Mujeres con oficio: crece la matrícula femenina en las escuelas técnicas
La educación técnica dejó de ser un territorio masculino. En el Ipet 50 "Ing. Emilio F. Olmos", 24 alumnas conviven diariamente con casi 800 varones. La matrícula femenina creció un 50% en los últimos tres años. Se trata de una tendencia que crece de a poco en San Francisco.
Por Nicolás Albera
Ornella convive cada día entre 18 varones en su sexto año de la especialidad Electrónica del Ipet nº 50 "Emilio F. Olmos". En el caso de Rocío, quien cursa quinto año de la especialidad Electricidad, es una mujer entre 26 compañeros del sexo masculino. Por su parte, María Luz es una de las tres alumnas del sexto año de la especialidad Maestro Mayor de Obra.
Las tres tienen en común ser mujeres y además asistir a una escuela técnica. Pero también rompen con un estereotipo: que las escuelas técnicas son un territorio masculino.
Datos del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba, brindados a LA VOZ DE SAN JUSTO, revelan que casi cuatro de cada 10 alumnos en escuelas técnicas públicas y privadas (35,8 por ciento) son mujeres. Según los números del 2016, la matrícula en escuelas técnicas asciende a 77.289 alumnos, siendo 27.673 mujeres y 49.616 varones. En las escuelas de gestión estatal son 64.986 alumnos, siendo 23.724 del sexo femenino. En la privada, la matrícula total asciende a 12.303 alumnos, siendo 3.943 mujeres.
Desde la cartera provincial aseguran que se trata de una tendencia que en Córdoba va en ascenso y se basan en que existe una mayor vinculación entre este tipo de colegios con el mundo laboral y además una mejor preparación para ciertas carreras universitarias. Claro que tiene su contracara: se cursa en doble turno, por lo que sus alumnos pasan muchas horas dentro del aula y el taller.
Una aguja en un pajar
Hallar a la única mujer en un aula donde además hay 27 o 18 varones exige un importante esfuerzo a la vista.
Ornella Di Piazza (17), María Luz García (18) y Rocío Ferreira (16) cursan en el Ipet 50 "Emilio F. Olmos". Coinciden en que pasan muchas horas dentro de la escuela, aunque destacan que en ese lugar tienen "otra enseñanza". Asimismo afirman que pese a que les costó integrarse, dentro del aula hoy se sienten una más.
"En un momento era incómodo estar con tantos varones, pero te terminás adaptando y aprendés a convivir", aseguró Ornella, quien sostuvo "me interesaba la idea ocupar mi tiempo en algo productivo, inventivo; eso de desarmar cosas y volver armar", contó sobre su arribo al Ipet 50. María Luz agregó: "Desde un principio sabía lo que quería seguir estudiando. Tenía claro por qué venir a acá. Le veía la carpeta a mi hermano que venía a Carpintería y mí me gustaba dibujar casitas. El taller me encanta, poner ladrillos y todo eso. Además mi idea es estudiar Arquitectura". En el caso de Rocío comenzó Electrónica pero luego decidió cambiarse a Electricidad: "Yo quiero ser profesora a futuro y seguir algo referido a lo aprendido".
En los tres casos, las jóvenes conocieron de qué se trataba la escuela técnica debido a que sus hermanos estudiaban en ella. ¿Miradas raras ante la elección? No, aunque sí curiosidad: "Mis amigas se asombraron un poco de que venga acá, pero me apoyaron", relató Ornella.
En los últimos tres años
En el Ipet 50 reconocen que el incremento en la matrícula de mujeres tuvo su máxima expresión unos tres años atrás, cuando de 12 pasaron a ser 24. Estas conviven con 796 varones cada día. Cabe recordar, que son seis las especialidades: Electricidad, Electrónica, Automotores, Mecánica, Maestro Mayor de Obra e Industrialización de la Madera y Muebles.
Según recuerda Jorge Tomé Seif, director de la institución, las primeras alumnas aparecieron 25 años atrás. Eran cuatro en ese momento. Y sobre el crecimiento de los últimos años dijo: "La explicación que se puede encontrar es que la sociedad va cambiando y va reconociendo los oficios, algo que antes era impensado", señaló. Gabriela Calcagno, la vicedirectora, agregó que "se fue desmitificando que la escuela técnica es solo para hombres".
Tomé Seif resaltó el respeto de los varones hacia sus compañeras: "Algo común a las generaciones de chicas que pasaron por la escuela es el respeto de los varones hacia ellas, son muy protectores, las cuidan. La verdad es que uno se siente muy conforme y contento de que la presencia femenina crezca y eso es un indicador de la aceptación social que tiene la escuela y que va en aumento".
Calcagno destacó además que este contexto formó parte de un proceso: "No son solo cambios de los estudiantes sino del recurso humano como profesores, no docentes, los mismos padres. Los cambios se dan en todos los lugares y este es uno más".
Según un estudio del Ministerio de Educación de la Nación, los egresados de las escuelas técnicas continúan estudiando y participan del mercado de trabajo en mayor medida que los de las escuelas comunes.
"Por ejemplo, la especialidad Maestro Mayor de Obra es ideal para una mujer que quiera seguir la carrera de Arquitectura o Ingeniería Civil; de acá sale matriculada y preparada para construir un edificio de cuatro plantas", explicó el director.
Al ser consultado sobre el mercado laboral para ellas una vez que terminan sus estudios, Calcagno expresó: "Es algo que aun cuesta socialmente, primero porque se mira mucho y se apuesta a la productividad y hay un entorno social que quita un poco de puntos; pero los cupos son mayores y eso fue progresando".