Mujeres y mercado laboral: “San Francisco maduró mucho”
Así los afirmaron desde la asociación "Mujeres con Oficios",que las capacita para incursionar en labores que por tradición suelen realizar los hombres, en su mayoría, del rubro de la construcción. Sus cursos hoy tienen hasta diez veces más de alumnas que hace un años. Sin ebargo, en ese camino hacia la igualdad todavía luchan conrtra laprecariedad laboral y una brecha salarial injusta.
Con el avance de un nuevo paradigma que favorece la perspectiva de género, cada vez son menos los espacios donde no existe participación laboral femenina. Pero en muchos aún hay resistencia.
Mientras más mujeres rompen el molde en oficios masculinizados, crece la necesidad de capacitación permanente. Precisamente de eso se encargan "Mujeres con Oficios", la agrupación creada en San Francisco con el fin de romper los estereotipos de género en el mercado laboral e impulsar la formación de mujeres en diferentes oficios que generalmente eran ocupados por hombres.
En estos momentos, la asociación de mujeres está llevando a cabo un curso de capacitación sobre construcción en seco mediante el dictado de cuatro clases semanales; el pasado 15 de abril empezaron a desarrollar esta habilidad con la participación de los capacitadores Germán García y Claudia Páez.
En tanto que a partir del 5 de mayo próximo, de manera virtual, el Inta ofrecerá un curso de jardinería y confección de cajones para huerta.
En este grupo interactúan alrededor de 1.500 mujeres a través de Faceboook e Instagram que, en su momento se especializaron en oficios y tareas tan diversas como albañilería, pintura, durlock, herrería, jardinería, mantenimiento de piletas, electricidad, etc. con el objetivo de potenciar ese espacio común para obtener mejores resultados en el ámbito laboral.
Actualmente se llevan adelante también curso de pintura de obra, decorativo e industrial que se dicta de manera quincenal los días martes en dos turnos de 20 mujeres cada uno. Por las restricciones que impone la pandemia, se desarrolla de forma virtual.
Las participantes reciben formación acerca de pintura y herramientas, tratamiento de superficies, látex, sintéticos, impermeabilizantes y revoques plásticos, maderas, pisos y piletas, industria epoxi y poliuretanos.
Al finalizar la formación teórica llevan a cabo una experiencia práctica en obra con el cual completan el curso y reciben el certificado correspondiente.
Sandra Bulacio es la presidenta del grupo Mujeres con Oficio y desde allí explicó que ellas "pasan por una situación bastante angustiante en el mercado laboral" agravado por la emergencia sanitaria.
En ese contexto, lamentó "la desigualdad y la precariedad laboral" existente entre varones y mujeres que "se advierte entre otras cosas en la remuneración y en el tipo de trabajo" que hace que "se incremente la vulnerabilidad de la mujer que torna angustiante la situación de muchas que requieren una pronta salida laboral".
Bulacio recordó en el contexto de pandemia y como consecuencia de la paralización de distintas actividades que no eran consideradas esenciales, "muchas mujeres dejaron de trabajar y no percibían su remuneración porque no todos los empleadores estuvieron pagando los sueldos durante la cuarentena".
En este marco hizo hincapié en la necesidad de establecer "una corresponsabilidad" en las tareas del hogar que permita a las mujeres conseguir las mismas oportunidades que los hombres dentro del mercado laboral. "Esto se debe ir trabajando socialmente porque en los roles establecidos es la mujer la que cuida de los niños, la que los lleva al colegio y al médico entre otras tareas y eso hace que muchas veces se le limite su acceso al ámbito laboral".
"Ellas nos piden de seguir aprendiendo"
Dentro del mercado laboral, las mujeres deben atravesar por una serie de diferencias que se le plantean de manera casi ineludible. Una de ellas tiene que ver con las tareas que se les asigna donde "hay algunos sectores en los que les resulta casi imposible acceder" vinculándolas a tareas más cercanas al cuidado, la salud, educación, etc. configurando estereotipos que luego condicionan los trabajos disponibles.
Bulacio explicó que como consecuencia de esta realidad, "las tareas a las que acceden las mujeres, generalmente son de una remuneración menor a la de los varones".
Igualmente, al momento de buscar trabajo "muchos empleadores al ver una mujer le exigen que cuente con una capacitación previa mientras que para los hombres algunos hacen la vista gorda y les dicen que los van a capacitar mientras van trabajando".
En ocasiones, la entrevistada reconoció que "las propias mujeres" incurren en una autosegregación porque "no piensan que son capaces de llevar adelante determinadas tareas y por eso se autoexcluyen de la posibilidad de pensar siquiera en que pueden aspirar a un trabajo que consideran que puede ser exclusivo para el hombre".
El empuje y la determinación son dos cualidades inherentes a la personalidad femenina y en base a eso no resulta extraño que sean ellas quienes lleven la delantera en cuanto a la voluntad por capacitarse y aprender cada vez más en el ámbito laboral.
Es así que "las mujeres llevan la delantera en la capacitación -agregó Bulacio-. Son quienes nos piden de manera permanente nuevas opciones para seguir aprendiendo".
Una muestra de ello es que, ante la puesta en marcha de distintos cursos de capacitación, la expectativa de este grupo se vio "ampliamente superada" por la gran cantidad de mujeres que intervienen.
Por caso, el curso de pintura, que originalmente fue pensado para que participe apenas una decena de mujeres, actualmente cuenta con más de cien inscriptas.
"Esto nos obligó a reorganizarnos en la forma en que se lleva a cabo el dictado" más allá de que el coronavirus obligó a tomar la virtualidad como camino obligado para las capacitaciones.
De la capacitación al empelo
Bulacio dijo que "la pandemia no detuvo el interés" de las mujeres que "están cada vez más entusiasmadas" por participar en la formación de oficios porque "ven que esto puede ser una salida laboral muy potable y genuina" para ellas.
"Hasta hace unos años en San Francisco había actividades que parecían estar vedadas para nosotras. Hoy, por el contrario, ya no resulta raro ver a mujeres en ámbitos como la construcción, la pintura de obras, ya sea trabajando en relación de dependencia o bien en emprendimientos familiares", acotó.
"San Francisco es una ciudad que maduró mucho en el ámbito laboral y su gente valora mucho el trabajo. El sanfrancisqueño tiene una idiosincrasia muy particular que incluye al trabajo como la manera para ganarse la vida", continuó l entrevistada.
Por todo ello dijo que "estas condiciones hicieron que el rol de la mujer en el mercado laboral vaya creciendo y para eso recibimos adhesiones de todos lados incluyendo el ámbito empresarial y productivo quienes nos brindan todo su apoyo".