Automovilismo
Maximiliano Airaudo: “Ganar en casa era un sueño pendiente”

El navegante sanfrancisqueño Maximiliano Airaudo, junto a Julián Rebola, lideró de punta a punta la divisional N3 y celebró un triunfo histórico en su ciudad, tras un fin de semana impecable en el Rally “Ciudad de San Francisco”.
El navegante sanfrancisqueño Maximiliano Airaudo vivió un fin de semana inolvidable al imponerse, junto al piloto de María Susana Julián Rebola, en la divisional N3 del Rally “Ciudad de San Francisco”, válido por la sexta fecha del Rally Cordobés. El binomio lideró de punta a punta y se quedó con varios tramos de la competencia.
“Muy contento por lo que nos pasó el fin de semana. De a poquito voy cayendo”, expresó Airaudo en diálogo con LA VOZ DEPORTIVA. “Había ganado una sola vez en el Rally Cordobés, en 2017, y volver a hacerlo ocho años después y en casa, con mi gente, es algo impensado. Era un sueño pendiente”, remarcó.
El navegante recordó sus primeras experiencias como espectador: “Me acuerdo cuando Héctor Fassetta me llevaba a la carrera. Tenía cinco años, iba con mi mochilita armada por mi abuela. Íbamos a ver el rally con toda la banda y yo soñaba con que algún día me tocara correr en mi ciudad. Este año se dio y todavía no caigo”.
Sobre el último prime, Airaudo señaló: “La diferencia era buena, pero en rally puede pasar cualquier cosa: que se pare el auto, que pinches una goma. Salimos tranquilos, sin hacer nada raro, para que el auto llegue. Los últimos metros antes de entrar a la ciudad fueron pura emoción, con lágrimas en los ojos”.
La llegada también fue especial: “Fue el desahogo de mucho tiempo, de esfuerzo y de bancarse que algunos dudaran de nosotros. Marcos, que siempre confió, nos dijo ‘te lo dije, era cuestión de esperar’. Ganar en casa fue una locura”.
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El sanfrancisqueño contó en qué momento sintió que la victoria podía ser posible: “Nunca lo dabas por seguro, porque había rivales muy rápidos. Pero cuando vimos que teníamos más de 13 segundos de diferencia el sábado, pensé: ‘Si no es esta, no hay otra’. Cerramos el día ganando los tres tramos y fue un éxito”.
En cuanto a dificultades, comentó: “El sábado, en Esmeralda, casi tumbamos el auto. Se nos espantó en una recta larga y terminamos en un trigo, pero pudimos controlar. El domingo fue tranquilo, sin inconvenientes”.
Por último, dejó sus agradecimientos: “A nuestras familias, a los sponsors, a Julián que nunca bajó los brazos, al equipo que es una locura y a mi jefe, que me da los días para correr. También a toda la gente que nos apoya desde la vera del camino y a Héctor Fassetta, que me llevó de chico a las carreras y me hizo amar este deporte”.