"Mucha gente se pierde el momento de la lectura nocturna porque está con el celular"
Felipe Pigna habla de su último trabajo "Los cuentos del abuelo José".
El historiador Felipe Pigna puso en marcha el ciclo de escritores Verano Planeta, que desde hace 15 temporadas toma las ciudades balnearias de Mar del Plata y Pinamar con una charla sobre su último trabajo, "Los cuentos del abuelo José", donde construye a un San Martín amante de la lectura y buen contador de historias, a partir de la relación que mantuvo con su hija y sus nietas en los años de exilio en Boulogne Sur Mer.
Según Pigna, el libro se mete en la piel de "un San Martín que tiene la necesidad de contarle a sus nietas cómo era ese país que tuvo que abandonar" y se propone "recuperar la lectura nocturna, un momento maravilloso que mucha gente se pierde porque está con el celular".
En entrevista con Télam, el autor adelantó que en abril lanzará una biografía de Carlos Gardel, celebró la puesta en marcha del Plan Nacional de Lecturas y dijo que las críticas que recibió la iniciativa del gobierno nacional tienen una explicación: "Hay algo muy difícil para un argentino: proponer. Es más fácil criticar y descalificar".
-¿Era San Martín un buen contador de historias?
Era un tipo apasionado por la lectura, así que me parecía lógico pensarlo en ese rol de abuelo contador de historias, lector de cuentos. Este libro surge de uno anterior, "La voz del Gran Jefe", y de advertir las referencias que hay a sus nietas en su correspondencia. Habla mucho de ellas, del vínculo, del cariño. Y también mi idea era que volvamos al cuento, a la lectura nocturna, que es un momento maravilloso que mucha gente se pierde, a veces porque está con el celular, en vez de estar compartiendo ese momento.
-¿El de abuelo es el más humano de sus costados?
Yo creo que sí, en un tipo de por sí muy humano, tremendamente empático. Creo que es lindo ver a San Martín en ese rol, en una situación un tanto vulnerable para una persona que está en un exilio muy prolongado con la necesidad de contarle a sus dos nietas cómo era ese país. Tradiciones, leyendas, amistades, costumbres.
-El libro recupera la frase que hoy suena muy moderna, "Aquí descansa Remedios de Escalada, esposa y amiga del General San Martín", que él mandó a esculpir en la lápida de ella.
Absolutamente. Además él lo hace en compañía de su hija, que no es un dato menor. Porque si pensamos que es un tipo de unos cuarentipico de años cuando se va al exilio, nada le hubiera impedido dejar a su hija en manos de su abuela en ese mundo machista; estamos hablando de 1824. Sin embargo, asume su paternidad y se va con ella a ocuparse de su educación, una cosa rara para la época. Y va a establecer con Mercedes un vínculo muy interesante.
-¿Por qué muchos contemporáneos suyos creían que la educación de Mercedes era sólo una excusa para dejar el país?
Porque creían que nadie en su sano juicio, entre dos millones de comillas, varón, se hubiera dedicado a criar a su hija, que ése era un rol claramente femenino, ajeno a la masculinidad, sobre todo en un tipo que tenía tantas cosas para hacer. Digo esto irónicamente, poniéndonos en la mentalidad de la época.
-¿La idea de la amistad con su esposa también es adelantada?
Claramente y ahí hay una cuestión de amistad en una relación breve, porque la verdad es que se vivieron poco con Remedios. Ella murió muy joven y él partió hacia la campaña, pero evidentemente era un vínculo profundo, igual que esa ceremonia tremendamente conmovedora, prácticamente lo último que hace en el país, de ir a poner esa lápida que hoy podemos ver en la Recoleta.
-¿Qué planes trae 2020?
En lo personal, viene con un libro muy lindo, una biografía de Carlos Gardel que se llama "Volver" y que me tiene trabajando desde hace dos años, vinculado a un personaje que está elevado a la categoría de prócer. Me está haciendo feliz el personaje, que es hermoso. Estoy además con un proyecto que se llama "La Universidad de la calle", que es contar la historia argentina a través de nuestras calles.
-¿Cómo imagina a este año el campo de la cultura?
Tengo mucha esperanza, como tantas personas en este momento. Creo que hay indicios interesantes en nuestro rubro, que es la Cultura, donde vuelve el plan Nacional de Lecturas, el Conectar Igualdad (NdR: que, creado en 2015 y cerrado en 2018, entregaba computadores a estudiantes de escuelas públicas para reducir la brecha digital y social en Argentina), cosas que habían sido aniquiladas. Obviamente hay grandes problemas de recursos, pero creo que hay una sensación en el mundo de la cultura de que se puede hacer algo reparatorio.
-¿Cómo toma las críticas al Plan Nacional de Lecturas? Creado en 1984 durante la presidencia de Raúl Alfonsín, suspendido en 2016 y relanzado el 30 de diciembre último, con un consejo asesor que seleccionará 180 cuentos, uno por cada día de clases, para ser leídos a 10 millones de alumnos de primaria y secundaria en escuelas todo el país.
Gente que pone palos en la rueda va a haber siempre. Perfectamente uno puede cuestionar, pero es mejor proponer, algo muy difícil para un argentino. Es mucho más fácil criticar y descalificar. Entonces, en vez de decir "qué mal que está la lista de libros sugeridos", decí "te propongo sumar". Pero lo que hacen es descalificar completamente el plan, lo cual es una ridiculez. El plan es necesario e interesante. A veces los que critican, lo hacen porque ellos no están ahí y eso es una crítica muy menor.