Sociedad
Mujeres en empresas familiares: un indicador de su profesionalización
:format(webp):quality(40)/https://lvdsjcdn.eleco.com.ar/media/2025/12/maria_teresa_frusso.jpg)
Una investigación de la especialista María Teresa Frusso muestra que casi la mitad de las empresas familiares del Parque Industrial de San Francisco incluye mujeres en órganos de gobierno. “No es una cuestión de género, sino de preparación y de aporte real a la gestión”, sostiene.
La participación femenina en los órganos de gobierno de las empresas familiares dejó de ser una excepción para transformarse en un indicador de profesionalización. Así lo demuestra la investigación realizada por la especialista María Teresa Frusso, cuyo estudio se centró en las firmas del Parque Industrial de San Francisco y reveló cifras que permiten leer una transformación silenciosa, pero profunda, en la estructura de estas organizaciones.
El trabajo, titulado “La participación de mujeres en órganos de gobierno de empresas familiares instaladas en el Parque Industrial de San Francisco, como indicador para su profesionalización”, forma parte de su tesis final de la Especialización en Gestión y Gobierno de Empresas Familiares de la Universidad Siglo 21. Allí, Frusso analizó la presencia de mujeres de la familia en roles de decisión y su impacto en la sustentabilidad de las compañías.
Uno de los datos más contundentes señala que el 46,29% de las empresas radicadas en el Parque Industrial son familiares, y que el 48% de ellas incorpora a mujeres en distintos espacios de gestión y gobierno. Las encuestas realizadas para la investigación —todas respondidas por mujeres de entre 25 y 40 años, profesionales en áreas como Contabilidad, Psicología o Relaciones Internacionales— confirman además que participan activamente en la toma de decisiones cuando son convocadas.
“Quise visibilizar una realidad que quienes están dentro del sector conocen, pero que pocas veces aparece documentada con estadísticas”, explicó Frusso en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO. Su propio recorrido personal atravesado por la docencia y por el rol dentro de la empresa familiar fundada por su padre —hoy gestionada por su hermano— motivó su interés por comprender en profundidad las dinámicas internas de estas organizaciones.
Durante la investigación, indicó, se encontró con un mapa heterogéneo pero consistente: la mayoría de las firmas familiares se encuentran transitando su segunda y tercera generación, un momento clave para evaluar procesos de sucesión, liderazgos y profesionalización. En este punto, la presencia femenina aparece como una variable significativa. “Las mujeres que participan están formadas y tienen roles concretos. No es una cuestión de género, sino de preparación y de aporte real a la gestión”, subrayó.
Frusso destacó que su estudio evitó deliberadamente encuadrarse en una mirada estrictamente de género: “No se trata de que la mujer tenga un lugar por ser mujer, sino porque está capacitada. La profesionalización requiere formación, actualización y compromiso, independientemente del género”. Sin embargo, reconoció que la incorporación femenina suele enfrentarse a límites culturales persistentes, entre ellos lo que la bibliografía describe como “techo de cristal” o “piso pegajoso”, fenómenos que restringen el acceso a roles estratégicos.
El estudio también dialoga con una realidad nacional: el 75% de las empresas del país son familiares y generan cerca del 40% del PBI, aunque solo el 15% logra superar la tercera generación. Para Frusso, la inclusión de mujeres profesionales en órganos de gobierno es un factor que contribuye a revertir estas cifras. “La continuidad requiere liderazgos actualizados, apertura al diálogo y estructuras más claras. La participación femenina aporta diversidad y disciplina en los procesos”, analizó.
En sus conclusiones, Frusso también subrayó la complejidad particular que atraviesa a estas organizaciones. “El tema de las empresas familiares es muy interesante, porque es un tipo de empresa que tiene una dinámica propia, que tiene las dinámicas y las realidades de cualquier empresa común, la competitividad y la productividad. Pero luego tiene la propiedad de la empresa, que por eso se diferencia de una empresa familiar de otra. Una empresa familiar se define como aquella cuya propiedad, control y estrategia están en manos de una familia, ya sea de primer, segundo o tercer grado”, explicó. Ese rasgo distintivo —agregó— hace que el directorio esté compuesto por miembros de la familia aun cuando participen asesores externos. “A esa estructura se suman las dinámicas familiares, que todos conocemos: intensas, cambiantes, a veces conflictivas. Por eso es un tipo de empresa hoy muy considerada en el ámbito académico, y allí aparece otra salida profesional: la asesoría y la consultoría externa que pueden acompañar estos procesos”.
A partir de los resultados, fue invitada por el Directorio del Parque Industrial para presentar su trabajo el próximo año, en un espacio de devolución dirigido a las empresas que participaron de la investigación. Su intención, dijo, es promover la formación y el asesoramiento profesional como herramienta para fortalecer la sostenibilidad de las firmas. “El desafío es acompañar a las empresas para que sigan siendo competitivas, pero también para que trasciendan en el tiempo”, concluyó.
Los datos recopilados, según Frusso, ya permiten leer una tendencia alentadora: la incorporación de mujeres en los espacios de decisión no solo crece, sino que se consolida como un indicador claro de madurez y profesionalización en las empresas familiares de San Francisco.
