Marianela Panero: “El teatro sana, salva, educa, transmite y sin dudas es otra forma de vida”

Hace 7 años incursionó en el teatro junto a Adrián Vocos y hoy es una de las actrices sanfrancisqueñas consagradas de la escena local, pero con enorme repercusión en el interior de nuestra provincia. En el rol de Tamara en la obra "Bajo terapia", la mujer de 45 años dejó de lado los prejuicios para cumplir el sueño que siempre tuvo: ser actriz.
Hace 7 años incursionó en el teatro junto a Adrián Vocos y hoy es una de las actrices sanfrancisqueñas consagradas de la escena local, pero con enorme repercusión en el interior de nuestra provincia. En el rol de Tamara en la obra "Bajo terapia", la mujer de 45 años dejó de lado los prejuicios para cumplir el sueño que siempre tuvo: ser actriz.
Con el deseo ferviente de algún día interpretar a Eva Duarte de Perón, esta mujer dejó sus miedos de lado y se animó a que su enorme anhelo de niña se convierta en realidad. Ganadora de múltiples premios junto a su maestro Adrián Vocos de La Comedia San Francisco, Marianela Panero es un ejemplo de superación y que el arte, sana.
- ¿Cómo descubriste el teatro y cómo llega a tu vida?
En realidad desde que tengo uso de razón quería ser artista, todo lo que era arte me llamaba la atención, y a medida que fui creciendo ese anhelo fue cada vez más grande.
Yo soñaba con ser artista, actuaba dentro del baño, en mi dormitorio, cuando todos en mi casa se iban, yo era feliz porque ponía música y me ponía a bailar y actuar. En ese momento ya sentía que era mi pasión, lo que yo quería hacer, miraba una película y después me quedaba en la cama pensando en ese personaje, en como lo haría yo, y hasta a veces me angustiaba el saber que yo también podía hacerlo y que estaba muy lejos de llegar a eso.
Ya terminando el secundario todas mis amigas sabían lo que iban a estudiar, abogadas, arquitectas, contadoras, y yo sentía un vacío enorme porque lo que yo quería no estaba en los planes o en la estructura impuesta por la sociedad. Ahí me di cuenta que mis sueños estaban más lejos que nunca.
Recuerdo que muchas veces sentí el impulso de agarrar un bolso, sacarle algo de plata a mis padres e irme a esa ciudad donde estaban todos los artistas, Buenos Aires pero el miedo era más fuerte.
Esto nunca lo conté, ahora después de tantos años me atrevo a decirlo que por primera vez sentí una gran depresión y soledad, sentía que nada tenía sentido, todo lo que podía llegar hacer no me llenaba.
Empecé a trabajar, ya estaba de novia, mis amigas todas estudiando, y yo me aferre mucho a mi pareja, dejando todo eso postergado o tapado en un lugar de mi corazón.
Otro de mis sueños era tener una gran familia, y así fue que teniendo 19 años quedé embarazada y fui mamá de 4 hijos maravillosos, y disfruté muchísimo de esa etapa, pero aunque era muy feliz siendo esa mamá algo me faltaba para completar ese vacío que todavía estaba en mí, la actuación, muchas veces pensaba que ya estaba, que ya era imposible, pero muy dentro mío nunca perdí la esperanza.
Hace 7 años, Marianela comenzó a incursionar en el teatro, y hoy es una de las actrices más importantes de la escena local.
- Eso es lo más importante... ¿Cuándo llegó el teatro?
Mis primeros comienzos fueron con Raquel Camusso y Pedro Ordóñez. Ellos fueron mis primeros maestros, y ya ahí no tenía dudas de los que significa esto para mí, pero en ese tiempo mis hijos todavía eran demasiado chiquitos y se hacía complicado el tema de las clases y los ensayos, así que me dije a mí misma que todavía no era mi tiempo, que iba a esperar que sean más grandes, y ahí fue que unos años después me entero de que un tal Adrián Vocos venía de Buenos Aires a hacer teatro, y empecé a preguntar. Adrián es mi maestro, el primero que creyó en mí.
- Adrián vino a romper con todos los esquemas en nuestra ciudad. ¿Cómo diste el primer paso?
Me costó empezar, tenía dudas y mucho miedo porque pensaba que ya estaba grande, pero un día me animé le escribí y fui. Me acuerdo que me temblaba todo el cuerpo de los nervios, pero ese día ya no tuve dudas, ese era mi lugar, y ahí empezó todo.
- ¿Rompiste con prejuicios al hacer teatro, al expresarte artísticamente y a exponerte?
Si, totalmente. Si no rompes con esos prejuicios no podés hacer teatro. Muchas personas empiezan porque se creen que son el payaso de la familia, que hacen reír, que divierten a todos pero después se encuentran con que es mucho más profundo que eso. Es exponerse, sacar emociones, desnudar el alma, ser niños, jugar, hacer decir, sentirse libre sin pensar que nadie te va a juzgar.
Y es ahí donde algunos se van y otros quedan. Me pasó con un personaje que habla de los prejuicios que tenemos. Fue cuando Adrián me convoca para hacer de Cenicienta en Encuentados y yo ya tenía 40 años. Fueron emociones encontradas, feliz por semejante propuesta y oportunidad y a la vez tenía dudas de que a mi edad no vieran una princesa, y un día me dije a mí misma, "Marianela si Adrián te eligió para ser princesa vas a serlo y para eso primero tenés que creerlo vos". Así fue que Cenicienta entro en mí y empecé a jugar como una niña, siendo lo más hermoso de esto que los chicos que me vieron se llevaron una princesa.
- ¿Cómo fue el proceso de tu familia ante tu exposición?
Al principio costó un poco. Primero, pensaron que era un hobby, otro de tantos que yo empezaba y dejaba, hasta que se dieron cuenta que esto iba en serio y que por nada de mundo lo dejaba. Obvio costo entender los ensayos, las giras, que a pesar que uno pueda estar enferma o haya algún acontecimiento importante si hay función eso es lo primero. Pero con el tiempo lo entendieron y hoy no solo que me apoyan sino que me alientan a seguir por más.
"El teatro te libera", expresó Marianela a Voz Mujer.
- ¿Qué cosas sanaste con el teatro?
Muchas, sobre todo a enfrentar situaciones muy difíciles personales, pérdidas muy grandes. Cuando hice mi primer personaje que fue Bernarda Alba, hacía poco tiempo había fallecido mi hermano. Fue un momento muy difícil, pero ahí entendí la famosa frase "La función debe continuar", y así es a pesar de todo, la vida sigue. El teatro también sanó una angustia existencial que yo tenía. El hacerme sentir que vale la pena, que soy importante, yo podía ser alguien en la vida, y no se trata de egos, vanidad ni de humildad, que obvio están como todos lados y que hay que trabajarlos todo el tiempo. Se trata de que cuando te preguntan" ¿Vos que hacés? Yo respondo que soy actriz y lo digo con todo el orgullo, pese a quien le pese, y agradecida porque no todos pueden hacer lo que quieren. También soy emprendedora y eso me permite darle lugar a lo mío que es el teatro. A mucha gente le costó entenderlo que el ser artista es tan o más importante que cualquier otra cosa. Lo más lindo del teatro es el público, ese es el mejor premio, lo mejor que le puede pasar a una persona.
- ¿Hay una Marianela antes y después del teatro?
Si claro, sin dudas. El teatro me permitió ser quien yo realmente quería ser, me encontré con mi soledad, con mi yo dejando prejuicios. Me ayudó a enfrentar muchos miedos y cuestiones personales. Para mí, más allá de saber que era mí pasión, era estar haciendo algo en lo que solamente yo creía. El teatro sana, salva, educa, transmite y sin dudas es otra forma de vida.
- ¿Por qué las mujeres de tu edad deben hacer teatro?
Porque te libera y porque a mí edad en el teatro no hay edad y todos esos prejuicios imposiciones o miedos, con el teatro vas a poder sacarlos. Digo teatro, como puede ser el canto, el baile, la pintura.
Marianela en el personaje de Bernarda en La Casa de Bernarda Alba.
Sobre el escenario
- En siete años tuviste muchas experiencias. ¿Qué papeles interpretaste?
Mi primer personaje fue Bernarda Alba en La Casa de Bernarda Alba, Mercedes en Flores de Acero, Rosita en Rosita la solterona, Tituba la bruja de Las Brujas de Salem, Rosa en El Andador, La vieja en Yerma, Cenicienta en Encuentados, hada madrina en Cenicienta y ahora Tamara en Bajo terapia. Todos los personajes tienen algo especial para mí y cada uno en alguna parte tiene una Marianela. No podría elegir a uno, pero Bernarda Alba sin dudas fue un antes y un después en mi vida del teatro, pero todos me marcaron algo y dejaron enseñanzas.
- Si tuvieras que elegir algún personaje, ¿Cuál interpretarías y por qué?
Hay muchos personajes interesantes como Eva Perón; Tita Merello; Edith Piaf, si pudiera cantar como ella ; Juana de Arco y tantos más que seguramente ahora me esté olvidando . Sin dudas, de todas, me quedo con Eva Duarte porque fue una mujer que nos dejó sin dudas una huella importante en la lucha de los derechos de la Mujer, en poner no solo la voz de tantas ellas sino el cuerpo y el alma, en demostrar que la mujer es mucho más que el cuerpo femenino.