Los invisibles del Nacional
Trabajan silenciosamente, de día o de noche, bajo el sol o la lluvia. Los encargados de mantener las canchas merecen un reconocimiento especial porque sin ellos, los potreros no estarían en óptimas condiciones
Generalmente, los encargados son caras que pasan desapercibidas pero que están ligadas al club de manera afectiva hace muchos años. Desde la altura óptima del césped, el marcado de la cancha hasta la limpieza de tribunas y rincones de los estadios, hay personas que repiten este "ritual "de mantención diariamente y a veces pasan "desapercibidas" ante el folcklore del fútbol.
LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con Carlos Arrieta, más conocido dentro de las filas del Centro Deportivo River como "el abuelo", quien vive en una casa aledaña al club ubicada en las vías. Día de por medio, Carlitos dedica sus tardes a cortar el césped y recoger los restos de basura y botellas tiradas que quedan por fuera del perímetro de competencia.
"Hace poco más de dos años que mantengo la cancha", contó Carlos un poco tímido. Su vinculación al club de es puramente emotiva y especial, ya que tiene a sus nietos jugando en las categorías formativas. "Uno es 2011, otro 2013 y también tengo un nieto que ya es mayor, categoría 2003, que ya finalizó el baby hace años".
"Mi trabajo también depende de la época del año. En verano, los pastos crecen más por lo que la dedicación es más constante", detalló para argumentar que su labor tiene "vaivenes".
Con su máquina a cuestas, este apasionado abuelo recalcó que le esperan muchos años más ahí dentro. "Disfruto de hacerlo, más si es por los nenes", dijo.
El abuelo Carlos trabaja para dejar todo en condiciones.
La unión hace a la fuerza
Lo cierto es que así como este abuelo se comprometió a ayudar para que sus pequeños puedan desplegar su fútbol y corretear por las canchas e instalaciones en las mejores condiciones, hay mucha gente detrás que orquesta un equipo colaborativo que hace posible el cuidado del predio.
Andrés Pereyra, técnico de la categoría 2013, se sumó a la charla en representación de todos aquellos silenciados que día a día trabajan reacondicionando las instalaciones, atendiendo la cantina y marcando las canchas. Personas que sin algún interés económico, son colaboradores que bregan porque el ambiente en que se desarrollan sus niños sea el propicio.
Pereyra, al igual que muchos papás y ayudantes, trabaja a la par de la Comisión Directiva, pero no es miembro. Dialogamos con él acerca de la preparación especial que tuvo la cancha para esta 44º Edición del Torneo Nacional de Baby Fútbol.
"Desde que termino el campeonato local en noviembre, descansamos una semana y después empezamos a trabajar con todo lo que es el alambrado, el mantenimiento de la cancha, el pintado de las instalaciones, las butacas y las tribunas", dijo.
Tarea cumplida. Carlos y Andrés Pereyra se encargaron de dejar, junto a otros papás, las instalaciones listas.
"Como tarea principal, hemos sembrado las áreas para que estén mejor porque siempre es lo que mas se desgasta durante el año" expresó, añadiendo que también han trabajado en reforzar la seguridad de las tribunas, siendo una medida que la liga implemento este año. "Hubo muchísimo trabajo, hasta el día domingo horas antes de jugar volvimos a repasar la cancha con el corte de césped y marcado".
Además, Andrés aprovechó la ocasión para mencionar que son varios los que le ponen el hombro a todo esto. "No solo los técnicos, los papás de todas las categorías estos días hicieron un trabajo increíble, desde la cantina, los asadores, la puerta de entrada".
"No quiero nombrar a nadie en especial porque me voy a quedar corto", cerró Pereyra, quien desde hace tiempo está vinculado al club no sólo como técnico, sino formando parte de ese trabajo que sin reconocimiento, queda invisible al momento de un partido.