Natalia Vercesi, la memoria del femicidio: “El Estado sigue ausente”
En un nuevo aniversario de Ni Una Menos, el duro mensaje de su mamá Rita. "En la Argentina parece que tienen más privilegios los femicidas que las víctimas”.
El 8 de julio de 2009, cuando aún no se hablaba de "femicidios" en las crónicas policiales, ni tampoco existía esa figura en el Código Penal, y en plena epidemia de Gripe A, un brutal crimen volvía a sacudir a San Francisco. Natalia Vercesi,una joven de 27 años embarazada y madre de una niña -en ese entonces de 4 años-,fue víctima de su esposo, el exbasquetbolista y kinesiólogo Alejandro Alberto Bertotti, y su cómplice, Leonardo Forti. En un principio, el atroz episodio se daba a conocer como un robo seguido de homicidio, de acuerdo al testimonio del viudo, quien luego resultó ser uno de los autores del asesinato y condenado a prisión perpetua.
Apenas enterada del hecho, Rita Vercesi, mamá de Natalia, sintió como si le hubieran clavado a ella cada puñalada que penetró en el cuerpo de su hija y de su nieta por nacer y desde entonces, la vida nunca más fue igual.
A poco tiempo de cumplirse 12 años del femicidio de Urquiza 94 y en el marco de un nuevo 3J, Rita dialogó con LA VOZ DE SAN JUSTO y resaltó la importancia de la lucha contra la violencia de género.
En tato, sostuvo tajante: "No se está haciendo mucho para cambiar la realidad de las víctimas".
"Habría que cambiar las leyes para que la situación cambie", consideró Rita y puso reparos a la apertura de refugios para las víctimas y que "eso de buscar una casa para que vivan las mujeres que sufren violencia de género no tiene mucho sentido porque esa persona tiene que estar encerrada sin poder salir a trabajar porque corre el riesgo que la maten en la calle".
"Es una cosa injusta", expresó Rita con la seguridad de quien lleva años vinculada con esta problemática a partir de la tragedia que golpeó en su familia.
El recuerdo de Natalia convive con ella a cada momento. Recientemente "estuve viendo las noticias y allí hablaban del caso de una maestra en Quilmes que fue a una casa a ver por qué los chicos no iban al colegio y justo el hombre estaba acuchillando a la mujer. Al ver eso dije entre mí: 'yo no pude salvar a mi hija, si hubiera ido un rato antes, a lo mejor la salvaba'".
"Siento mucha impotencia por lo que está pasando. Algunos cometen estos delitos y a lo sumo están detenidos uno o dos días y luego salen libres o si la mujer los denuncia, luego van y las matan", continuó la madre de Natalia.
Mientras tanto, "el Estado sigue ausente frente a los femicidios" porque "todos los días vemos por los medios de comunicación que se mata a una mujer o se la agrede de alguna manera. Es algo indignante, me duele mucho lo que está pasando", dijo.
Con tono de resignación, Rita manifestó que "no se ven soluciones ante este problema que terminen de una vez por todas con la violencia contra la mujer. En la Argentina parece que tienen más privilegios los femicidas que las víctimas".
"Es indignante ver que los femicidas presos puedan salir a vacunarse o ir al kinesiólogo, con todos los derechos habidos y por haber luego de que se los quitaron a sus víctimas", siguió la entrevistada.
Y en su relato recordó una situación reciente que preferiría olvidar, pero no puede, como tampoco puede contener la indignación: en 2020, durante la cuarentena recibió el llamado de la Justicia informándole que Alejandro Bertotti había solicitado el beneficio de la prisión domiciliaria alegando riesgo de contagio de coronavirus en la cárcel. Finalmente, le fue denegada, pero hurgó en un herida que no cicatrizará nunca.
"En ese momento discutí con la jueza y le dije que si estamos para esto, es una verdadera vergüenza", contó.