes a viernes de 9 a 12 en el Colegio de Arquitectos de nuestra ciudad.
Por Isabel Fernández | LVSJ
Una noche en la que realizaba su rutina de caminata por la ciudad, el título de un libro en el escaparate una vidriera llamó su atención y lo impulsó a tomar una decisión que cambió su vida. "Nunca es demasiado tarde para ser un artista", decía la portada y Nelso Biolé, que siempre dedicó su vida a los números ya que es martillero y bancario, resolvió a los 57 años dedicarse a la escultura, una pasión que llevaba escondida desde su infancia.
Hoy realiza su primera exposición individual en el Colegio de Arquitectos de San Francisco a la que llamó "Avatares", como uno de los que lo llevó a tomar este camino tan importante. La muestra se puede recorrer de lunes a viernes de 9 a 12 en el espacio ubicado en la sede del colegio en Libertador Sur y Libertad y estará habilitada hasta el próximo 26 de mayo.
Se trata de una muestra escultórica de línea abstracta -que reflejan formas y objetos que no existen en la realidad sino solamente cobran vida en la mente de quien la ve- con ocho estructuras, algunas de metal y otras de metal y cemento.
Se trata de una
muestra escultórica de línea abstracta con ocho estructuras, algunas de metal y
otras de metal y cemento.
"La muestra se llama 'Avatares' porque para mi, cada una de esas piezas representan hitos que produjeron cambios importantes a lo largo de mi vida, cada una tiene ese sentido, representan comienzos o fines de etapas. Lo que quiero es transmitir que a cualquier edad se pueden cumplir los sueños, no hay que renunciar a ellos", aseguró a LA VOZ DE SAN JUSTO el artista Nelso Biolé.
Al contar su historia recordó que al decidir dedicarse a la escultura hace tres años comenzó a capacitarse en el taller del artista Damián Bolaños. "Fui realizando mis propias obras que ya había dibujado en papel y ahora estoy proyectando comprarme herramientas para instalar mi propio taller", dijo.
"Soy martillero, corredor, tasador y también empleado bancario, siempre con números, pero desde chico tenía gusto por la escultura -contó-. Pasó medio siglo y volví a retomar la escultura con la que tuve mi primer contacto a los 7 años. Mi papá trabajaba en una fundición de hierro, era moldeador y me interesé y él me enseñó, fundimos plomo e hizo unos huecos en la tierra donde derramamos el plomo que salió con una forma. A partir de ahí siempre tuve curiosidad por las formas".
Agregó que decidió dedicarse a la escultura "una noche que realizaba una caminata y paré en la vidriera de una librería y me llamó la atención el título de un libro que decía 'Nunca es demasiado tarde para ser un artista'. Recuerdo que llegué a mi casa y le dije a mi esposa que iba a hacer el taller de escultura porque eso fue como un presagio, incluso yo ya había ensayado bocetos".
Finalmente el artista invitó a la comunidad a acercarse a disfrutar de la muestra y manifestó su agradecimiento al Colegio de Arquitectos por ceder el espacio que está "muy bien acondicionado para este tipo de eventos".