Salud pública
Los dispensarios crecen en los barrios

Silvina Martín analizó el rol y la importancia de los Centros de Atención Primaria de la Salud en la ciudad y explicó el proceso de reestructuración que pretende potenciar y mejorar el sistema sanitario municipal ante una demanda que crece y busca un abordaje integral.
Por Manuel Ruiz | LVSJ
La Secretaría de Salud de la municipalidad de San Francisco dispone en el ejido urbano de la ciudad de 11 Centros de Atención Primaria de la Salud (Caps), de 11 dispensarios, que responden a su vez, a la función central que tiene la secretaría como dependencia pública avocada a garantizar soluciones sanitarias para la población.
En el mes de marzo, los cuatro centros más grandes de la red municipal concretaron un total de 5954 prestaciones y se estima que los 7 más pequeños, aportaron un poco más de mil atenciones a la estadística mensual, superando así la barrera de las 7000 en tan solo 30 días.
Si bien se trata de un conjunto, el sistema de Caps de la ciudad, esta dividido como señalábamos en el párrafo anterior, en dos grupos que se diferencian entre sí por la cantidad de profesionales con los que cuentan, la profundidad en los servicios prestados y la dimensión de las comunidades que atienden. El grupo de los dispensarios más grandes lo integran la Asistencia Pública, y los centros de La Milka, barrio Parque y el de barrio Roque Sáenz Peña. En un escalón más abajo, están los dispensarios de los barrios Dos Hermanos, Jardín, Cottolengo, Sarmiento, Bouchard, Plaza San Francisco y El Prado.
Haciendo foco en las estadísticas brindadas por la Secretaría de Salud a LA VOZ DE SAN JUSTO, se desprende que en marzo por La Milka pasaron 671 personas, en barrio parque fueron atendidos 902 pacientes y en el de barrio Roque Sáenz Peña, se brindaron 1003 prestaciones.
Silvina Martín, directora de Administración de la cartera de salud, explicó que los dispensarios más grandes son los que atienden más especialidades, siempre hablando desde el primer nivel de atención y los más pequeños funcionan como satélites de aquellos. “Antes había muchos médicos, había especialistas y a medida que se fueron abriendo los dispensarios, estos médicos se iban ocupando. Empezó la crisis en la formación médica sobre todo vinculada al primer nivel de atención, y por cuestiones económicas de las propuestas, el profesional médico se tornó muy difícil de conseguir. Nosotros, lo que estábamos viendo era que la gente daba vuelta por todos lados buscando un médico y que solamente se acercaba al dispensario cuando tenían alguna patología aguda. Entonces, entendimos que somos el primer nivel de atención y tenemos que coordinar con las instituciones privadas y con el segundo nivel. Tenemos que captar a la gente y reeducarla para que sepan cuál es la función del dispensario. El año pasado salimos a hacer encuestas y le explicábamos a la gente cuál es el rol del dispensario. Porque a veces decían, no voy al dispensario porque no tiene cardiólogo. Y cardiólogo no va a haber porque ese es el segundo nivel de atención. Con esto intentamos que se vuelva a hacer fuerte la salud territorial. La gente empezó a venir sabiendo que servicios había y desde la época del Covid, mucha población empezó a conocer los dispensarios. Al ir y ver qué prestaciones había, cómo eran los dispensarios, migró mucha gente que tenía obra social por ver la calidad de la atención y lo que ofrecía el dispensario”.
Ordenar para pisar más fuerte en el territorio
“Nosotros tuvimos que hacer un trabajo de reestructuración constante de las personas a cargo de cada dispensario, porque tienen que ser parte del entorno en el que trabajan. Porque cada barrio tiene una realidad completamente diferente. Alguno puede tener más población de gente adulta mayor y el otro atiende más a familias, entonces es diferente como abordamos cada una de esas realidades. Los profesionales de la salud de cada dispensario ya conocen a la población, porque empiezan a ser parte de esos barrios, entonces pueden determinar algunas cuestiones puntuales. Si la gente sabe que le ofreces y los días que lo ofreces sumado a la confianza en el equipo, y al compromiso de los profesionales con su entorno de trabajo, el servicio funciona como debe funcionar”, sostiene Martín sobre un trabajo global que lleva adelante la Secretaría de Salud en torno al alcance de las prestaciones en los terriotorios. Y que se espera profundizar con la meta de atender una demanda sanitaria que requiere más intervención estatal.
“Hay tres centros grandes, más allá de la Asistencia, que van a ser centros nucleares, van a tener pediatra y médico clínico todos los días para demanda espontánea. El equipo completo de La Milka, es decir pediatra, nutricionista y médico clínico, van a ser referentes de pacientes de Bouchard y Sarmiento, entonces los pacientes de los dispensarios de esos centros van a tener a su médico referente acá. En otro momento se pensaba que el paciente no tenía que tener un médico, o sea, vos ibas a un centro, te atendía el que estaba y ya está, y nosotros entendemos que tenes que tener tu médico referente, que pueda hacer un seguimiento. El Caps de Roque Séanz Peña va a ser el núcleo del de Dos hermanos, Jardín y Cottolengo. El de barrio Parque, el de San Cayetano y El Prado. Es continuar el trabajo en terreno”.
Con esta nuclearización geográfica, el sistema de dispensarios ganará en calidad de atención y potenciará los servicios que ofrecen, no solo por sumar más profesionales o más horas de profesionales en los centros nucleares, sino porque también es una propuesta que pretende una conexión mucha más directa y a largo plazo con la población que precisa de atención sanitaria.
El armado de núcleos sanitarios permitirá además continuar con la tarea de educación y comunicación que lleva adelante la Secretaría de Salud y así, extender los servicios de los Caps a barrios que hoy no cuentan con dispensarios y están más alejados del centro de la ciudad como para ir a la Asistencia Pública. Barrio 9 de Septiembre es un caso ejemplar. Sin un centro en el barrio, y con el de barrio Roque Sánez Peña cerca, su referencia médica, más allá de otra situación sanitaria de menor gravedad, puede ser resuelta a pocas cuadras de casa.
Además, el proyecto pretende continuar articulando con los centros vecinales, especialmente en aquellos lugares que no tienen un Caps, ofreciendo clases de gimnasia, yoga y baile y realizando allí controles médicos de rutina que permitan reforzar las tareas preventivas y así evitar la recarga del segundo nivel de atención como el hospital o las clínicas. Es decir, la Secretaría de Salud extenderá sus prestaciones para ser lo más accesible posible y así generar una cultura sanitaria cada vez más presente sin importar el lugar geográfico, la cercanía a un nosocomio o si el paciente tiene obra social o no.

La importancia del primer nivel
Consultada por la importancia de los dispensarios, para evitar la saturación del Hospital J.B. Iturraspe atendiendo a un sistema sanitario público que recibe cada vez más pacientes con obra social o con prepagas, Martín puntualizó “El hospital es regional, o sea, que recepta un montón de pacientes de toda la región, pero es el segundo nivel de atención, entonces nosotros tratamos de compensar muchas actividades que la gente por inercia intenta solucionar en la guardia del Hospital o con los profesionales del Hospital. Cuando se desconoce pasa eso, entonces de nuevo la importancia de ir a los barrios, a los territorios e informar y educar sobre las prestaciones de los dispensarios y que la gente puede acudir para resolver algunas situaciones vinculadas con la atención primar acá. Se trata de educar pero también prestar buen servicio y así evitamos que la el Hospital se sobrecargue”.
“Hay mucha gente con obra social buscando atención en el sistema público local o provincial. Antes teníamos un 80% de personas sin obra social, y ahora atendemos un 50% de gente sin obra social y un 50% de pacientes con obra social. Pasó después de las cuestiones arancelarias. Las clínicas o los médicos cobran copago, y la persona que tiene 2, 3, 4 hijos no puede pagar copago, y la salud pública es para todos. Si bien está buenísimo porque es para todos, tampoco queremos dejar de captar a la gente que no tiene, y que cada vez tiene menos. Por eso hicimos la redistribución, formamos y capacitamos equipos para conseguir un objetivo. No es que el médico no sepa ser médico, pero hay una formación en atención primaria que implica otras cosas. La idea, la noción, el modelo es el del médico rural. Es volver a eso, porque nosotros necesitamos, primero, captar a la gente que se quedó sin obra social, y segundo, mejorar la calidad de atención, llegar al paciente antes que se enferme y que el paciente confíe en que el estado lo puede atender como lo haría un médico de cabecera en el ámbito privado”.
Para Martín resulta clave la accesibilidad al sistema sanitario. A la salud pública. Algo que entiende no se puede cortar nunca porque es rol del estado brindar las herramientas para que la gente tenga garantizado ese derecho. Sabe y explica que la Secretaría de Salud se vale de la articulación con otras secretarías del municipio como la de Políticas Sociales y la de Educación para garantizarle una atención cada vez más integral, con una presencia cada vez más fuerte que también va de la mano con el trabajo en conjunto con instituciones intermedias, como los centros vecinales.
En un contexto de alta cantidad de prestaciones, de recepción de pacientes que antes acudían al sector privado y con el objetivo de evitar la sobrecarga del segundo nivel del sistema de salud pública, la red de dispensarios se reestructura para seguir siendo para miles y empezar a ser para varios de miles más, un lugar de confianza en donde depositar la salud de la ciudad antes de que todo se complejice y no quede otra que derivar al paciente.