Básquet
Matteo Blengini “Si el primer punto fue duro, el segundo lo será mucho más”
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Blengini analiza el triunfo en Morteros, repasa las claves estadísticas del 70–59 y anticipa una final intensa este domingo en el estadio "Antonio Cena".
El Ceibo llega al segundo partido de la final con una mezcla perfecta de confianza, madurez competitiva y una claridad interna que se percibe en cada movimiento del plantel. El triunfo como visitante 70–59 en Morteros no solo le dio la ventaja deportiva: le dio, sobre todo, un mensaje. Un mensaje al rival, a la serie y a sí mismo. Que este equipo está preparado para competir, sufrir y golpear en el momento justo. Y que este domingo, desde las 20 en el “Antonio Cena”, puede coronar una temporada inolvidable.
El primer punto de la serie fue una muestra de identidad. La planilla oficial del partido revela que El Ceibo construyó la victoria desde un lugar donde no hay truco posible: la defensa. Dejó a 9 de Julio, uno de los ataques más peligrosos del torneo, en solo 59 puntos, con apenas 6 triples convertidos en 32 intentos (19%) y con una enorme incomodidad para ejecutar en estacionado. En ofensiva, además, el equipo funcionó como un bloque, con circulación paciente, muchas manos involucradas y decisiones limpias en los momentos calientes. Los 41 rebotes totales hablan de esfuerzo, concentración y dominio físico.
Entre los rendimientos individuales, la noche tuvo nombres propios: Gabriel Rojas fue decisivo con una planilla de élite —19 puntos, 11 rebotes, 5 asistencias— y un impacto que no se mide solo en números; Santiago Andrione acompañó con 17 puntos y 9 rebotes, imponiendo energía en ambos tableros; Pablo Grosso aportó 12 tantos con cuatro triples oportunismos; y el propio Matteo Blengini completó un partido enorme, con 13 puntos, 3/5 en triples, defensa arriba de la bola y la conducción fría que se necesita para ganar de visitante.
No sorprende entonces que, al analizar lo que pasó en Morteros, Matteo haya arrancado por ahí: “El mayor punto fue la defensa: dejamos a un equipo de alto goleo en 59 puntos. En ataque fuimos solidarios y nos pasamos bien la pelota. Por momentos tuvimos el dominio del partido, y lograr eso de visitante es muy difícil”. Lo vivido aquella noche se sostiene con la mirada de cualquiera que haya visto la serie: El Ceibo no solo ganó, impuso condiciones.
Todo esto ocurre en un contexto emocional particular. La clasificación al Torneo Federal fue el objetivo principal del año, el que remotamente se soñaba desde pretemporada y que tomó forma en un proceso largo, sostenido y cargado de tensión. Cuando se consiguió, la explosión fue inevitable. Pero el equipo mostró una madurez notable para no desviarse del camino. Matteo lo explicó con naturalidad: “El objetivo principal era lograr la clasificación al Federal. Una vez que lo conseguimos, la frutilla del postre era meterse en la final. Fue un momento muy lindo cuando se logró el ascenso, pero a los dos días ya teníamos que estar enfocados porque venía la serie con Matienzo”.
El análisis del rival también aparece en su discurso con claridad. “Sabemos que ellos tienen muchos puntos fuertes, por eso llegaron a la final con nosotros. Ellos buscan un juego más estacionado, apoyándose en el poste bajo; nosotros tratamos de correr la cancha y jugar posesiones largas”. Esa diferencia de estilos convierte cada partido en un choque estratégico. 9 de Julio necesita bajar el ritmo, endurecer la pintura, controlar los tableros y limitar los tiros cómodos. El Ceibo, en cambio, necesita aire, velocidad, defensas largas y ataques pacientes. Este domingo, con su gente, tendrá la oportunidad de imponer ese libreto desde el arranque.
La frase que define la previa llegó cuando se le preguntó qué espera del segundo punto: “Si queremos conseguir el segundo punto en casa tenemos que ser más duros defensivamente y más solidarios en ataque. Sabemos que si el primer punto fue duro, el segundo lo será mucho más”. Ahí está el espíritu del plantel: humildad, concentración y la absoluta convicción de que nada está ganado.
El plantel vive la previa con intensidad: “Estamos muy ansiosos, no vemos la hora de que sea domingo. Pero esas ganas tenemos que traducirlas en la cancha, saliendo a imponer nuestro juego”. Eso dijo Matteo. Y no hay mejor síntesis para un equipo que llega al punto más alto de su temporada jugando, justamente, como un equipo.
El Ceibo está a un partido del título. El rival es duro, la serie es exigente, la presión es enorme. Pero si algo dejó claro el primer punto es que la “Flor Nacional” no llega por casualidad: llega porque sabe competir. Y porque entiende, como lo dijo Blengini, que si el primero fue duro, el segundo lo será todavía más. Y aun así, está lista.
