Lucila Castro: “Sueño ver una perfecta armonía con la Naturaleza"
La joven de 33 años es bióloga y tras mudarse de pequeña a Miramar, se enamoró de la Laguna Mar Chiquita y su objetivo siempre fue la preservación de la flora y fauna del lugar. A punto de convertirse en Parque Nacional, ella es la guardiana de Ansenuza.
Por Stefanía Musso | LVSJ
Lucila Castro tiene 33 años y su vida es la Naturaleza. Bióloga, estudiante de doctorado en ciencias biológicas y fundó en Argentina la ONG Natura Intencional; es rosarina de nacimiento, pero de niña se mudó a Mar Chiquita con su familia y se embelesó de la laguna, del paisaje, de la flora y la fauna. Se enamoró de ese ecosistema y decidió luchar por su preservación estudiando el comportamiento del medioambiente.
Joven y con sueños, es parte del gran eslabón de profesionales que hizo posible que esa región vasta del departamento San Justo muy pronto se convierta en Parque Nacional.
Lucila y otras mujeres le pusieron el alma y el cuerpo a este proyecto que pronto e hará realidad. Con ustedes, la guardiana de Ansenuza.
- ¿Qué valor tiene la laguna Mar Chiquita para el medioambiente de nuestra región, la provincia y el país?
La laguna Mar Chiquita es el lago salado más grande de Sudamérica y su tamaño permite que la flora y la fauna sea diversa. Este humedal es importante a nivel local por todos los beneficios que brinda a las comunidades aledañas, pero también a nivel internacional por todas las especies migratorias que aquí llegan. Tiene más de 380 especies de aves, es rica no solo en diversidad, sino también en abundancia de aves. Tiene 3 de las 6 especies de flamencos que hay en el mundo y aquí viven también especies de mamíferos vulnerables, como el aguará guazú. Tiene también una riqueza cultural única, ya que todos los pueblos cercanos a la laguna tienen únicos tesoros para mostrar. ¡La zona norte, que colinda con Santiago del Estero, es única! tuve la posibilidad de sobrevolar la laguna muchas veces y lo que se ve en esa región de argentina es único! Córdoba y Santiago del Estero tienen este humedal inmenso, lleno de vida, que tenemos que proteger.
- ¿Cuál es el mayor desafío de la preservación de la flora y la fauna de un lugar como este?
Poder logar el equilibrio entre protección de este humedal y el desarrollo de las comunidades aledañas teniendo en cuenta el cuidado de sus recursos. Vivimos en un mundo en donde el ser humano se cree dueño de todo y le cuesta mucho respetar la naturaleza. Necesitamos buscar una armonía que no nos lleve a la extinción de especies, e inclusive a nuestra propia extinción. La única manera de lograrlo es cuidando y ordenando el uso de estos recursos.
- ¿Con qué otras mujeres trabajas y qué les aportan a las ciencias naturales?
La mayoría del staff de Natura Internacional somos mujeres, y eso me hace muy feliz. En un mundo tan desigual para nosotras logré formar un grupo que representa los valores que este mundo necesita. Siento que tener esta ONG donde la mayoría somos mujeres hace que el mundo sea un poquito más justo. Puedo también trabajar y pude formar esta ONG de la mano de otra mujer, mi mejor amiga Laura Steffolani. También tengo referentes en conservación que son mujeres a las que admiro y respeto muchísimo como Sofía Heinonen, Andrea Michelson, Patricia Marconi, Felicity Arengo, Malena Srur, Rosario Espina, Marcela Crabe y todas las mujeres de las asambleas que defendieron las Sierras de Famatina. Por otro lado, celebro que en estas luchas me acompañaron mi mamá y mis hermanas.
Las mujeres tenemos esa increíble capacidad de ser intuitivas, empáticas, conciliadoras, y podemos hacer de todo al mismo tiempo. En el caso de este tipo de proyectos de conservación en donde se necesita mucha capacidad de gestión, trabajar con mujeres hacer que todo el proceso sea súper dinámico y rico.
"El desafío para las mujeres es siempre doble", destacó la bióloga.
- Como mujer, ¿Fue difícil ocupar el lugar que les corresponde y trabajar?
El desafío para las mujeres es siempre doble. Me costó mucho llegar hasta donde estoy, en muchos de los lugares de trabajo te encontrar que la mayoría son hombres, muchas veces te ven inferior o se hacen referencias al género y no a la capacidad. Estamos cambiando como sociedad, pero nos falta mucho para llegar a un mundo más igual para nosotras.
- ¿Qué logros tuvieron desde el género femenino en la lucha para que sea Parque Nacional?
Hay muchos hombres y mujeres trabajando en este proyecto. Celebro la diversidad de actores involucrados. Tanto del sector gubernamental como de las ONG o el sector privado. Particularmente me gustaría resaltar el rol de Malena Srur en un comienzo del proyecto, de Laura y Andie Filadoro de Aves Argentinas, de mis compañeras de trabajo: Laura, Yanina y Victoria. De profesionales súper capaces como Silvana Zaninetti y Adriana Nazario. Cada una de estas mujeres ayudaron para que se avance en el trabajo a nivel territorial con las comunidades, a nivel científico y técnico, de articulación política necesaria para que estemos tan cerca de tener este parque nacional.
¿Cómo nace tu pasión por el cuidado y la protección de la fauna?
Al haber vivido desde muy chica en Miramar, ese contacto estrecho con la Laguna Mar Chiquita me llevo a interesarme por la naturaleza. Siempre me interesó todo lo relacionado a la biología. Me pude formar como bióloga y luego tuve a posibilidad de viajar mucho, conocer otros lugares de Argentina y del mundo. Me di cuenta que no solo podía quedarme con el estudio de todo lo referido a la naturaleza, sino que, dado el momento de crisis climática que estamos viviendo, donde muchos ambientes están vulnerables, decidí focalizarme también en la conservación. Trato de tener una base científica para abordar problemáticas tanto ambientales como sociales.
- Sos Rosarina, pero vivís en Córdoba Capital. ¿Cómo llegaste a Mar Chiquita?
Nací en
Rosario, pero me crié en Miramar, provincia de Córdoba. Actualmente vivo en Córdoba
Capital. Llegue después que mis abuelos paternos que vivían en Rosario, decidieran
comprar un campo cerca de Miramar. Mi papá decidió irse a vivir ahí con mi
mamá, escapando un poco de la ciudad, y si bien mis hermanos y hermanas también
nacieron en Rosario, todos nos criamos en Miramar. Agradezco mucho la
posibilidad que tuve de vivir en un lugar tan hermoso y tranquilo, de formarme
en una ciudad y hoy articular una vida un tanto mixta entre Miramar y Cordoba.
- ¿Estás viviendo allá o como es tu rutina de vida y trabajo?
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Mi vida cambio mucho desde la pandemia Me la pasaba viajando por mi doctorado, pero también por todos los proyectos que mi ONG tiene en otras partes de Argentina. También viajaba mucho a otros países para capacitarme o para contarle al mundo sobre nuestros proyectos. Hoy en día, articulo mucho mi vida en Córdoba capital y en Miramar de Ansenuza. Esperando pronto poder volver a viajar.
- ¿Por qué ser bióloga?
-
Soy bióloga porque amo la naturaleza. Y amo poder vivir de esta profesión, en donde todo el tiempo estoy en contacto con la gente y con la naturaleza.
- ¿Cómo llego la oportunidad de trabajar en Mar de Anzenuza?
Realicé
mi tesina de grado para recibirme de bióloga estudiando los flamencos de la
Laguna Mar Chiquita y desde ahí continué con numerosos proyectos relacionados a
la laguna. Formo parte de un grupo de trabajo internacional (Grupo de
Conservación y Flamencos Altoanidos) que me permitió tener experiencias en
otras partes de Argentina y ahora puedo abocar todo eso a estudiar nuestras
aves a través de iniciativas de monitoreo de aves como los flamencos.
Por otro lado, desde la ONG en la que trabajo, Natura International, junto la ONG Aves Argentinas estamos trabajando desde hace años con el gobierno provincial y nacional y los municipios, para crear un parque nacional en este humedal.
Eso me llevó a estar trabajando en muchos proyectos dentro de este gran desafío, iniciativas con gobiernos locales, con privados, con otros grupos locales y con la comunidad en general. Todo relacionado a la investigación y conservación.
- ¿Hubo algo que podría haber hecho que bajes los brazos e interrumpa algún sueño?
Si, la pérdida reciente de mi papá. Pero después me dí cuenta el sacrificio que el hizo para que yo pudiera estudiar y hacer lo que hago y decidí seguir porque sueño con ver un municipio modelo a nivel internacional, que protege su humedal y la comunidad se desarrolla en perfecta armonía con la naturaleza.
Más cerca del Parque Nacional
La provincia de Córdoba concluyó con los requerimientos técnicos que permitirán adoptar las medidas necesarias para ceder la jurisdicción ambiental de la región que rodea a la laguna de Mar Chiquita al Estado federal para que disponga la creación del Parque Nacional. Se trata de información técnica que demandó más de un año de trabajo a cargo de la "Unidad Ejecutora Ansenuza", para establecer los estudios de títulos de propiedad a los fines de lograr los límites del parque y su respectivo mapa.
Esta noticia es un nuevo eslabón en el proceso para que la más imponente reserva natural del centro del país pueda, de manera definitiva, convertirse en un área protegida bajo el esquema de Parque Nacional. Es que la región de los bañados del Río Dulce y el Mar de Ansenuza son uno de los sitios más extraordinarios del planeta en cuanto a diversidad y vida silvestre. Es un humedal muy extenso que alberga cientos de especies de aves y otros animales, así como una flora muy característica.
La laguna Mar Chiquita o Mar de Ansenuza es conocida por una particularidad que la hace única: sus aguas son saladas. Por tratarse de una cuenca cerrada que se alimenta de tres ríos (el Dulce, el Suquía y el Xanáes, aunque el río Dulce es el que aporta el 80% de su caudal) el nivel de salinidad fluctúa según la cantidad de agua presente; sin embargo, más allá de las variaciones, su salinidad es una característica distintiva como humedal continental y, en algunos aspectos, le otorga un comportamiento de mar interior. Además, debido a su extensión, que ha superado las 500.000 hectáreas en momentos de grandes inundaciones, constituye la mayor superficie lacustre de Argentina, el mayor lago salado de Sudamérica y el quinto en el mundo.
Este enorme humedal, de alrededor de 1 millón de hectáreas, es considerado un sitio clave para la conservación de la biodiversidad a nivel global. Prueba de su importancia es que está incluido en la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, está considerado como Área Importante para la Conservación de las Aves y ha sido declarado Humedal de Importancia Internacional por la Convención Ramsar, está incluido en la red de Lagos Vivientes, y ha sido reconocido como uno de los 14 sitios prioritarios de la Red de Humedales de Argentina, Bolivia, Chile y Perú para la Conservación de Flamencos Altoandinos. En la provincia de Córdoba también posee la categoría de Reserva Provincial de Uso Múltiple.