Nada será como antes, pero la alegría de volver a las aulas persiste
Los y las estudiantes volvieron a las aulas junto con sus docentes y pese a los cambios, todos creen que la bimodalidad ayudará mucho a mejorar lo sucedido el año pasado.
Por Ivana Acosta | LVSJ
Cientos de chicos y chicas retornaron a las aulas en las escuelas de San Francisco después de un año completo sin poder hacerlo y seguir estudiando a distancia. La situación sanitaria sigue aquejada por el coronavirus pero eso no pudo opacar la alegría de los estudiantes (de todos los niveles), docentes y directivos.
En el edificio de la Escuela 2 de Abril incluso hasta un perrito estaba feliz en la puerta viendo cómo se tomaba la temperatura, higienizaba y se les explicaba a los estudiantes por dónde debían ir a su aula. Parecía así que lo único que faltaba eran las personas porque el espíritu dentro de los centros educativos siempre los estuvo esperando.
La directora de la escuela de barrio Roque Sáenz Peña, Mónica Casol, inició su segundo año en el cargo (ya que su predecesora está de licencia) y para ella que lleva 23 años como docente todo también fue muy diferente porque su primer ciclo en ejercicio debió sobrellevarlo de manera remota.
A falta de actos escolares no hubo Himno Nacional o Aurora con los patios llenos de alumnos, por ello la bienvenida se dio de forma escueta aula por aula. En esa escuela dijo Casol había por la mañana divididos en burbujas 40 chicos en total que pertenecían a las divisiones de 1°, 2°, 3° y 5° grado.
Volver a dejarlos en el colegio. Las familias acompañaron a los chicos en el regreso más esperado.
Sobre los recreos, la directora comentó que son separados y entre los mismos niños y niñas de la burbuja con la maestra a cargo cuidando las medidas sanitarias. Por lo demás no hay kiosco, ni Paicor como cuando iban a tomar la leche ahí.
Cada chico sale con sus propios elementos al recreo y cuando llegue el turno, la provincia a través del Paicor seguirá enviando las cajas con alimentos, tarea que se cumple en promedio cada mes.
Al ingreso se le toma la temperatura a cada
alumno.
El resto de forma remota
En casa con actividades desde el arranque había otros 30 que pertenecen a esta escuela, "reciben las actividades por WhatsApp y la semana entrante cuando vayan a las aulas se revisan las tareas y profundizan. La alternancia llevará a que ambos grupos cumplan la misma rutina.
"Hubo casos, como en todos lados, donde a los chicos se les dificultó, los seguimos con las maestras para que cumplimenten las actividades y quienes no pudieron, llegaron el 19 de febrero al período de integración", agregó Casol.
Tampoco los horarios son como antes, en esa escuela entraron a las 8 y a las 12 salieron, la jornada extendida como tal no se desarrolla "sino que trabajan en pareja pedagógica con su maestra de jornada".
La directora expresó que esta "es una época de incertidumbre donde todos tratan de cuidarse a pesar de otras actividades que realizan de la mejor forma posible".
Las aulas volvieron a poblarse después de un año atípico.
De a dos
En el mismo edificio están los chicos que asisten a la Escuela Proa (Programa Avanzado en Educación) en Desarrollo de Software (cuyo edificio propio sigue construyéndose en barrio La Milka) que cuenta con 1°, 2° y 3° año, éste último es el primer curso que inicia ese eslabón educacional.
"Hoy (por ayer) empezaron los chicos de 1° y 2°, en cambio 3° empieza la semana que viene porque aún estamos definiendo docentes porque la escuela al tener crecimiento vegetativo este será el primer tercer año", señaló la coordinadora Viviana Kieffer, mientras les tomaba la temperatura a los estudiantes al ingreso.
En el caso de esta institución hay 15 chicos en cada burbuja que irán alternando entre "A" y "B" cada semana, excepto en segundo año donde se formaron tres porque la matrícula este año llegó a los 32 estudiantes. Aun con todas estas normativas que se desarrollaron para este año la satisfacción de volver es mucha: "Tanto esperamos la presencialidad y todo lo que llegue así es bueno. La función principal en este caso que nosotros pensamos es la de socializar para los chicos y contener por parte de los profes".
Los recreos son el momento para bajar el tapaboca si se come o bebe algo a falta de kioscos.
"Extrañaban mucho el contacto entre compañeros"
Kieffer contó que "el grueso de contenidos seguirá siendo virtual, se explicará en la presencialidad esta función de la escuela que se sintió muchísimo el año pasado" y recordó: "Nunca pensé escuchar a los chicos decir que quieren volver a la escuela, extrañaban mucho el contacto entre compañeros".
"Todo lo que es actividades seguirá siendo virtual que a nosotros como Proa no nos incomoda tanto porque tenemos como base el aula virtual que es propia como sucede en la universidad, ahí están todas las aulas, se sube el material y actividades", detalló.
En este sentido, dijo que "esa enseñanza es paulatina pero el año pasado fue todo de golpe entonces les fue difícil acostumbrarse a trabajar así pero ahora van solos", y consideró: "Creo que va a funcionar bien, mejor que solo la virtualidad va a ser. Se pueden sacar dudas con el profe enfrente".
En la modalidad habitual los chicos pasaban 8 horas en la institución, pero ahora en el regreso solo son 4 y sus ingresos se escalonan con una diferencia de 15 minutos para que no se aglomere.
No hubo actos, pero autoridades municipales y educativas visitaron la escuela Río Negro.
Sin actos
A pesar que no hubo un acto tradicional como sucedió hasta 2019, el secretario de Desarrollo Económico, Social y Educativo de la municipalidad, Marcelo Moreno, visitó instituciones educativas.
En la escuela Río Negro el funcionario municipal dijo: "Queríamos estar aquí acompañando a algunas de las escuelas de San Francisco a falta de un acto de inicio de ciclo lectivo. Para nosotros es una alegría inmensa, compartimos la alegría que tienen los chicos de volver al aula, los docentes, los directivos, creyendo que podemos mantener la presencialidad durante el resto del año".
La señalización direccional y los adhesivos en el suelo como parte del protocolo.
La directora de la institución, Gabriela Lahournere, transmitió sus sensaciones: "Tenemos muchas expectativas y ganas para garantizar el derecho a la educación, fue un trabajo arduo donde tuvimos que readaptar tiempos y espacios dentro de la escuela para llegar al inicio de ciclo".
En esta recorrida también participó la inspectora de Educación Primaria María Azucena Sánchez, que consideró que este sistema significa "un desafío enorme" y puso en valor lo hecho por los docentes y directivos: "Las escuelas en toda la zona escolar, pasamos a trabajar con grados mucho más reducidos y esperamos que se puedan concretar buenas enseñanzas, buenos aprendizajes y que esta vuelta sea cuidada, con seguridad para todos y con las mejores expectativas".
Detrás del barbijo a los chicos se les notaba igual la emoción de encontrarse con algunos de sus compañeros.
Tal es así que en la escuela Río Negro como en las anteriores también había 15 alumnos y en el turno mañana se totalizaban alrededor de 200 sobre una matrícula de 470. Cada burbuja tenía un distintivo de color para que los docentes pudieran identificar sus grupos e incluso algunos de los más pequeños hacían gimnasia en el patio de una forma muy diferente a la que se desarrolló alguna vez. Pese a todo eso Lahournere resaltó la "inmensa alegría" que les daba volver a la presencialidad y ese sentimiento a la vez es el de todos.