Semana del parto humanizado
“Nacer y parir con respeto no es una moda ni un privilegio, es un derecho”
El parto respetado es un derecho humano básico, su cumplimiento requiere el compromiso de equipos de salud, instituciones y profesionales como las puericultoras, que acompañan, informan y defienden el bienestar integral de la mamá, el bebé y de sus familias.
Por Isabel Fernández | LVSJ
El parto respetado es mucho más que la ausencia de violencia obstétrica: es un proceso de acompañamiento integral, donde la información, el respeto, la autonomía y el apoyo a la lactancia son ejes centrales. El rol de las puericultoras es clave para garantizar que la experiencia de nacimiento sea vivida de manera consciente, empoderada y saludable, tanto para la persona gestante como para el recién nacido.
En el marco de la Semana Mundial del Parto Respetado, que se celebra del 13 al 19 de mayo, bajo el lema "El poder de parir está en vos"; Luján Almirón, Lucrecia Barrera y Verónica Almada, puericultoras de la ciudad, explicaron en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO cómo es el apoyo que brindan a las madres asegurando que se cumpla la Ley N° 25.929 de parto respetado o humanizado.
“Nacer y parir con respeto no es una moda ni un privilegio, es un derecho que tienen las mamás y sus bebés. Como puericultoras les informamos sobre los alcances de la ley para que, con sus médicos, armen su plan de parto. Nuestro trabajo es acompañarlas en todo este proceso, informarlas sobre lactancia antes del alta tras el nacimiento y luego realizar el seguimiento durante el puerperio”, aseguró Luján quien también es doula.
Recordó que existe la Ley de parto respetado que garantiza el derecho de las mujeres a estar informadas sobre todos los procedimientos en el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el puerperio. “Tienen el derecho a recibir información sobre lactancia, a estar acompañadas y a no realizar intervenciones innecesarias, solo si la salud está comprometida y lo requiere. Siempre informando a la madre o si la madre no está en condiciones, informar al acompañante ya que todas las madres tienen derecho a tener una persona que las acompañe”, dijo.
Luján advirtió que muchas veces “se piensa equivocadamente que el parto respetado, es solo el momento del parto en sí, pero no es solo esa parte, es todo el proceso, toda la información previa que se necesita y el acompañamiento después porque el cuerpo de la mujer sigue cambiando tras el parto y está muy sensible por lo que necesita mucha información sobre lo que pasará en ese tiempo”.
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Hacer validar los derechos
Por su parte Lucrecia puericultora y psicopedagoga aclaró que el parto respetado “no significa que la mamá pueda tener el bebé en su casa o pueda hacer como quiera, significa encontrar un equilibrio entre las cuestiones que establece la ley y las necesidades fisiológicas y emocionales de la mamá y el bebé”.
“Se trata de hacer validar los derechos de la mamá, para que conozca de antemano qué cuestiones tienen que saber y hacer respetar, esto no tiene que ver en donde se vaya a parir ya sea en el ámbito público o privado”, remarcó.
“Es importante que se puede adecuar lo que la mamá desea, a la propuesta de la institución donde va a parir –afirmó-, debe ser una elección coherente que cuide a la mamá, el bebé y también a los profesionales que los asisten. Como no todos los embarazos son iguales, no todos los partos son iguales y tiene que ver con que la mamá pueda elegir”.
Valorar la tarea de las puericultoras
Finalmente Verónica consideró que se “está avanzando en el cumplimiento de la ley de parto respetado con la inclusión de profesionales obstétricas en el sector público y privado. Aunque necesitamos la valoración de la tarea de las puericultoras y una ley de ejercicio que acompañe este importante rol”.
Al mismo tiempo advirtió que la vulneración de los derechos durante este proceso, “puede generar grave impacto a nivel psíquico como experiencias traumáticas, ansiedades insistentes, síntomas de depresión y sentimiento de desamparo, en la madre y las consecuencias en el bebé. También afecta significativamente a los familiares y acompañantes”.
Remarcó que como profesionales “tenemos la responsabilidad de compartir toda la información y acompañar a las familias. Debemos intervenir desde la prevención, informar, crear redes de apoyo y defender derechos, esto es parte del cuidado.