Ciclismo
María Soledad Farías: “Llegué al límite y pensé que tenía que hacer algo”
María Soledad Farías tiene amputada su pierna izquierda bajo rodilla por un accidente de tránsito. En un ejemplo de superación personal y de vida, decidió disputar la Doble San Francisco - Miramar para damas en su primera edición.
María Soledad Farías es oriunda de la localidad de Freyre y tiene amputada su pierna izquierda bajo rodilla por un accidente de tránsito. En un ejemplo de superación personal y de vida, con esa condición física decidió disputar la Doble San Francisco - Miramar para damas en su primera edición. LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con “Memé”, como todos la conocen, qué conto su historia de vida y cómo fue adaptarse este nuevo desafío y la decisión de correr la “clásica” junto a sus amigas.
¿Qué hecho aconteció para que te tenga que amputar la pierna? ¿Cómo fue la recuperación?
Un 29 de mayo del 2011, tuve un accidente de tránsito en moto tras colisionar con un camión en camino a localidad de Miramar, desde esa fecha comenzó otra vida para mí. Fue un proceso largo donde estuve 4 años intentando salvar la pierna y no fue posible por qué desde el día uno hubo una infección que los médicos no pudieron combatir. En el 2015 tomé la decisión de amputarme y en el 2016 ya me equiparon, algo que yo pensé que iba a ser lento, pero en realidad fue rápido y la recuperación fue buena.
¿Cómo fueron esos años donde no sabías que iba a pasar?
Siempre intenté salvar la pierna, ese era mi objetivo. Había meses que parecía que todo se terminaba de lo bien que estaba y de la nada, aparecía otra infección. Yo siempre hago hincapié en el apoyo de mis familiares y amigos que estuvieron desde el primer momento hasta el día de hoy.
¿Cómo fue tu vida luego de que te amputen la pierna?
Antes de amputarme fue un “rompedero” de cabeza, el pensar que no iba a poder correr, saltar y muchas cosas más. Hoy, vivo el día a día, hay acciones que no puedo realizar, pero tampoco me afecta mucho. Lo que sí me molesta es la poca inclusión que hay en la sociedad, nos tenemos que adaptar a estas cosas. En la mayoría de los lugares falta accesibilidad, es algo que no te das cuentas hasta que te toca vivirlo en carne propia.
¿Cómo llegan las bicis a tu vida? ¡Tu pasión de hoy en día!
Llego un momento donde yo había subido mucho de peso, llegue al límite y pensé que tenía que hacer algo. Los médicos me habían dicho que no podía andar en bici y salí sola una tarde donde rompí toda la prótesis. Era lo único que podía hacer de actividad física, comencé realizando 6 kilómetros y desde ahí se fue extendiendo el kilometraje. Me tuvieron que acomodar la prótesis de una forma especial para que yo pueda andar en bici.
¿En qué momento decidiste comenzar a competir?
Hacía menos de un año que yo había comenzado a andar en bici y en Freyre siempre se hace un Rural Bike. Decidí anotarme para que la gente vea que si se quiere, se puede. Primero tuve que preguntarle a los organizadores si podía competir y ellos accedieron de buena manera. Yo lo que busco mostrar compitiendo es que se puede por más difícil que lo sea.
Llegó la Doble San Francisco - Miramar ¿Cómo tomaste la decisión de anotarte?
Yo no me anote, me anotaron que es distinto y me quise bajar más de una vez. Yo salgo a pedalear con una amiga a la cual invite a competir y me dijo que ella no podía porque le iba a ir mal y yo le dije que me ofendía, ya que cuando me anoto a una competencia sé que es para participar y no para competir, ya que nunca me voy a poder comparar con otra persona. La convencí y desde ahí no paramos, la condición era que si yo no corría, ella se bajaba. Intente desistir de la carrera muchas veces para dejarle el lugar a otras chicas que tenían mejores condiciones físicas que la mía. Nosotros no teníamos bici rutera, estaba anotada y no tenía con que correr. Luis Sabadini fue quien me ofrece una bicicleta rutera de mi talla lista para yo entrene y corra la carrera, es un gesto que se lo voy a agradecer toda la vida. Comencé a buscar a sponsor por qué sabía que si me pasaba algo en la competencia la bicicleta era muy cara y la iba a tener que pagar. Gracias al apoyo de dos patrocinadores, logre comprar la bici.
¿Cómo te preparaste para la carrera?
Comenzamos a salir a la ruta dos meses antes de la competencia, fue un aprendizaje muy grande en poco tiempo. Los sábados salíamos a hacer más de 100 kilómetros juntos a los chicos de Freyre que ya corrieron esta carrera.
¿Qué sensaciones pasaron por tu cabeza cuando largaste? ¿La disfrutaste?
Todo lo que se te imagine se me vino a la cabeza, muchos miedos, pero con la meta de ir y volver. La competencia fue única, se va muy fuerte, nunca habíamos ido en un pelotón tan grande con más de 100 bicicletas. A pesar de los medios, la disfruté un montón por qué corrimos en equipo.
¿Cómo fue correr en equipo para vos?
Nosotras éramos 4, teníamos dos equipos de mi localidad y el mío estaba compuesto por 4 integrantes, nuestra meta era salir juntas y volver juntas. Ninguna se quedó en el camino y cumplimos nuestro objetivo.
¿Qué significo llegar a Mar Chiquita?
Fue algo increíble porque a nosotros en El Tío nos avisan que estábamos descalificadas y los auxilios nos decían que nos subamos a los autos. Con lágrimas en los ojos decidimos seguir adelante, debido a que se lo debíamos a todos aquellos que nos habían apoyado para poder estar presentes. Cuando llegamos a Balnearia nos dijeron desde la organización que nos quedaban 10 minutos para poder ingresar en el tiempo. Fue una mezcla de emoción, desesperación, todo junto. Tras realizar un esfuerzo increíble, logramos llegar al tiempo y todo fue felicidad con nuestras compañeras. Hasta el día de hoy, no sé por qué nos comunicaron que estábamos descalificadas.
¿Cómo fue la vuelta a San Francisco?
Para mí fue muy complicado, debido a que iba a pasar por primera vez en bici por el lugar donde me accidente y esa noche no pude dormir, estaba muy nerviosa. Largue muy mal, el pelotón se retiró de donde yo estaba y me quedé solamente con nuestro auxilio. En Balnearia me dicen que me suba al auto y les dije que no, que iba a ir hasta donde podría. Mi accidente fue entre Altos de Chipión y Balnearia, el cual es el tramo más complicado de la carrera. Cuando estoy en esa parte, aflojo, pero decidí apretar para llegar al pelotón. Debido a mi concentración, pasé por el lugar del accidente sin darme cuenta. Estuve toda la carrera acalambrada y la prótesis se me salió más de 3 veces, yo me la acomodaba arriba de la bici para poder seguir.
¿Qué sentiste al pasar por Freyre?
Pasar por mi pueblo fue algo increíble, era el impulso anímico que necesitábamos para poder llegar a la meta. No podíamos creer que la gente nos haya esperado, ya que veníamos a 30 minutos del pelotón de punta por el viento que había. Fue algo único saber que estaban todos apoyándonos. Llegar fue un sueño para todas, cumplimos nuestro objetivo de salir juntas y llegar juntas. Fue una alegría única. La frase es que si se quiere, se puede.