Medioambiente
Los árboles de San Francisco: una política de Estado

El municipio lleva adelante el censo arbóreo de la ciudad. Ya lleva relevado el 60% y trabaja en tareas de reforestación a partir de datos concretos. La importancia del vivero municipal y los objetivos para llevar adelante una iniciativa sin precedentes.
Por Manuel Ruiz | LVSJ
Este año, la Secretaría de Servicios Públicos de la Municipalidad de San Francisco lanzó el programa “San Francisco, más árboles más vida” que dentro de sus iniciativas contempla el censo arbóreo de nuestra ciudad. Una propuesta que busca desde el relevamiento de datos conocer con certeza el estado de las especies ya plantadas, pero sobre todo los espacios donde hace falta reforestar siguiendo una lógica de cuidado y correcto desarrollo del medio ambiente, pero también para sostener una realidad que es si se quiere estética, visual: San Francisco es una ciudad con muchos árboles.
Hasta ahora, el personal de la Secretaría lleva censado el 60% de la ciudad. De ese porcentaje, según los datos obtenidos, San Francisco tiene 12.063 árboles plantados, de los cuales 8.926 son adultos, 1933 son jóvenes y 1204 están considerados en riesgo. La carga de datos también reveló que dentro de ese 60% hay 1776 cazuelas vacías y disponibles para reforestar.
La trascendencia de tener un vivero municipal
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, el director Ggeneral de Servicios Públicos, Darío Muratore, que lleva adelante la iniciativa junto al secretario del área, Hobey Salvático, y al director de Sostenibilidad, Adrián Pagliano, explicó que la idea del programa “Más arboles más vida” nace gracias a la creación y puesta en funcionamiento del vivero municipal. “A principio de año empezamos a ver que teníamos el vivero municipal, que le estábamos poniendo mucha pila, que nos gustaba, que tenía un impacto importante en la parte medioambiental. Y lo que hicimos fue hacer un plan integral con respecto al tema de los árboles. Hicimos el programa 'San Francisco, más árboles más vida'. Y dentro de ese programa, una de las actividades principales es el censo arbóreo. Es decir, censar toda la ciudad para poder determinar cuántos árboles tenemos per cápita, qué tipo de árboles tenemos, si son jóvenes o adultos, cuántos árboles están en riesgo, y lo más importante: cuántas cazuelas vacías, cuántos espacios verdes sin árboles tenemos, como para poder empezar a trabajar con una política pública ambiental y tomar decisiones en base a información y no a lo que nos parece”.
“Hoy tenemos el 60% de la ciudad relevada, y un 40% de esos datos cargados. El proceso primero es ir a caminar los barrios, determinar in situ qué árboles hay, cuáles no, la edad, dónde faltan, y después geolocalizarlos. Ya tenemos geolocalizados dónde faltan árboles. Con dirección precisa entonces ya podemos tomar algunas decisiones aplicando una política pública para resolver la falta de árboles en la ciudad”, explicó.

Lo nativo
“El 100% de las plantas que producimos son plantas nativas”, sostuvo Muratore al respecto de la consulta con qué plantas completar el faltante de árboles que viene arrojado el relevamiento. “Hay plantas nativas que dentro de la ordenanza municipal, están permitidas para poner en vereda. Así que la intención que tenemos es poder trabajar con el vivero municipal para poder plantar estas plantas que nosotros creamos en las cazuelas vacías. La importación de especies se ha dado en todo el país. Después cuando vienen tormentas, cuando vienen distintas tipologías de clima que son típicos de nuestra ciudad, inherentes a nuestro sitio, uno se da cuenta que hay especies que no aguantan las tormentas, que no aguantan los suelos húmedos, que no aguantan la sequía a los niveles de agua que tenemos, o los fríos. Entonces, las plantas nativas están mucho más acostumbradas para poder nacer y vivir y perdurar más tiempo porque son para este suelo. Ahora bien, nosotros tenemos una cantidad de especies nativas que tienen que son propias de la provincia de Córdoba, pero también estamos muy cerca del Litoral, o sea que también tenemos que pensar en las nativas de Santa Fe".
"La idea es que las especies que uno siembra atiendan a una cuestión natural, que sea su lugar, que sea su espacio, para que pueda crecer con mayor fuerza, con mayor rigidez y que no cualquier viento las tumbe o que nos traigan problemas después, como pueden ser los eucaliptos, los pinos, las palmeras -siguió Muratore-. No quiere decir que las que están, estén mal, pero la nativa tiene más prevalencia de vida, más facilidad para crecer, para perdurar. La otra genera otros inconvenientes porque no son para nuestro suelo. Pero también crecen, también viven, también generan sombra, también consumen carbono. No es que vamos a sacar esas plantas que no son nativas. Y hay que dejar clara la diferencia de una especie importada a una especie invasiva. El siempre verde, por ejemplo, genera una invasión porque se autor reproduce mucho más rápido. Entonces, no le genera los hábitats adecuados a la flora local, mata a las otras especies, no permite el crecimiento del césped. Entonces, es una especie invasora a la cual tenemos que combatir y tenemos que tratar de evitarla. Pero un jacarandá, una palmera, un pino, no es que vaya a producir algo malo. Está ahí y quizás si hay lluvia, se va a secar y quizás si hay un viento fuerte se va a caer”.
Consultado por la recreación de cortinas forestales atendiendo a que los límites de la ciudad que antes se podían precisar por las hileras de eucaliptos, se han extendido producto del crecimiento del ejido urbano, el director de Servicios Públicos aseguró que "hay una realidad: las ciudades necesitan cortinas forestales para parar los vientos, pero se debe tocar esta situación y debemos hacer cortinas forestales con nativas. Entonces, primero la reforestación en la ciudad donde todos convivimos y después pensar si en la creación de las cortinas forestales, en los límites, en los nuevos límites de nuestra ciudad, pero ya con especies nativas”.

60%. Se lleva completado del censo arbóreo.
Por ejemplo, en barrio Iturraspe hay un total de 1340 árboles.
1197 son árboles adultos
103 son árboles jóvenes
40 árboles están en riesgo
161 cazuelas vacías para reforestar
Los mitos
En San Francisco hay dos mitos hasta ahora no chequeados con precisión y se aplican de acuerdo al ojo que mire. Para los locales, faltan árboles, muchos. Desde siempre. Para el que viene de afuera, es una ciudad llena de árboles. Una ciudad que es más linda porque tiene muchos árboles.
Para Muratore, el censo no viene a derribar ni confirmar alguna de esas percepciones sino a establecer certezas más allá de lo opinen los otros “La realidad es que San Francisco es una ciudad con muchos espacios verdes. Hay árboles, pero si hay espacios vacíos, es porque debería haber más. La cantidad no hace al concepto, sino que lo que tenemos que ver nosotros es qué espacios disponibles tenemos para poner árboles, porque generar árboles, como lo dice el programa, es más vida. No solamente sirven para bajar la huella de carbono, convertir el carbono en oxígeno, sino también manejar las temperaturas tanto en invierno como en verano, generar sentido de pertenencia con la ciudad, mejorar el turismo, mejorar la idea de la vida en comunidad y de la gente disfrutando estar en la calle. Nosotros vamos a tener una respuesta con información, a lo que antes era una hipótesis, una mirada del otro. Ahora vamos a poder decir, bueno, San Francisco tiene esta cantidad de árboles y comparada con otras ciudades del mundo, tiene muchos o tiene pocos”.
Plantar entre todos
Uno de las iniciativas que engloba el programa “Más árboles más vida” son las reforestaciones colaborativas donde el municipio invita a o responde el llamado de diferentes instituciones de la ciudad para reforestar un determinado espacio que precise de nuevas especies.
Ya se ha hecho, por ejemplo, en la “costanera norte” y en el Polideportivo Municipal, y según adelantó Muratore, están previstos en el corto plazo tres colaborativas más. “La idea es no hacerlo solos, sino con alguien para generar un sentido de pertenencia, querer al árbol, conocer el esfuerzo que se hace para tener estos árboles, para plantarlos y para que se los cuiden. Es una idea de comunidad, que intervenga no solamente la municipalidad, sino el vecino. Hace poco hicimos una reforestación con el club La Milka en donde pusimos 50 especies en el ingreso de barrio Procrear y ahora queremos hacer una reforestación colaborativa al final del barrio en unos canteros que vimos que había faltante. Así que vamos a trabajar seguramente en esta semana en este lugar. Tenemos que trabajar en una colaborativa con el centro vecinal de barrio Sarmiento en la Plaza Sarmiento, en donde las últimas tormentas han hecho caer muchos árboles. Así que la idea es ir a forestar este espacio verde. Tenemos planteado ir a trabajar colaborativamente también con Bomberos Voluntarios en todo el sector de la vía del ferrocarril cerca del cuartel de avenida Garibaldi. Ahí no hay árboles, así que vamos a hacer una forestación. Esas son las tres forestaciones que tenemos ya en carpeta como para para empezar a trabajar durante lo que queda de junio y el principio de julio”.
Los árboles se han transformado en una política de Estado para el gobierno municipal. Siempre motivos de campañas políticas, desde este año el municipio ha decidido afrontar las discusiones de siempre con una mirada más vinculada a la ciencia que a las habladurías para así cortar de raíz las especulaciones y plantar lo que haga falta plantar, en donde haga falta reforestar.
El bosque nutritivo, en marcha
Hace dos semanas, la Secretaría de Servicios Públicos invitó a los vecinos a acercar al corralón municipal plantines de plata que hayan germinado en sus hogares y que por cuestiones de espacio no puedan poner en suelo dentro de su domicilio. Ese fue el primer paso de otras de las iniciativas del programa “Más árboles más vida” que pretende generar bosques nutritivos para usufructo del Estado y los vecinos.
“La iniciativa es la creación de bosques nutritivos con paltas, cítricos y árboles vegetales. En esta primera etapa ya tenemos más de 18 paltas que nos acercaron los vecinos y tenemos que recibir unas 10 más esta semana. La idea es tenerlas al resguardo en nuestro vivero municipal y que el día de mañana estos bosques nutritivos estén al servicio del vecino, ya sea para nuestros merenderos, para nuestros comedores, como también quizás para para el vecino que lo desee”.