Mendoza: crearon una silla de ruedas ergonómica única en el país
El proyecto fue desarrollado en por estudiantes de UTN en Mendoza y le permite a las personas con movilidad reducida mantener una posición vertical de manera natural.
La Facultad Regional Mendoza de la UTN desarrolló una silla de ruedas con bipedestación eléctrica y programación inteligente que permite una posición vertical de manera natural a personas con movilidad reducida.
La silla es demandada tanto en Argentina como en Chile, Perú y México. El ingeniero en electrónica Antonio Álvarez Abril, uno de los docentes a cargo del proyecto le dijo a Télam: "Lo que hicimos nosotros fue crear una silla que tiene un sistema con centro de gravedad que se mantiene de manera constante, es decir que la persona se conserva parada de manera natural".
Álvarez Abril explicó que cuando las personas nos paramos tenemos un modo de hacerlo y es que se mantiene el centro de gravedad del cuerpo para que la parada sea suave, es el modo natural.
"En el caso de la mayor parte de los bipedestadores del mercado es como una tabla, te paran como una tabla firme y con eso la persona tiende a ir hacia adelante, el tema del equilibrio es muy importante y en este sentido nuestro equipo tiene una innovación bastante importante", explicó.
"Además- continuo Álvarez- utilizamos señales de electroencelografía para quien es parapléjico y pueda dar órdenes con un simple parpadeo y de este modo elegir un ángulo de desplazamiento de la silla que está hecha de hierro laminado y tiene un peso de unos 30 kilogramos", detalló el docente.
Como novedad, la silla utiliza señales de interfaces de luz y domóticas para su comunicación y en el apoyabrazos cuenta con un joystick para que las personas puedan movilizarse.
Cómo es la silla
La silla cuenta con dos ruedas a motor, baterías de litio con una duración dentro del hogar de unas 30 horas y arneses que funcionan a modo de cinturón de seguridad.
El Proyecto de bipedestación se desarrolló en el laboratorio de la universidad, ubicado en la capital mendocina y allí trabajaron en conjunto docentes y becarios del Instituto Regional de Bioingeniería (IRB), dependiente de la UTN.
También contó con la participación del Ingeniero Nelson Dugarte Jerez y estudiantes de la Universidad de Los Andes (Venezuela).
Esta silla, única en su estilo en el país, tiene un costo aproximado de 18.000 dólares y recibieron pedidos o consultas de varias provincias y de países como Perú, México y Chile, señalaron los responsables del proyecto.