Llegó de Venezuela y el arbitraje le devolvió la sonrisa perdida
Osver Martínez se convirtió junto a su familia en uno de los tantos inmigrantes venezolanos que llegaron a la Argentina entre 2016 y 2018. Vive en la ciudad de Córdoba hace dos años y es árbitro en la Liga Regional de fútbol San Francisco. Su país, su llegada a la Argentina y el cambio de vida.
Volver a sonreír, algo tan simple pero
bastante difícil para quienes pasan un momento complicado en la vida. Eso
buscaba Osver Luciano Planchart Martínez (30), un ciudadano venezolano que
migró a nuestro país en los últimos años. Uno de los 114.000 que, entre 2016 y 2018,
huyeron de la crisis sociopolítica y humanitaria que atraviesa ese país.
"A veces me pongo a llorar mucho. Me llegan a la mente todos los recuerdos de joven y se mezclan con la dureza de tener que dejar mi casa, mis amigos, parte de la familia, mi auto. Mi vida allí. Es muy complicado vivirlo", relató a LA VOZ DE SAN JUSTO, asegurando que en nuestro país volvió a sonreír y gracias a una de sus grandes pasiones: el fútbol.
Osver se desempeña actualmente como árbitro en la Liga Regional de fútbol San Francisco, aunque vive en la ciudad de Córdoba. En el país caribeño llegó a dirigir en segunda división.
Su arribo al país
Osver nació en Aragua, una población ubicada en la región central de Venezuela. Es el menor de cinco hermanos y llegó a la Argentina el 19 de abril de 2017, en un vuelo que tocó tierra en nuestro país a las 6.20. Desde entonces se radicó en Córdoba Capital, precisamente en Villa Santa Ana, donde lo esperaba Norberto, su hermano mayor quien por trabajo llegó a nuestra provincia y se casó con una cordobesa.
"El día que me despedí en el aeropuerto fue algo que jamás antes había imaginado en mi vida: dejar mi tierra por culpa de la ideología de los políticos. Sin embargo aquí estamos, con la cabeza en alto y para adelante, no queda otra pero con el favor de Dios todo va a estar bien", señaló.
"Mi hermano fue quien me trajo acá, leyó el panorama antes de que explotara todo y me dijo que aquí íbamos a estar bien y así fue. Aquí estoy como si estuviera en casa pero con el corazón partido pensando en mis amistades en Venezuela. Agradezco siempre a la Argentina por cómo me adoptó, como uno más de ustedes, en el arbitraje, en el trabajo, en las amistades", afirmó.
En la actualidad, Osver vive junto a su esposa. En la Docta, donde trabaja como vendedor de productos por catálogo, además se encuentran sus otros cuatro hermanos y sus padres, los últimos en llegar a nuestro país.
Osver Martínez, en plena acción de partido en el encuentro entre Cultural Arroyito y Pueblos Unidos de La Tordilla. (Gentileza: Rody Depetris).
Su mirada sobre Venezuela
"Lo que hoy se vive en Venezuela es algo traumático y triste. Me quedaron muchos amigos allá y me comentan lo que les cuesta conseguir comida, el desabastecimiento existente, que trabajan todo el mes y el sueldo a veces significa dos dólares", respondió Martínez al ser consultado sobre la situación en su país.
Remarcó que es "totalmente cierto todo lo que ustedes (por los argentinos) leen en los diarios. No me llega todavía a la cabeza que Venezuela siendo un país tan rico, no solo por sus minerales, el petróleo y el turismo sino por la calidad humana de su pueblo también, haya sido destruido poco a poco por el Gobierno".
Sostuvo que muchos venezolanos "tardan cuatro o cinco días para comprar un paquete de harina con el que nosotros hacemos las arepas, para comprar un kilo de arroz o fideos y por ahí, si les alcanza, un pollo, con el sueldo de un mes. Es lamentable todo lo que sucede allí. La medicina no se consigue y si se consigue es muy cara, hay gente que muere por cosas que no encuentra", siguió.
Una nueva vida y la pasión por arbitrar
En el año 2011, Osver decidió ser árbitro de fútbol, aun cuando en Venezuela el deporte más popular es el beisbol. En el 2016, antes de partir para nuestro país, ya dirigía en la segunda división.
Al llegar a la Argentina quiso seguir una de sus grandes pasiones: ser árbitro. Y comenzó a dirigir en las divisiones menores de la Liga Regional de San Francisco y la Reserva, mientras que ya fue juez asistente en primera. Su sueño, hacerlo en la Primera División del fútbol argentino.
A la hora de las comparaciones, Osver reconoce las "mañas" que acarrea el jugador argentino: "El fútbol venezolano es muy tranquilo, el argentino es muy pasional. Yo lo comparo con lo que siente el venezolano por el beisbol, lo lleva en la sangre, Me encanta el argentino, sueño con llegar a dirigir en Primera", señaló.
Días atrás fue unos de los referee en el choque entre los equipos de Cultural Arroyito y Pueblos Unidos de La Tordilla, por la Liga Regional, y fueron muchos los que detallaron su actitud pedagógica al momento de arbitrar, dialogando y explicando permanentemente a los niños las reglas del juego.
"Me encanta ver jugar a los niños y aconsejarlos. Todos fuimos chicos, ellos necesitan apoyo y no lo que les griten, trato de comentarles acerca de las reglas del juego, de ayudarlos a levantarse cuando se caen o se golpean", puntualizó.
Tras ello, repite lo que ya es una característica dentro de la charla: el agradecimiento. Esta vez los destinatarios son sus compañeros de arbitraje: "Me hacen reír, me tratan de maravilla cada viaje, en cada momento y con ello me hacen olvidar un poco todo lo que me sucedió y le sucede a los venezolanos"
Osver sueña y proyecta en la Argentina pero también sufre a la distancia por lo que sucede en su país. Allí quedaron amigos, de los que tiene noticias de manera esporádica. "Es lamentable tener que hablar con mis amigos y saber que algunos de ellos están caminando hacia la frontera con Ecuador, otros que están en Colombia y caminan enormes distancias para enviarles dinero a sus hijos o padres que están en Venezuela. Conocí a gente que era gorda y hoy está flaca porque comen una vez por día, si es que pueden".
Por último finalizó la charla confiando en que la situación, en algún momento, tendrá un punto final: "Ojalá que el gobierno recapacite y se acomode todo. Yo sé que mucha gente si se acomoda todo va a volver".
Osver Martínez, en plena acción de partido en el encuentro entre Cultural Arroyito y Pueblos Unidos de La Tordilla. (Gentileza: Rody Depetris).
Algunas cifras
Entre los años 2016 y 2018, en nuestro país se radicaron 114.557 venezolanos, un 17 % del total de inmigrantes ingresados durante ese período, según un informe de la Dirección Nacional de Migraciones.
El incremento anual es notable. En 2016, 12.859 venezolanos llegaron a nuestro país, en 2017 fueron 31.167 y en 2018, 70.531. El año pasado, de esa cifra total, 2.577 desembarcaron en la provincia de Córdoba.