Los geriátricos de nuestra ciudad "blindados" contra el coronavirus

Tras la medida tomada por el gobierno provincial, solo se pueden comunicar a través de videollamadas o desde la ventana. Tómbola, mate con torta y televisor apagado para proteger el cuerpo y la mente de nuestros mayores.
Este fue un domingo diferente para los geriátricos de nuestras ciudad. Los 338 adultos mayores que viven en las 22 instituciones habilitadas por el municipio no pudieron recibir visitas.
Desde el pasado jueves, el Comité Operativo de Emergencia (COE) prohibió las visitas a todos los geriátricos y hogares de ancianos en la provincia de Córdoba, tanto públicos como privados, hasta el fin de la contingencia generada por la pandemia de coronavirus. A partir de los 42 casos positivos del virus Covid-19 en un geriátrico de la localidad de Saldán, el COE estableció un protocolo para esos centros de residentes mayores, que comenzó a aplicarse desde pasado jueves.
Solamente los médicos de urgencia autorizados y los equipos de trabajos - que son 124 entre todos los centros sanfrancisqueños- tienen acceso a estos lugares pero todos cumpliendo un estricto protocolo de seguridad para evitar cualquier contagio.
LA VOZ DE SAN JUSTO consultó para conocer qué estrategias pusieron en práctica para contener a los abuelos en estos tiempos difíciles para todos. La mayoría contestó que continuarán con las actividades sociales y recreativas con juegos, música y brindarán espacios especiales para que comunicarse con sus familiares a través de llamadas telefónicas o videollamadas. También, algunos habilitarán las ventanas para que pasen a saludar pero sin pasar adentro.
En las dos residencias para adultos "Años Dorados" de Mónica Gachón, en la cual residen 13 mujeres y 8 hombres; "todos los abuelos están bien y contenidos por nosotros.", dijo la propietaria.
Los 21 residentes van desde los 70 a los 98 años; siendo todos pacientes de riesgo. "Los tenemos que cuidar muchísimo como ellos a nosotros. Lo importante es estar tranquilos para no demostrarles pánico ni miedo", expresó Gachón.
En el hogar "Josefa y Ramón", viven 12 mujeres y un hombre, donde todos los abuelos también están contenidos desde antes que se indique desde la provincia que debían cerrar el ingreso a los geriátricos. "Desde el 13 de abril ya no ingresaron los familiares al hogar", contó Carmen Acuña, quien está a cargo de esta residencia en Colón al 300.
Cambios de hábitos
Mientras que el televisor suele ser un modo de despejarse habitual en los geriátricos, hoy en las residencias "Años Dorados" solamente funcionan aquellos canales de entretenimiento y música, para evitar preocupar a los abuelos. "Al principio, las abuelas miraban mucha televisión pero luego notamos que se preocupaban por sus familiares que estaban fuera, entonces decidimos evitar que vean canales informativos y solamente aquellos de música y entretenimiento", explicó Gachón.
El mate, esa costumbre que los del exterior extrañamos compartir con otros, abuelas y abuelos lo siguen haciendo. "Tienen mates por grupos que comparten solo ellos, con todos los cuidados necesarios. Tratamos que sigan su rutina lo más posible y que ocupen su cabeza en otras cosas para que no se preocupen", contó la encargada.
Para entretenerse, teniendo la puerta cerrada, Gachón contó que la tómbola, las cartas y otros juegos en la sala principal y en el patio es la forma de llevar de mejor manera posible el tiempo. "Les gusta pintar mandalas, hacer dibujos; lo llevan muy bien".
Sin embargo, "A algunas les cuesta entender que no pueden salir a pasear o tienen permitido el ingreso de los peluqueros, fisiatras o acompañantes terapéuticos. Hay días que se hacen más difíciles que otros pero tratamos de pensar siempre en positivo", aclaró Acuña.
Contacto con el exterior
"Abuelas y abuelos no pueden salir a la calle y el único contacto con el exterior que tienen es a través de la ventana donde ven a sus familiares algunos minutos", explicó Gachón, desde sus centros..
En cuanto a la comunicación con sus seres queridos, Mónica les permite a sus residentes que llamen por teléfono fijo de los hogares o a través de videollamada.
En "Josefa y Ramón", los abuelos también comparten llamadas, videollamadas y videos que envía Carmen Acuña a los familiares además de un leve acercamiento. "Si ellos me piden, les enviamos fotos y videos. Si quieren pasar a verlos, acercamos a las abuelas a un zaguán que tiene contacto con la calle y desde allí las ven".
Estricto protocolo
Estos centros extremaron las medidas de higiene y seguridad para el personal que trabaja y se toman todos los recaudos para las personas que entran y salen de los edificios.
"Cuando llegamos a los geriátricos, tenemos que quitarnos la ropa de calle en la entrada y nos colocamos el uniforme de trabajo que incluye el calzado que se higieniza en los hogares. Además, nos rociamos con el preparado de alcohol y agua; y nos colocamos barbijo y máscaras 3D. La cocinera también usa cofia. Los guantes se utilizan para el higiene de los abuelos".
La metodología es similar en "Josefa y Ramón" para las 7 personas que trabajan ahí. "El personal ahora ingresa por el garaje de la casa y allí se cambian la vestimenta. Tomamos muchos cuidados al entrar al lugar. De hecho, ya gastamos tres veces más de lavandina y alcohol de lo habitual" explicó Acuña.
Testeos
Consultads sobre la posibilidad que las personas que integran los equipos de trabajo de los geriátricos sean testeadas para la detección de posibles casos de Covid -19 con el objetivo identificar rápidamente posibles casos positivos y evitar la circulación del virus entre las personas que habitan en estas residencias, Gachón se mostró a favor de esta decisión gubernamental. "Nos comunicaron desde el municipio que habrá controles en los geriátricos y nos parece muy buena decisión que nos hagan el hisopado a todos los que trabajamos con los abuelos para quedarnos tranquilos por ellos y por nuestras familias".
"Esperamos que se nos hagan los testeos para que nos cuidemos todos. Todos queremos a nuestros abuelos y deseamos lo mejor para ellos", concluyó Acuña.
Soy "Susana Giménez"
Para María Rodríguez, conocida por todos como "Tota", el teléfono fijo de la residencia para adultos "Años Dorados" y el móvil de Mónica Gachón son sus aliados para comunicarse con su familia.
Hijos, nietos, sobrinos; todos le hablan a la mujer de 83 años que está en el geriátrico de Larrea al 1500. "Las chicas -por las abuelas compañeras de la residencia- me dicen Susana, por la Giménez de la televisión porque me la paso hablando con mi familia", dijo risueña "Tota" mientras atiende por celular a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Y relata: "mi hijo también me ve por la ventana un ratito pero todos los otros de la ciudad de Córdoba me llaman por teléfono. Tengo mucha comunicación con ellos".
Y cómo sabiendo lo que le íbamos a preguntar, agrega: "estamos muy bien porque todos nos protegen. Nos alimentamos muy bien, dormimos la siesta, merendamos y después tomamos mate con torta. No tengo miedo al coronavirus porque rezo conitunamente por mi familia, por todos los que necesiten y siempre los tengo en mis oraciones. A veces, son las doce de la noche y estoy rezando para que a nadie le pase nada", concluyó la abuela.
María Rodríguez alias "Tota" se comunica con sus familiares a
través de llamadas telefónicas y videollamadas.