Los guardianes de la “casa” de María
Un grupo de voluntarios desde hace 35 años, administra y mantiene el centenario templo, al que los vecinos siguen mencionando como "la capilla del Hospital". El edificio siempre necesita arreglos y ahí están ellos, incansables, organizados en una comisión para salir al rescate de este patrimonio arquitectónico, al que en 1983 salvaron de la demolición.
Hoy, como cada 8 de diciembre, la Iglesia Católica celebra a la Inmaculada Concepción de María. La festividad será aún más especial en la capilla ubicada en el predio del Hospital "J. B. Iturraspe", la que un grupo de voluntarios mantiene a pulmón para que puedan celebrase allí casamientos, bautismos, misas cada sábado, hoy excepcionalmente, a las 10 para honrar a la virgen que le da nombre a este templo alto valor patrimonial con 102 años de historia.
Este grupo de vecinos -alrededor de 10 hombres y mujeres- hace 35 años se propuso rescatar y administrarlo para que siga siendo un lugar espiritual.
El esfuerzo, que no se toma vacaciones, es compartido desde hace cuatro años por el capellán de la parroquia, el padre Héctor Combina, que además está a cargo de la iglesia San José Obrero.
En el cumpleaños de la Virgen, una historia de solidaridad en el Hospital
Un templo que late en el corazón del Hospital
"Es la fe la que te permite seguir adelante, Dios todo lo puede", confía Cristina Milanesio una de las voluntarias que trabaja por la capilla. En su mayoría son jubilados y aseguran que es difícil que las nuevas generaciones se acerquen para ayudar, y más, que esa colaboración perdure en el tiempo.
"Esta es como nuestra casa y hacemos mucho esfuerzo por mantenerla, tiene 102 años y es mucho el trabajo que se hace para mantener un lugar con tanta historia", dijo a LA VOZ DE SAN JUSTO el presidente de la Comisión de Mantenimiento de la capilla, Nelder Boetto, mientras con otros colaboradores preparaban el templo para recibir una boda este sábado.
Se suman a la tarea María Ester Dotti, Carlos Alcántara, Miguel y Cledis Giletta, Patricia Novaretto, entre otros.
La capilla de todos que ya tiene 102 años
Los mismos de siempre
Ellos no fallan. Tienen asistencia perfecta cada sábado en la misa y cada 15 días, realizan la limpieza general del lugar. Entusiastas, llevan más de tres décadas haciéndolo, pero se encargan de que el cansancio lógico de la edad no se note.
Con un largo camino recorrido, hoy les preocupa qué sucederá cuando ellos ya no puedan hacerse cargo, es que "es muy difícil que se sume gente nueva a trabajar porque hay poco compromiso. Si los invitás, corrés el riesgo de que se vayan al poco tiempo, pero dejamos todo este proyecto en manos del Señor que es quien nos guía en esta tarea", indicó Boetto.
Para el mantenimiento del templo y sus actividades religiosas estos voluntarios se valen de recursos propios, del aporte de los fieles y la venta de velas, rosarios, denarios y figuras de la Virgen.
"Este es el corazón del Hospital y sigue latiendo gracias a los fieles. La tarea que los cuidadores hacen es más que notable y hay que valorarla", destacó el cura Combina.
"Hay que abrir la Iglesia a la gente, que no sea un lugar cerrado. Como dice el Papa Francisco, tenemos que mostrar una Iglesia viva y estar con la gente", exhortó.
Piden más iluminación
Un camino de agapantos lleva hasta la entrada del templo. Guía el recorrido, pero los vecinos afirman que sería más bonito y seguro si contara con más iluminación. Esta es una deuda pendiente de las autoridades gubernamentales.
"Es nuestro deseo que este lugar se convierta en un predio bien iluminado y que las parejas que recién se casan o los niños recién bautizados se lleven más recuerdos de ese momento especial, pero estamos muy solos en esto", expresó Boetto.
"Venimos a trabajar y cada uno tiene su rol. Algunos barremos, otros ordenamos y tratamos de que todo esté en perfectas condiciones", aportó Filippa.
"Hay días en que uno está enojado, está desanimado pero es un compromiso que tomamos hace 35 años atrás y no pensamos abandonar", siguió el presidente de la comisión.
Un lugar especial donde encontrar paz y recogimiento
Al rescate
En 1983, el templo estuvo a punto de ser demolido junto con un sector del viejo Hospital. Sin embargo, la hermana Concepción bregó para que esta iglesia se mantuviera en pie e impulsó la creación de una comisión de mantenimiento que se hiciera cargo de la misma.
Una exempleada del Hospital, María Ester Dotti, fue la elegida por la monja para convertirse en una de las "guardianas" de la parroquia y ella no dudó ni un momento en hacerlo. A Dotti la acompañaron Boetto y varios de los que están actualmente.
Para los protagonistas de esta acción solidaria, la "casa" de la Inmaculada Concepción es "fuente de vida", que esconde un secreto: "Debajo del piso, está el aljibe que proveía el agua para todo el Hospital. Eso no se puede ver, está tapado por el piso, pero pararse sobre él da la sensación que uno está parado sobre una fuente de vida", contó Boetto.
"Queremos que nuestros hijos y nietos conozcan la historia de San Francisco y parte de ella está escrita aquí", agregaron.
La capilla también fue víctima de la inseguridad en varias oportunidades, por eso está bajo llave. "Es una pena porque éste es un lugar que muchos familiares de pacientes del Hospital podrían usar para hacer sus oraciones, pero por la inseguridad tiene que estar cerrado", concluyó Boetto.
Las misas en esta iglesia son los días sábados a las 17.30. En el lugar también se celebran bautismos y casamientos. Para más información, comunicarse al teléfono (03564) 421836.