Preocupación en Córdoba
Muertes súbitas y deporte: controles y protocolos unificados son clave para la prevención
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Los recientes casos en niños y adolescentes reabren el debate sobre la prevención en el deporte. El doctor Sergio Vidal, especialista en Medicina del Deporte y Terapia Física en San Francisco, advierte sobre la necesidad de controles rigurosos, responsabilidad y protocolos claros.
La conmoción que generan en Córdoba los casos de muerte súbita en niños y adolescentes reabre cada vez el mismo interrogante: ¿se podría haber prevenido? Cinco menores de edad fallecieron en actividades como fútbol y educación física en septiembre, sumado a los casos recientes de dos hombres de 57 y 50 años y una mujer de 47.
En un país donde el deporte atraviesa la vida social y cultural, los especialistas remarcan que el entusiasmo por la competencia no debe opacar la salud.
La muerte súbita en jóvenes es un fenómeno poco frecuente, pero cuando ocurre provoca un fuerte impacto social. Según explican los profesionales, detrás de estos episodios suelen hallarse enfermedades cardíacas congénitas, arritmias no diagnosticadas o malformaciones que permanecen ocultas hasta que una exigencia física extrema actúa como disparador.
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, el doctor Sergio Vidal, especialista en Medicina del Deporte y Terapia Física, desde su centro Physis, en San Francisco, aporta definiciones y ofrece un panorama sobre lo que hoy se recomienda en la práctica médica para cuidar a los jóvenes deportistas.
–¿Cómo se define la muerte súbita en niños y adolescentes?
La muerte súbita es la muerte repentina en un paciente que no tiene antecedentes previos de patología y que muere de manera inesperada. Esto puede darse en adolescentes, en niños e incluso en adultos. Las causas son variadas, pero la más frecuente es de origen cardiovascular. En los más jóvenes, como un niño de 10 años o un deportista de 19, no solemos pensar en problemas coronarios como los infartos clásicos. Cuando aparecen, suelen deberse a anomalías en la estructura de los vasos del corazón, no a un “taponamiento” por obstrucción como ocurre en adultos mayores.
–¿Cuáles son las principales causas cardíacas que la provocan en estas edades?
En general se trata de patologías congénitas, presentes desde el nacimiento. Muchas veces no se detectan en los exámenes habituales, aunque en algunos casos sí. Un ejemplo concreto: un jugador de Baby Fútbol en San Francisco que controlábamos todos los años con electrocardiogramas sin alteraciones. Un día, el estudio mostró una anomalía, se pidió un ecocardiograma y se descubrió una comunicación entre cavidades del corazón que requirió cirugía a corazón abierto. Su hermana, sin síntomas y sin antecedentes familiares conocidos, tenía el mismo problema. Esto demuestra que el antecedente familiar es una “luz roja”, pero a veces el riesgo existe aunque no haya registro previo.
–¿Qué estudios médicos recomiendan antes de la práctica deportiva?
En Córdoba existe el Examen Médico de Mediana y Alta Competencia (EMMAC); es la única provincia en el país con protocolo normatizado. Surgió tras la muerte súbita de Gabriel Riofrío, jugador de básquet cordobés que en 2001 falleció con solo 23 años. Primero lo aplicó la Federación de Básquet y desde 2009 lo extendió la Agencia Córdoba Deportes a todas las disciplinas federadas. En menores de 30 años se realizan anamnesis, examen físico completo, control de tensión arterial y electrocardiograma. Los últimos consensos incorporan la ecocardiografía como estudio importante. En mayores de 30 años se agrega la prueba de esfuerzo o ergometría. Cada deporte, además, tiene protocolos específicos: por ejemplo, rugby exige radiografía cervical para descartar canal medular estrecho por riesgo de lesiones medulares.
–¿Qué diferencia hay entre un chequeo general y el deportivo?
La actividad física genera un estrés cardiovascular que no se observa en reposo. Por eso los chequeos deportivos buscan detectar riesgos ocultos. Las estadísticas indican que en niños y adolescentes predominan causas congénitas, mientras que en mayores de 35 años la principal es el infarto agudo de miocardio y las arritmias. La medicina se guía por consensos basados en estadísticas mundiales: en Italia, por ejemplo, el control es muy estricto, mientras que en Estados Unidos ni siquiera se exige un electrocardiograma basal.
–¿De quién es la responsabilidad principal de prevenir?
El primer responsable es el propio adulto o, en el caso de los menores, los padres. Luego viene la responsabilidad médica: hay profesionales que hacen las cosas bien, otros que se equivocan –como cualquier ser humano– y algunos que son negligentes. Y también está la responsabilidad institucional: clubes y ligas deben controlar que nadie compita sin el apto físico correspondiente.
–¿Qué síntomas deben llamar la atención a padres o entrenadores?
Los desmayos, el dolor en el pecho, las palpitaciones y la falta de aire son señales de alarma. Aunque muchas veces las patologías son silenciosas. El médico debe evaluar los antecedentes familiares, el nivel de exigencia física y, en caso de dudas, derivar al cardiólogo. Pero muchas veces ocurre que, al pedir un estudio complementario, los padres se enojan porque temen que el hijo no pueda jugar el sábado. Eso es un error: la prioridad es la salud.
–¿Qué medidas se deben tomar durante un episodio de paro cardíaco?
La prevención comienza con los exámenes médicos, pero si ocurre el episodio es clave la capacitación en RCP (reanimación cardiopulmonar) y la disponibilidad de desfibriladores externos automáticos (DEA) en clubes. En San Francisco, por ejemplo, cada cancha de Baby Fútbol cuenta con desfibrilador y paramédicos entrenados en reanimación. Aun así, puede ocurrir un desenlace fatal. Pero la diferencia entre actuar o no actuar puede ser la vida del chico.
–¿Qué falta en Argentina para mejorar la prevención?
Falta un protocolo único nacional por consenso. Córdoba tiene uno de los más completos, pero no existe uniformidad en todo el país. En el fútbol, AFA implementó el sistema Comet que exige subir el certificado de aptitud física, pero no baja un protocolo único. La Unión Argentina de Rugby sí tiene protocolo, aunque su aplicación depende de cada provincia. También falta conciencia: hay familias sin obra social que enfrentan dificultades para acceder a estudios, y clubes con pocos recursos. Sin embargo, hay que tratar de arbitrar las medidas para poder dar respuesta a esa situación.
La muerte súbita es imprevisible, pero no inevitable. Con controles adecuados, protocolos serios y compromiso de padres, médicos y clubes, se puede reducir el riesgo y, sobre todo, cambiar la pregunta: lo importante no es si el chico juega el sábado, sino si está sano para jugar toda la vida.
“Desde el punto de vista médico, la capacitación constante es de vital importancia para estar a la altura de las circunstancias. Desde la Agencia Córdoba Deportes, a excepción de este año donde se está trabajando para la puesta en marcha del EMMAC digital, todos los meses desde 2009 en que se inició, se dictaron capacitaciones para los médicos efectores en las cuales, lógicamente, se aborda permanentemente la cardiología del deporte , la muerte súbita en deportistas y los consensos internacionales a los que adhiere la Sociedad Argentina de Cardiología y transfiere a la medicina del deporte”, concluyó Vidal.