Los otros héroes
El oficial principal Rodolfo Héctor Battán y el cabo Mariano Olmos también rescataron del incendio de su casa a una familia en la madrugada de ayer.
El oficial principal Rodolfo Héctor Battán y el cabo Mariano Olmos, de la policía de la Departamental San Justo, también fueron parte del rescate de la familia Rasetto en el medio del incendio de la vivienda de calle Belgrano al 1200, en la madrugada de ayer jueves.
Al igual que los bomberos, ellos son héroes cotidianos que arriesgan la propia vida para salvar otra.
Cuando arribaron al lugar del siniestro, estos policías lograron rescatar a un niño de 12 años y colaboraron con los bomberos voluntarios y el servicio de emergencias de Ucemed.
"Fue todo muy rápido pero logramos salvar al niño que era una prioridad y donde más rápido se podía acceder", relató Battán.
Para Olmos, "produce una gran satisfacción poder ayudar. Esto enorgullece a uno como policía".
"Me dijo que
iba al mismo colegio
que mis hijas,
eso me movilizó"
Battán tiene 44 años y desde hace 14 integra la fuerza policial, mientras que Olmos tiene 34 años y desde hace 7 es policía. Ambos son padres de tres niñas cada uno y salvar la vida de un menor los emocionó. "Es movilizador estar en esa situación. Cuando uno llega al lugar del hecho, se trata de actuar de la mejor manera posible. El niño me dijo que iba al mismo colegio que mis hijas. Eso me movilizó", confesó Battán.
En el caso de Olmos, "ver una criatura en una situación extrema inmediatamente hace que a uno se le vengan a la mente los hijos".
"Ayudar es nuestro trabajo"
Eran la 1.40 de la mañana del jueves cuando los oficiales estaban patrullando en cercanías del Comando de Acción Preventiva (CAP), entonces, "escuchamos por la frecuencia policial que nos citaban para movilizarnos al lugar del siniestro", comenzó a relatar Battán.
Cuando los oficiales arribaron junto a otros móviles a Belgrano al 1200, donde ocurría el incendio, observaron al padre de familia en una ventana y al niño de 12 años en otra. "Vimos que en la planta alta había dos ventanas. En la que da al este, estaba el mayor y en la del oeste, el menor. Donde estaba el niño visualizamos una maceta y un toldo de la escribanía lindante a la casa lo que nos permitió realizar el rescate", recordó el uniformado.
Poniendo en acción los conocimientos de la formación policial y sin dudar un minuto, los policías se pararon sobre la maceta y Battán ayudó a elevar a Olmos hacia la ventana de la casa para retirar al chico. "Lo hice subir a mi compañero a la estructura de la escribanía y de ahí él, alcanzó la ventana. El me dio al chico y yo se lo pasé a un vecino que estaba en el lugar", agregó.
La llegada del servicio de emergencias médicas y bomberos fue inmediata pero eso no detuvo la labor de los policías. Mientras Battán se dispuso a colaborar en la ventana este a través de una escalera, Olmos se quedó en la otra para seguir ayudando a quienes estaban adentro, ya que escuchaba gritos de la familia desde el interior de la casa. "Ayudé a la mujer a descender y después a los otros dos niños de la familia", recordó Battán.
"Este es nuestro trabajo y nos satisface poder ayudar a la comunidad. Son gratificantes porque nosotros estamos para esto. El reconocimiento de la gente lo llena a uno de orgullo", concluyó Battán.