Industria
Maggi en el Día del Metalúrgico: "Hoy no la tenemos fácil las empresas”
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En el Día del Trabajador Metalúrgico, el presidente de la AIM, Robert Maggi, analizó los desafíos del sector: su rol histórico, el impacto de la apertura de importaciones, la falta de competitividad y la necesidad de menor presión fiscal. También valoró la mano de obra local y dejó un mensaje a los trabajadores.
El 7 de septiembre se celebra en Argentina el Día del Trabajador Metalúrgico, en homenaje a Fray Luis Beltrán, considerado el primer metalúrgico del país por su rol en la creación de armamento para el Ejército de los Andes. En este marco, el presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de San Francisco (AIM), Robert Maggi, dialogó con LA VOZ DE SAN JUSTO sobre el presente y el futuro del sector.
–¿Qué significa para la industria conmemorar este día en el contexto actual?
Vivimos en un país sumamente difícil, con muchos altibajos. Los empresarios hacemos un gran esfuerzo por mantener nuestro plantel. Uno invierte dinero, capacita gente, logra que se ponga la camiseta de la empresa, y todo eso tiene un costo alto. Hoy los sueldos están bajos y la economía no está acomodada como cree el Gobierno. Para el empleador también es difícil: las cargas siguen siendo altas y cuesta mucho pagar.
–¿Cuál es la radiografía de la industria metalúrgica local?
El Gobierno nacional prometió medidas para promover competitividad y reducir costos, pero eso no llega. El “monstruo asiático” ya nos invadió con sus productos. China, India, Corea y hasta países cercanos ingresan con precios bajos. Eso lleva a comprar afuera y no poder mover nuestro producto nacional.
–¿Qué impacto tienen hoy las políticas económicas en el sector?
Hay créditos, pero con tasas altísimas. Es imposible pagar un préstamo, sea para capital de trabajo, salarios, aguinaldos o compra de maquinaria. Estamos atravesando una situación muy compleja.
- ¿Cómo se encuentra hoy el nivel de empleo en el sector? ¿Se están generando nuevos puestos o prevalece la incertidumbre?
No se están generando puestos. Argentina perdió unos 15.000 operarios metalúrgicos. La UOM (Unión Obrera Metalúrgica) habla de un número mayor, pero desde Adimra estimamos esa cifra. Es muy preocupante.
- ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la industria metalúrgica en materia de competitividad, innovación y capacitación? ¿Cómo trabajan desde la AIM para promover la formación continua y la calificación de los trabajadores?
Tenemos mano de obra calificada y maquinarias de última tecnología, lo que ayuda a reconvertirnos y fabricar nuevos productos. Pero no somos competitivos con los precios de afuera. Hoy vivimos una misma realidad con un futuro incierto. San Francisco tiene un Parque Industrial de referencia y empresas que venden al mundo, pero con trabas que nos impiden desarrollarnos.
–¿Qué rol juega la incorporación de nuevas tecnologías?
Desde la AIM promovemos capacitación continua. Invitamos a los socios a señalar falencias para traer cursos. Estamos por inaugurar el Centro Tecnológico en el Parque Industrial, con maquinaria propia, en conjunto con empresas y la Facultad Regional de la UTN. Es una inversión 100% de la Asociación. Será clave para formar más gente y acompañar a las industrias.
–¿Qué relación mantienen con el gremio y cómo se construyen consensos en un escenario de cambios y tensiones económicas?
Con la UOM hay diálogo. Cuando hay que juntarse, lo hacemos y se llega a un arreglo. La seccional de San Francisco está bien manejada, son gente seria.
- ¿Qué políticas públicas considera necesarias para sostener y potenciar el sector?
Bajaría impuestos y pondría algunas trabas a las importaciones. La apertura no puede ser indiscriminada: hoy cualquier persona compra lo que sea en el exterior con un clic. Así no es fácil, sinceramente no la tenemos fácil las empresas.
–¿Qué mensaje les da a los trabajadores metalúrgicos en su día?
Gracias a ellos las empresas están en pie. Una empresa no se mantiene sin mano de obra especializada. Felicitaciones en su día: necesitamos seguir acompañándonos mutuamente, empleados y empleadores, porque formamos un equipo y el contacto permanente es clave para progresar.
–¿Cómo imagina la industria metalúrgica sanfrancisqueña en los próximos diez años si se logran las condiciones adecuadas?
Me la imagino brillando. Tenemos productos que se venden en el mundo, matricerías, fabricantes de electrodomésticos y de insumos para el agro. Si logramos condiciones, San Francisco puede volver a ser lo que fue: una ciudad con una industria metalúrgica brillante, que reinvierte y sigue de pie a pesar de las dificultades.