Llaryora: “Empieza una nueva provincia”
El candidato de Hacemos Unidos por Córdoba tiene una ventaja de tres puntos en un escrutinio muy demorado.
Diciembre de 1999. El entonces intendente, Jorge Bucco, se aprestaba a dejar el sillón principal del Palacio Tampieri luego de tres períodos al frente de la municipalidad. En una entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO repasó lo que consideraba los logros de su gestión y también hizo alguna autocrítica sobre determinados hechos ocurridos en la docena de años que gobernó la ciudad.
Como generalmente ocurre luego de la charla estrictamente periodística, el diálogo "fuera de grabador" entre periodistas y entrevistados brinda siempre jugosos elementos que permiten contextualizar y comprender más cabalmente las afirmaciones expresadas en la entrevista. En ciertas oportunidades, se lanzan frases que adquieren completo significado mucho tiempo después. Fue así que Bucco y un estrecho colaborador de aquel tiempo se manifestaron convencidos de que su agrupación política volvería al gobierno municipal en algunos años de la mano de un joven que ya desandaba su primera década en la actividad política. "El Martín", dijeron sin ninguna duda.
Pasaron más de 20 años. Pero aquella premonición cobra una repercusión mayúscula que obliga a quebrantar el "off", más allá de cualquier prurito ético: el intrincado panorama que se produjo por los serios inconvenientes en el conteo de los votos en una elección muy reñida, solo permitió que "el Martín" afirmase, en la madrugada de hoy, que la tendencia en el escrutinio determinará que será el primer sanfrancisqueño que accede por elección popular al máximo cargo provincial.
El hijo mayor de María del Carmen Seijo y del dirigente sindical bancario Luis Alberto Llaryora, el ex alumno de la Rafael Núñez y del Ipem 50 "Emilio F. Olmos", nacido en San Francisco el 6 de octubre de 1972, protagonizó una elección infartante. Que debería anoche haber marcado el comienzo de una nueva etapa política en la provincia, no solo por el trasvasamiento generacional, sino también por el nuevo panorama político que se abre en nuestra provincia. "Solo agradecimiento a una generación que se retira", dijo Llaryora algo enigmático cuando bajó del escenario luego de hablar a los militantes en la madrugada del lunes. Minutos antes, en su discurso, había apuntado que "de hoy en más empieza una nueva era. Agradecemos por estos 24 años, pero empieza una nueva provincia. Que hará las reformas necesarias para mejorar".
Llaryora en el estrado
Luego de una jornada cargada de sobresaltos por las demoras en el escrutinio de una elección muy reñida y polarizada, Martín Llaryora se adjudicó la victoria pasada la 1.30 de la madrugada del lunes, aunque afirmó que "lamentablemente a esta altura en una provincia como la nuestra tendríamos que tener todos los resultados y no los tenemos".
No obstante, señaló que la tendencia no se modificará. "Tenemos 50 mil votos de diferencia, somos los más perjudicados. Pero todo el mundo tiene las actas y la tendencia es irreversible", palabras que denotan que se adjudicó la victoria pese a la demora en el conteo final de votos.
Llaryora dijo que le da "mucha pena también porque a esta altura en Córdoba con la tecnología que tenemos, en una provincia líder en startups, no tenemos los datos finales", en abierta crítica a la Justicia Electoral.
Dijo asimismo que "la elección en capital ha sido una elección maravillosa". Y agradeció a Daniel Passerini "el próximo intendente de Córdoba", según sus palabras.
"Quiero agradecer al pueblo de Córdoba. Especialmente a los que nos votaron, nos acompañaron y también a los que no nos votaron. Hemos vivido una jornada pacífica. Y, a esta altura, tendríamos que estar festejando como nos merecemos". Agregó que "hoy empieza una cuenta de cero. Tenemos que agradecer a los que forjaron este gen cordobés. Como José Manuel de la Sota y ni que hablar con quien también formó el gen cordobés y que trabaja cada día por una Córdoba mejor y que espero sea el próximo presidente de la Argentina, mi querido amigo Juan Schiaretti".
Ya en modo gobernador, Llaryora indicó que "a partir de diciembre vamos a trabajar para todos los cordobeses. Porque nosotros somos una nueva manera de hacer política. De hoy en más empieza una nueva era. Agradecemos por estos 24 años, pero empieza una nueva provincia. Que hará las reformas necesarias para mejorar. Porque nosotros entendemos que el signo de nuestro tiempo no es el odio, ni la grieta. No nos escucharon en la campaña agredir o insultar. El odio no ingresará en nuestra provincia, acá seguirá el diálogo, la paz y la esperanza".
En el mismo sentido, aseguro haber entendido el mensaje de las urnas: "Tenemos que seguir continuando con lo bueno que estamos haciendo. Pero somos una generación que se atreve a innovar para que Córdoba siga progresando. Nos vamos a abrir al diálogo con todos los sectores. Nuestra coalición no solo ganará la elección cuando se confirmen los resultados, sino que abriremos el gobierno al diálogo con los demás sectores. Buscaremos más consenso para que Córdoba siga creciendo. Que los intendentes cuenten con nosotros. Porque queremos el progreso de todos los vecinos, sin importar el partido político al que pertenezcan".
Insistió en el agradecimiento a su familia a los vecinos de Córdoba capital, recordó a su San Francisco natal y evocó la figura de su padre "que me hubiera gustado que esté acá". Y terminó pidiendo un aplauso para todos los candidatos a gobernador, al tiempo que se despidió con un "Viva Córdoba" que fue replicado por sus adherentes.
Así finalizó una polémica y extensa noche en la que el dirigente sanfrancisqueños, definido por varios de sus adherentes como un poco menos político que De la Sota y un poco menos administrador que Schiaretti, pero con dosis importantes de las virtudes de los dos dirigentes que lideraron la política cordobesa en las primeras dos décadas de este siglo, está a punto de enfrentar a partir del 10 de diciembre un desafío mayúsculo. No solo el de gobernar la segunda provincia del país, sino el de liderar procesos políticos desde el interior. Se hablará entonces de gestión, de obra pública, de salud y de educación. Pero también de alineamientos, coaliciones y liderazgos. Conociendo que vive para la política, no cabe otra cosa que esperar que el sanfrancisqueño sea protagonista de estos procesos políticos.