Día del Médico
Médicos jóvenes: entre la vocación y la lucha por los derechos

En el Día del Médico y en un contexto de crisis en el sector de salud, en el que cada vez hay menos profesionales, dos jóvenes doctoras del Hospital Iturraspe, Candela Cuadrado y Fiorella Pansa, recuerdan la importancia de que su tarea se valorice dignamente más allá de la vocación.
Por Isabel Fernández|LVSJ
En los últimos tiempos y especialmente después de la pandemia, el sistema de salud atraviesa una gran crisis. En medio de copagos y conflicto entre profesionales, consumidores y prepagas, tanto en el sector privado como en el público, la falta de médicos es cada vez mayor.
Sin embargo, aún en ese contexto hay médicos y médicas jóvenes que siguen trabajando, formándose en hospitales y clínicas, con vocación y reclamando una remuneración digna.
Cada 3 de diciembre se celebra el Día del Médico, en homenaje al doctor Carlos Finlay, quien fue un médico que pudo establecer que la fiebre amarilla era transmitida por el mosquito aedes aegypti.
En ese marco, LA VOZ DE SAN JUSTO visitó el Hospital “J. B. Iturraspe”, donde recogió los testimonios de Candela Cuadrado (MP-40795), quien está por rendir su especialidad en Clínica Médica y Fiorella Pansa (MP-42696), residente de tercer año. Dos profesionales jóvenes que en este día especial invitan a toda la sociedad a revalorizar la tarea del médico con una buena remuneración, digna de su responsabilidad, entrega y una constante formación de calidad que no solo beneficiará al profesional sino a la salud de los pacientes.
“Vocación no implica una mala remuneración. Es importante que los médicos jóvenes nos unamos más para pelear por nuestros derechos, ése es el camino para que las cosas cambien”, aseguraron las médicas.
Poner límites
Candela supo que quería ser médica desde muy chica. Acompañando a su papá Hugo Cuadrado, quien trabajó 40 años como médico generalista y geriatra en su Despeñaderos natal, acrecentó su vocación por aliviar el dolor de los demás y no dudó en formarse. Llegó a nuestra ciudad hace seis años y realizó su residencia en el Hospital Iturraspe.
“Toda la vida quise ser médica. Cuando era chica acompañaba a mi papá al hogar de ancianos y él gustaba llevar sus elementos, estetoscopio, cajitas, no veía otra posibilidad que ser médica. Finalmente, al terminar el secundario rendí para ingresar a la universidad y me puse a estudiar. Soy médica por vocación, amo mi profesión, pero vivo de mi trabajo y quiero que se valore dignamente”, aseguró.
Consideró que la generación joven de médicos “tiene otra manera de ver las cosas. La gente más grande nos dice que cuestionamos mucho, que hay que curtirse, eso de hacer las cosas solo por vocación llegando a trabajar gratis. Pero esta generación vino a poner un poco de límites a todo eso. Piensan que porque somos jóvenes no tienen que valorar nuestro trabajo”.

La doctora Cuadrado, quien también integra la Comisión de Jóvenes Médicos, advirtió que “es importante que sepan que nuestro trabajo tiene un precio. Soy joven, pero con seis años de carrera, una residencia que es muy estresante, grandes responsabilidades y muchas veces tenemos que escuchar que nos digan que porque somos jóvenes nos pagan poco”.
Estimó que por estas cuestiones “actualmente hay pocos médicos. Prefieren ir a espacios donde se los valore con condiciones laborales adecuadas, salarios dignos y una formación de calidad. Si no tienen el respaldo de su familia no pueden porque no pueden cubrir necesidades básicas con el salario que se cobra”.
“Si mi padre no me hubiera ayudado económicamente no podría haber terminado la residencia. Porque no te dan los tiempos para trabajar en otra cosa y en realidad no somos estudiantes, somos médicos que estamos haciendo la residencia que es la especialidad. Es nuestro trabajo, nosotros somos los responsables de los pacientes que vemos en la residencia”, dijo.
Añadió que también “hay otros jóvenes que tienen la posibilidad de que la familia los apoye pero no quieren aceptar las condiciones laborales, además otros médicos que deciden irse al exterior donde se los valora mucho más económicamente y además están bien vistos porque consideran que la educación que reciben los médicos en el exterior es superior”.
“Elijo trabajar en el Hospital porque me encanta lo que hago en el servicio de clínica médica. Tuve que decir que no en otros lugares, hay mucha demanda de trabajo, pero algunas propuestas de remuneración son tristísimas, no son dignas. Creo que se debe incentivar que los profesionales quieran trabajar, no solamente cubrir un puesto. Con los pacientes tengo muy buena relación y noté mucha empatía ante el conflicto, especialmente los que vienen siempre al Hospital y a la Asistencia Pública donde también trabajo”, manifestó.
Finalmente en el Día del Médico instó a los jóvenes que sienten la vocación a que “hagan lo que sientan, lo que les gusta, eso es muy fuerte, pero también peleen por los derechos. Por eso entre nosotros los médicos tenemos que unirnos más para poner límites. Me siento agradecida de tener trabajo y poder hacer lo que a uno le gusta, soy una privilegiada”.

“El trabajo está muy precarizado”
Por su parte, Fiorella Pansa descubrió su vocación por la medicina porque desde muy chica le interesaba saber sobre las enfermedades e investigar y de la mano de ese fuerte sentimiento hoy es médica residente de Clínica Médica. Aseguró que actualmente “el trabajo del médico está muy precarizado. Más allá de la vocación nosotros vivimos de esto y los salarios no son acordes, la mayoría tiene dos o tres trabajos para poder mantenerse”.
“A mis colegas les digo que sigamos luchando por nuestros derechos porque ese es el camino para que las cosas cambien –remarcó-. Hicimos distintas manifestaciones y movilizaciones para exigir mejoras en las condiciones laborales, los médicos residentes son los más precarizados, tienen mucha carga horaria y sueldos bajos”.
“Los médicos tratamos de mejorar día a día la atención de los pacientes para resolver todos los problemas por los que consultan y me comprometo a seguir formándome constantemente para velar por su salud”, finalizó.
El agradecimiento de los pacientes
En medio de la crisis, el agradecimiento de los pacientes es un bálsamo que alivia y alegra la diaria tarea de los médicos. En Clínica Médica del Hospital, Angélica Benítez que llegó de la localidad de Obispo Trejo en el departamento Río Primero para acompañar a una niña derivada resaltó la calidad de atención que recibe de médicos, enfermeras y todos los profesionales de salud del nosocomio.
“Acá hay un plantel humano impresionante por la humanidad que tienen, tratan todo el tiempo de solucionarte los problemas, de cuidarte. A más de 200 kilómetros de mi casa me siento muy contenida y hacen todo por sus pacientes. Tampoco hay conflicto entre ellos en el ambiente laboral y eso se refleja en el trato”, resaltó.