Nacieron en democracia y trabajan por la memoria, la verdad y la justicia
"Hay que seguir transmitiendo este mensaje para que las próximas generaciones no olviden lo que sucedió hace 46 años", aseguran Virginia Arpino y María Paula Cabrera, jóvenes que procuran mantener vivo el recuerdo de aquel tiempo oscuro.
Por Mauricio Argenti | LVSJ
A 46 años del día en que se inició la última dictadura cívico militar en nuestro país, aquel 24 de marzo de 1976, aún perduran en la memoria de los familiares de las víctimas los recuerdos de esa triste etapa de nuestra historia nacional.
Por haber podido mantener viva la memoria de esa etapa trágica de nuestra historia, varios jóvenes de nuestra ciudad nacidos en democracia comenzaron a interesarse conservar el recuerdo de lo que para ellos fue historia narrada pero que la sienten como si la hubieran vivido en carne propia.
La Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de San Francisco viene desarrollando una ardua tarea en pos de seguir preservando los recuerdos del período entre 1976 y fines de 1983 a través de una serie de acciones que poco a poco van dando sus frutos, prendiendo sus ideales en jóvenes que se identifican con la necesidad de mantener viva la memoria colectiva para que nunca más se vivan momentos históricos como este en nuestro país.
Este es el caso de Virginia Arpino y María Paula Cabrera dos jóvenes exponentes de la curiosidad colectiva que trabajan para mantener vivo el legado de la memoria en base a lo que conocen por haber mostrado interés en la difusión de ese momento histórico de nuestro país.
Virginia es una docente de Historia de 40 años, nacida en 1981, poco tiempo antes del retorno de la democracia a nuestro país y hace 6 años que participa de la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia. En este caso, para mantener vivo el legado de la memoria, desarrolló un trabajo escolar sobre cuentos prohibidos en la dictadura que fueron leídos por los estudiantes y a partir de allí se generó un enriquecedor espacio de reflexión.
Arpino explicó que "el desconocimiento de lo que pasó" la llevó a involucrarse en esta comisión y comenzar a participar buscando algo de luz para empezar a dilucidar los aspectos más oscuros de esa etapa de nuestra historia argentina.
El primer momento en que Virginia comenzó a acercarse tibiamente a lo ocurrido durante la última dictadura fue "cuando era adolescente y le pregunté a mi mamá qué había pasado en esos años en la Argentina. Ella contaba que estaba estudiando en la facultad una carrera que ya no existe más y llegaron los militares y fueron los que se hicieron cargo de la universidad".
Su relato continuó con experiencias personales que según ella misma cuenta formaban "una historia muy naif" que era "muy diferente a la historia que conocí después cuando estudié y luego conocí a la gente de la comisión".
El 12 de mayo de 1976 fue una fecha muy dura para tres familias de San Francisco ya que fue el día en el que desaparecieron el abogado Rodolfo Gustavo Gallardo; su esposa, Nora Graciela Peretti; el miembro de la CGT de San Francisco y dirigente mercantil, Oscar Ventura Liwacki y el albañil y militante del gremio de la construcción Néstor Cármides Páez.
"Mi mamá me contó que Oscar Liwacki era vecino de ellos ya que vivía a media cuadra de su casa. Yo le pregunté si los vecinos no preguntaban dónde podían estar si se los habían llevado de esa manera y la respuesta fue: 'no, nadie dijo nada porque el 'estaba metido en algo'".
Cuando preguntaba qué era ese 'algo' en el que podía haber 'estado metido' dijo que "la respuesta era el silencio, como mostrando que era mejor no involucrarse, no meterse, no preguntar".
En este caso se definió como "la hija de la generación del 'no te metas', 'no preguntes', 'no te involucres' y quizá por allí surja mi inquietud de saber por qué no nos podemos involucrar. Esto no fue algo que pasó solo a los familiares de las personas desaparecidas, sino que nos pasó a todos como sociedad y nos atraviesa en este presente".
A partir de este razonamiento Virginia dijo que su acercamiento a la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia "tiene que ver con mi trabajo como docente y a partir de él llevar a las escuelas el mensaje de la importancia de mantener en la memoria colectiva esta etapa de nuestra historia que fue nefasta y que no puede volver a repetirse".
Virginia Arpino y María Paula Cabrera.
El trabajo con los niños "es fundamental"
Como docente, consideró que "es fundamental" el trabajo con los niños en las escuelas para continuar "manteniendo la memoria colectiva" de estos hechos y para ello "la comisión está a disposición de las escuelas hace muchos años".
"Los chicos nos sorprenden día a día, preguntan, se interesan y quieren saber qué es lo que pasó. Me parece que involucrarse desde ese lugar es muy interesante", dijo.
Más adelante destacó "el trabajo que se hace desde el Estado democrático en general y de la educación en particular por instalar el tema en las escuelas. Desde el nivel inicial hasta el universitario se llevan a cabo acciones para volver a involucrarse en la vida social y sobre todo el encuentro colectivo mediante los centros de estudiantes y docentes que quieren instalar la temática".
El sindicalismo como bandera
María Paula Cabrera es abogada, representante sindical desde 2009 y estudiante de la Tecnicatura de Higiene y Seguridad Laboral de 36 años, nacida en 1985, a poco menos de 2 años de recuperada la democracia en el país.
Integra desde el año pasado la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia como "legado de una familia sindical", lo que la llevó a reconocer el trabajo que en su momento llevaron adelante los abogados Nora Peretti y Gustavo Gallardo quienes en su momento fueron letrados del Sindicato de la Madera que hoy conduce Cabrera en nuestra ciudad.
"Siento que con mi participación en la comisión estoy devolviendo una pequeña parte todo lo que Nora y Gustavo hicieron por los trabajadores en esa época tan dura de nuestra historia, defendiendo y dejando su vida en la lucha por los que menos tienen", explicó.
En su relato se mostró "muy contrariada" ya que a casi 50 años del inicio de la última dictadura en el país "aún se siguen escuchando comentarios como 'deberían haberte llevado los militares porque algo habrás hecho'.
Por todo ello dijo que "es necesario que quienes hoy vivimos en nuestro país no olvidemos nunca lo que pasó en esa parte de nuestra historia, por los 30.000 compañeros desaparecidos por pensar diferente, estudiar o tratar de defender a los que menos tienen".
"Muchos dicen que para sentir hay que ver y si bien yo a todo este horror no lo viví, lo siento igual" explicó con mucha claridad María Paula quien dijo que ese sentimiento se profundiza "cada vez que me involucro más con esta causa".
Continuando con su reflexión acerca de esta fecha, Cabrera dijo que "para que podamos seguir viviendo en democracia todo nuestro país tiene que tener memoria, bregar por la verdad, que se haga justicia y se enjuicie y encarcele a todas aquellas personas que se creyeron con derecho de disponer de las vidas de otras personas por el solo hecho de pensar diferente".
"Nuestra idea es seguir transmitiendo este mensaje para que las próximas generaciones no olviden lo que sucedió hace 46 años en nuestro país. Es parte de la historia reciente con testimonios recientes dentro de una democracia muy joven que hay que seguirla cuidando".
Gallardo: "Esto me genera una alegría muy grande"
Martín Gallardo es protagonista en sí mismo una historia de supervivencia. De hecho, cuando el grupo de militares irrumpió en su casa para llevarse a sus padres tenía apenas tres años y medio y por motivos que aún se desconocen fue dejado en casa de sus tías Argentina y Susana Peretti. Desde entonces nunca más supo de ellos.
Hoy es el referente indiscutido de la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia y en ese marco reconoce el importante aporte de los jóvenes de la democracia que rescatan el valor de preservar la memoria.
"Esto me genera una alegría muy grande. Es muy lindo ver a jóvenes nacidos en democracia, o bien en la última parte de la dictadura, cómo rescatan el valor de preservar la memoria", explicó.
Además, por una cuestión generacional reconoció que "en algún momento quienes somos familiares de detenidos desaparecidos no vamos a estar más para dar nuestro testimonio, pero en la juventud hemos sembrado una semilla que seguramente germinará en la memoria necesaria para que esto no se vuelva a repetir en nuestro país".