Los 40 años de la Escuela de Bellas Artes
Ha echado profundas raíces en nuestra sociedad. Ha sido la herramienta que hizo vibrar el alma de cientos de estudiantes y consiguió hacer visible su sensibilidad. Semejante tarea debe llenar de orgullo a la ciudad toda.
Un par de importantes actividades serán hoy el marco para el festejo central de los 40 años de la Escuela Superior de Bellas Artes, "Raúl G. Villafañe". En primer lugar, habrá un conversatorio titulado "De las primeras experiencias a los desafíos actuales", en el que participarán destacados artistas de la ciudad. Por la tarde, se llevará a cabo el acto central celebratorio de estas 4 décadas de trabajo fecundo que acercó las artes a toda la comunidad sanfrancisqueña.
Junto con su "hermano mayor", el Conservatorio Provincial de Música, que en 2023 cumple 55 años, la Escuela de Bellas Artes conforma un prestigioso polo de educación artística. Forma técnicos y docentes de un arte, pero también educa a personas de todas las edades en las distintas expresiones, contribuyendo a su formación integral. Les permite desarrollar capacidades que están unidas intrínsecamente a la naturaleza social del ser humano.
Las manifestaciones de una cultura tienen en el arte a una expresión elevada. Porque no se trata solo de expresar sentimientos y emociones para que otros, por medio de los sentidos, puedan también sentirlas. El arte es un medio que genera identidad, que permite afianzar perfiles vocacionales y comprender la diversidad. En este punto y en varios más que sería largo enumerar, la educación artística es insustituible, aunque todavía resuenen viejos preconceptos que no valoran el central aporte que realizan en la formación de una persona.
Por esta razón debe comprenderse definitivamente que "el artista es la mano que hace vibrar adecuadamente el alma humana", según sostuvo Vasili Kandinsky. Es que, siempre de acuerdo a este pintor y teórico ruso cuyas obras abstractas siguen siendo valoradas aún a más de medio siglo de su fallecimiento, "el arte actúa sobre la sensibilidad y, por lo tanto, solo puede actuar a través de la sensibilidad.
En este recorrido de 40 años, la Escuela de Bellas Artes ha contribuido de modo notable a la formación de docentes y técnicos en Diseño de Espacios, así como ha brindado educación artística a niños y jóvenes en variados talleres que permiten descubrir vocaciones y talentos, así como afianzar la socialización y la vinculación de los estudiantes con su comunidad. Ha sido la herramienta que hizo vibrar el alma de cientos de estudiantes y consiguió hacer visible su sensibilidad. Semejante tarea debe llenar de orgullo a la ciudad toda.
Porque es central remarcar que la Escuela Superior de Bellas Artes ha echado profundas raíces en nuestra sociedad. Lo que, a la vez, genera el compromiso de quienes tienen la responsabilidad de formar en el arte a nuestros niños y jóvenes para, como escribió el Dr. Raúl G. Villafañe en su inolvidable Charlas de Aldea, descubrir "cada día en su plácida expresión de bonanza, la exteriorización de un piadoso y emotivo estado espiritual".