Mausoleo de Lenin, obra maestra de la arquitectura rusa

Moscú más allá del fútbol. LA VOZ DE SAN JUSTO y AM 1050 visitaron un edificio emblemático para la historia rusa, en la Plaza Roja, al lado del Kremlin.
MOSCU (Luciano Olivero / Enviado Especial)-. La visita al mausoleo donde descansa el cuerpo momificado del líder bolchevique Lenin sigue siendo una de las más importantes atracciones de la capital rusa.
No es sencillo conseguirlo en días en que el Mundial de Fútbol convierte a Moscú en epicento de turistas de todo el mundo. Implica paciencia e instancia, es que todo el mundo quiere ingresar y por las medidas de seguridad que rodean al cuerpo y sistema por el cual se lo mantiene conservado, a veces hacen que las pocas horas de disponibilidad para los visitantes se acorten y uno se quede en plena fila.
LA VOZ DE SAN JUSTO y AM 1050 finalmente visitaron el lugar, que en las primeras semanas del Mundial permanecía cerrado, ya que era imposible dejar entrar tanta gente, pero con el correr de los días, se fue abriendo lentamente y respetando casi siempre su estricto horario: de 10 a 13, sin excepción. El ingreso es gratuito.
El mausoleo de Lenin se encuentra en el lado oeste de la Plaza Roja de Moscú, bajo las murallas del Kremlin y frente al elegante edificio de los almacenes GUM. No tiene pérdida: a pesar de su pequeño tamaño, los guardias uniformados que lo custodian y la gran aglomeración de turistas que a todas horas se hacen fotos frente a su puerta, lo delatan.
El edificio
En un principio, en este lugar se encontraba un mausoleo temporal de madera para la despedida del líder del proletariado antes del entierro que, al final, no tuvo lugar. El gobierno soviético se basó en motivos varios para perpetuar la presencia del fundador del nuevo país. Para el año 1930, el mausoleo de madera se sustituyó con un nuevo edificio sólido, el mismo que sigue en pie al día de hoy.
Según cuenta el guía de nuestra visita, el autor de la edificación fue Alekséi Schúsev, un arquitecto también autor de numerosas construcciones de Moscú.
En cuanto a su estilo, el mausoleo de Lenin se atribuye al vanguardismo y al art déco. Al mismo tiempo, a pesar de su atrevida arquitectura, el mausoleo se considera una continuación de los milenios de tradición en la construcción de sepulcros a los zares y faraones.
Todo lo que uno pueda escribir o contar, es simplemente de afuera, porque la vivencia, tan fuerte por cierto, se da adentro, lejos de las cámaras y los flashes.
Cuando uno cruza la puerta de ingreso, está lleno de policías, creo, al menos, haber contado diez en pocos pasos. Todo muy oscuro, primero a la izquierda, luego a la derecha y varios metros hasta llegar a una sala. Una luz tenue enfoca su cuerpo, la temperatura es elevada. Diría que hace frío, pero es entendible, es parte del clima que se necesita para la mantención de cuerpo momificado.
La sensación es fuerte, pasa rápido. Solo se puede mirar el cuerpo 30 segundos. Ni uno más, ni uno menos. Y automáticamente te sacan, te obligan a caminar rápidamente por otro pasillo, el del regreso.
Lo que se percibe en el instante de contemplar rápido a Lenin -quien reposa cual muñeco en una urna de cristal (blindada) suavemente iluminada-, ver su cara intacta, choca mucho con pensar que murió en enero de 1924.
Cuentan que en aquella jornada los termómetros en Moscú marcaban ¡40 grados bajo cero! A pesar del frío gélido, una multitud salió a la calle. Había hogueras por toda la capital soviética y la marcha fúnebre sonaba por doquier, acompañada de explosiones de dinamita. Otro de esos días que pasarán a la historia de Rusia y del mundo. Como este, cuando LA VOZ DE SAN JUSTO y AM 1050 caminaron a la par de su cuerpo.