Los merenderos atravesados por la crisis y la inflación
Los lugares de ayuda alimentaria también sufren las dificultades de la actualidad. En San Francisco, algunos no siguen funcionando y otros, como en el caso de Frontera, priorizan el alimento sobre otras ayudas porque aseguran que la urgencia está en la mesa familiar.
La pandemia de coronavirus y la consecuente crisis económica que atraviesa el país deja en claro la difícil situación que viven muchos vecinos.
Datos recientes marcaron una inflación del 6 % por el mes de abril, y llegó a 58 % en los últimos 12 meses, el mayor nivel en 30 años en un marco donde la pobreza que se ubicó en 37,3 por ciento en el segundo semestre de 2021, que representan 10,8 millones de personas, con 2,4 millones de ellos en situación de indigencia.
En este contexto, la situación de muchas personas se encuentra en alto grado de vulnerabilidad y cada vez son más los que necesitan ayuda o al menos, un plato caliente de comida para llevar a sus familias.
Los comedores y merenderos son el sostén de muchos que hoy necesitan de ese alimento sustancial diario pero ellos también se ven atravesados por todo lo que viene ocurriendo desde hace años y tuvieron que modificar sus formas de ayuda.
Cerrar por no tener
Los Milkeñitos de Corazón tiene 5 años de vida pero no es más el lugar que ofrecía meriendas y viandas. Hoy, apenas que puede colaborar con alguna ayuda a vecinos en particular porque reciben donaciones a cuenta gotas además de tener el lugar cerrado porque no pueden acondicionarlo para la atención a las cientos de personas que iban diariamente.
"Las mamás nos piden mucha ayuda. Tratamos de buscar ropa, calzado, comida pero se hace muy difícil y por eso no podemos abrir nuestras puertas", dijo Carina Maritano.
El teléfono de Carina no para de sonar pidiendo ayuda, pero Milkeñitos no puede abrir porque desde la pandemia, todo se volvió difícil. "La pandemia complicó el servicio del lugar y empezamos ofrecer viandas. Sin embargo, se presentaron dificultades para los donantes y no seguimos recibiendo ayuda".
"Si queríamos hacer algo, lo íbamos a hacer bien y era muy difícil elaborar una comida con nutrientes y en cantidad porque empezábamos con ochenta porciones pero cada vez más y más gente nos pedía ayuda", contó la mujer.
Tampoco pudieron llegar con las meriendas de tres veces por semana. "No nos alcanzaba para la leche, el azúcar o las donaciones de facturas que recibíamos".
"Me da mucha pena porque cada vez hay más demanda pero es mucho lo que se necesita para elaborar la cena, confió Maritano.
Atienden la urgencia
La Asociación Civil Merendero la Amistad ubicado en calle Nº100 al 950 en Frontera, lindante con barrio San Javier siguen brindando atención a los más necesitados pero para ellos, cada vez es más difícil y apuntan a la emergencia alimentaria. "Este año superamos la cantidad de usuarios que teníamos en los anteriores que fueron los más urgentes como los de aislamiento. Dada la situación y el ingreso de dinero que tenemos para comprar alimentos, no podemos recibir más gente nueva que se acerca todo el tiempo por un plato de comida", dijo Gonzalo Giuliano Albo.
"Hay algunos días, especialmente cuando se acaba el dinero de la tarjeta Alimentar o de algún subsidio que reciban, tenemos más de 300 raciones es decir que más de 100 familias son abastecidas por el merendero".
En el lugar se brindan viandas tres veces por semana. "Se trata de una merienda - cena donde también damos fruta, pero también ropa de abrigo como frazada, calzados y a veces algunos dulces", contó.
La ayuda
Desde hace un año, el comedor está incluido en el Programa Social Nutricional ProSoNut del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Santa Fe, el cual brinda contención alimentaria a partir del aporte de alimentos creando una dieta balanceada para los que más necesitan. "Esto nos permite dar viandas balanceadas de carne, verdura, lácteos", explicó el colaborador.
Este es el ingreso prioritario del comedor. "Tenemos dos personas que nos ayudan de manera particular con mercadería o ayuda especial como gastos operativos pero no recibimos otro tipo de colaboración".
El merendero tenía talleres presenciales, acompañamiento a niños pero la crisis económica hizo que prioricen la ayuda alimentaria y la cuestión social por lo que hay algunos cursos de oficios, la panificadora La Amistad. "Esto, al igual que la quinta, es una ayuda y un sustento diario".
"Apuntamos a la mesa familiar que es lo más urgente colaborando con la economía en los barrios así como trabajos y oficios que promuevan la calidad de vida para que tengan un saber y lo puedan usar dignamente".
"La inflación hace lo que el covid no pudo hacer, empobrecer a la sociedad de una manera increíble. Cuando muchos nos asustamos por los altos precios, hay gente que directamente lo dejó de consumir. En algunos casos, la situación es desesperante", concluyó Giuliano Albo.