Entrevista
Malena Santillán: "Estoy decidida a ir a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles”
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En esta entrevista con LA VOZ DEPORTIVA, Malena Santillán analiza su paso por el Panamericano Junior de Asunción y el Mundial Junior en Rumania. La nadadora sanfrancisqueña cuenta la calidez humana y profesional que encontró en Unión de Santa Fe y asegura que quiere y trabajará para estar en los próximos Juegos Olímpicos.
Por Manuel Ruiz
Malena Santillán pasa el tiempo demoliendo cronómetros. Lo hizo en los 200m espalda en el Panamericano Junior de Asunción hace 15 días atrás para el oro, el récord panamericano, el pasaje al Panamericano de mayores que se desarrollará en Lima (su segundo con 17 años) y para quedar a nada del tiempo necesario de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Y a diferencia del proceso que termino con Paris 2024, esta Malena es otra. Encontró un equipo, encontró su prueba y asume sus sueños como metas. La sanfrancisqueña tiene las claras cosas como el agua y va, a toda velocidad, de espalda, hablando de frente.
-¿Laburaste el tema récord, el lugar en Lima, o fue otra vez tirarse al agua, dejar todo y ver qué pasa? ¿Era un objetivo también?
MS: Cuando me enteré que iba a ir al Panamericano, dije: “Quiero ganar los 200 espalda, quiero que sea mi prueba”. Y yo sabía que bajando mi tiempo iba a ser de nuevo récord absoluto, sabía que iba a ser récord Sudamericano y era muy probable que, si lo bajaba 40 centésimas, iba a ser récord Panamericano también, pero no esperaba bajarlo tanto. Bajé, sinceramente, mucho más de lo que yo podía esperar. Hay veces que te salen las cosas y otras no. Depende también de cómo estés de motivación, qué confianza te tengas. Yo creo que es lo que hice y esa marca está hecha porque yo estaba convencida de que iba a bajar mi marca y el hecho de también querer ganar creo que me ayudó a sacar hasta la última gota de esfuerzo que me quedaba, porque yo estaba convencida. Vengo trabajando mucho con mi psicóloga lo de confiar en mí, y decir: “Sos capaz, venís entregándote un montón y podés hacerlo”. Pero sí, es de un día para el otro, por ejemplo, después fui al Mundial y tiré 2'13", ¿entendes? Y es como que sí, son 3 segundos y es un montón, pero es así. Hay veces, que cuando estás muy bien sale y otras no y después está eso de decir: “Tenes que sostenerlo”, de cuidar mi puesto en la Selección, de decir: “Bueno, yo soy la mejor nadadora de Argentina en esta prueba, no puedo dejar que las de abajo vengan y me lo saquen”.
- ¿Y pasaje a Lima o no?
MS: Sí, yo no estaba muy segura si el que quedaba primero pasaba directamente a Lima o no, y cuando me enteré dije: “Bueno, mejor, ya es una cosa menos”.
-Y en el Mundial no pudiste replicar lo de Asunción. Entiendo que el desgaste físico del Panamericano influyó.
MS: Sí, yo sinceramente no quiero excusarme mucho con eso, pero sí. Desde el día uno que llegué se le dije al entrenador, incluso el primer día que nadé me sentía totalmente cansada. Pero también fue un desgaste metal. Termine el Panamericano y a las horas estaba en Rumania.
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-¿Qué encontraste en Unión?
MS: Me encontré con un equipo muy grande, un equipo muy lindo. Al principio para mí era un poco raro porque tenías a todos mientras entrenábamos diciéndose: “Vamos chicos, vamos, que podemos”, alentándose así, ¿viste? Y yo al principio le decía: “¿Qué están haciendo? ¿Por qué están hablando?”. Y me di cuenta que es por una cuestión de eso, de simplemente apoyarse como equipo y de aguantar el trabajo juntos, de saber que no estamos solos. Y eso creo que me impactó mucho y ahora me gusta cuando dicen esas cosas, incluso yo a veces las digo. Santa Fe en sí me parece súper lindo. Lo siento bastante como San Francisco, me puedo mover en bici tranquila, caminando, las cosas no están lejos, entonces eso está bueno. Y bueno, también me encontré con otra forma totalmente distinta en algunas cosas a la hora de entrenar para la rutina del gimnasio o en la pileta. También lo que estaba bueno, que me hizo bien, es la pileta de 50m. Al principio me costó mucho tener que adaptarme, pero influye mucho a la hora de competir.Se nota en los nacionales, que los dos últimos de juveniles los ganamos. Es una locura, es re lindo, nadar y ver a los chicos moviendo las banderas. Yo estaba nadando de espalda y veía las banderas a los costados míos, escuchaba los gritos, los tambores, las cornetas, y está muy bueno, saber que vos salís del agua y te haya ido bien o mal, vas a tener ahí un equipo y entrenadores que te van a escuchar y que van a estar con vos. Eso sinceramente me pegó mucho y y ahora con el tiempo pienso en como hacía entrenar sola.
-Decías esto de elegir una prueba en especial, en este caso los 200 de espalda. Lo de ser la mejor en esta prueba en el país y cuidar eso, seguir siendo parte de la Selección ¿Revalorizas ahora ese lugar que ocupas desde muy chica, que es estar dentro de selecciones argentinas? ¿Tiene otra significación para vos?
MS: Para mí, representar a la Selección es lo más lindo que me pudo haber pasado. Sinceramente me emociona mucho. Desde lo más pequeño: ponerme la ropa del Comité Olímpico y ver que tiene los anillos de los Juegos, me emociona mucho. Disfruto tanto representar a mi país, que tengo que cuidar mi puesto porque es mío, porque me lo gané.
- ¿Los Ángeles está ahí? ¿En la cabeza dando vueltas?
MS: Sí, la verdad que sí. Con la marca del Panamericano en los 200m espalda quedé seis décimas de la marca para los Juegos, o sea, una locura. Cuando salí de nadar ni siquiera pensé en eso. Realmente estaba en otro mundo, no me entraba la felicidad, salí de nadar y después caí y dije: “Ché, hiciste alta marca” y empecé a llorar un montón y la llamé a mi mamá. Empecé a llorar con mi mamá… tengo que cuidar el lugar que tengo y la idea sería ir a Los Ángeles, tengo tres años más todavía para lograr el tiempo que piden así que supongo que voy a ir con un tiempo mucho mejor a eso. Es mi meta. Estoy decidida a ir.