Moisés Ville, el pueblo santafesino que preserva el legado de los colonos judíos

A 154 kilómetros de San Francisco, el primer asentamiento agrícola judío en el país atrae por ser refugio de historias y tradiciones.
La localidad de Moisés Ville, situada en el noroeste de la provincia de Santa Fe y a 154 kilómetros de San Francisco, ofrece un claro testimonio de la vida de los primeros colonos judíos que a partir de 1889 llegaron al país con sus tradiciones, ideas y creencias desde Kamenetz, hoy territorio ucraniano, en busca de paz y trabajo.
A 177 kilómetros de la ciudad de Santa Fe y a 670 de la ciudad de Buenos Aires, Moisés Ville (traducción al francés del nombre hebreo Kiriat Moshé), fue incluida en la primera etapa del programa Pueblos Auténticos.
Se trata de una iniciativa de los ministerios de Turismo y de Cultura de la Nación y otras nueve carteras nacionales, organismos provinciales y municipales, y que busca potenciar el desarrollo turístico, poner en valor de la identidad del pueblo y revalorizar sus patrimonios
Su inclusión en el programa Pueblos Auténticos pretende optimizar su de por sí rico potencial turístico desarrollando ejes como visitas, guías, gastronomía, la conservación de edificios y su ruralidad, que sitúan a Moisés Ville como un lugar único en su tipo en Sudamérica.
En su caso es tan valioso el testimonio por ser el primer asentamiento agrícola judío en el país que el Centro Simón Wisenthal lo propuso como candidato para ser declarado Patrimonio Cultural Histórico de la Humanidad.
Y es que quienes transitan las calles de esta pequeña colonia, que hoy tiene una población de 2.500 personas, puede rastrear los orígenes de aquellos años de finales del siglo XIX a través de sus tradiciones, pero también con la simple observación de su arquitectura.
Un buen ejemplo es el portal del Cementerio Israelita, que data de 1891, es decir, construido solo dos años después de producido el primer asentamiento de familias judías ucranianas.
Pero además poseen un rico valor patrimonial las fachadas de antiguas edificaciones como las sinagogas Brener, de 1909, declarada Monumento Histórico Nacional, y la Barón Hirsch, además del teatro Kadima, reconocido por la provincia como patrimonio histórico.
La memoria es preservada en el Museo Histórico Comunal y de la Colonización Judía Aarón Goldman, que homenajea al primer rabino, que propuso el nombre hebreo Kiriat Moshé, luego traducido al francés para el actual Moisés Ville.
El Museo Histórico Comunal y de la Colonización
Judía Aarón Goldman
También son dignos de visitar la plaza San Martín, el monumento del Centenario y muy especialmente la Biblioteca Popular Barón Hirsch que recuerda al filántropo Mauricio de Hirsch, fundador de la empresa colonizadora Jewish Colonization Association y considerado el "padre de los gauchos judíos".
El teatro Kadima fue reconocido como patrimonio
histórico.
Además, en un recorrido no pueden faltar la sinagoga Arverter (Obrera), la sinagoga Lituana, el seminario Iosef Draznin y Escuela Iahaduth, la plazoleta Baron Hirsch y el ex Banco Israelita.
A 128 años de la llegada de las primeras 136 familias judías, las personas de esa religión no son mayoría en el pueblo pero de todas formas se siguen celebrando sus festividades y se continúa con la tradición de convivencia respetuosa entre fieles de los distintos credos.
Moisés Ville es el primer asentamiento agrícola judío en el país
Situada en el departamento San Cristóbal, en el noroeste de Santa Fe y a la altura del norte de la provincia de Córdoba, Moisés Ville ofrece una clase de turismo que combina lo cultural con lo religioso y lo rural.
Cuenta con un menú de posibilidades de alojamiento que incluye las casas de familia, posadas y complejos comunitarios y estudiantiles, así como una variada oferta gastronómica que incluye platos de la tradición judía.
El Cementerio Israelita
En lo referente a su origen como
"asentamiento", debido a que no posee acta de fundación, se
diferencia de ciudades con forma de damero al estilo español o italiano por su
conformación de calles que forman un cinturón que rodea el pueblo.
Esa traza respondía a la necesidad de autodefensa y vida en comunidad, basada en principios solidarios y de ayuda mutua, y cada grupo de inmigrantes se asentaba en terrenos próximos al núcleo de la colonia provistos por la empresa colonizadora. (Télam)