Litio: una gran oportunidad
Como en tantos otros campos de la vida productiva de la Nación, allí está el litio para demostrar que siempre existen oportunidades para el desarrollo, el crecimiento y el progreso social. Es hora de comprender que se requieren de manera imperiosa grandes acuerdos que incluyan esa mirada hacia los años que vienen.
El informe "Litio en la Argentina" del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), publicado este año, afirma que el litio tiene varios usos y su demanda a nivel mundial no para de crecer. Ejemplifica que se emplea en la producción de baterías ion litio para teléfonos celulares, computadoras portátiles y, más incipientemente, vehículos eléctricos e híbridos.
El estudio señala que las reservas de litio en la Argentina representan un 13% de las reservas mundiales; mientras que la producción local del mineral es de 30.400 toneladas al año, lo que convierte a nuestro país en el tercer mayor productor de litio en el mundo. El país ocupa el cuarto lugar a nivel mundial en reservas de mineral, que se distribuyen en varios salares de la región de la Puna en el noroeste del país.
Este informe destaca también que las exportaciones de litio en 2017 llegaron a los 224 millones de dólares, un porcentaje menor dentro de las más de 58.000 millones de dólares que exportó el país en ese año. Sin embargo, para 2022, las exportaciones argentinas de litio pueden aumentar considerablemente hasta alcanzar US$ 1.120 millones, de acuerdo con estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, que previó que la producción pase de 40.000 toneladas LCE (carbonato de litio equivalente) a 129.000 toneladas LCE, lo que significará un incremento de 346,22% en el transcurso de poco más de dos años.
La descripción de la realidad del litio en la Argentina evidencia que se está frente a una gran oportunidad de crecimiento de provincias postergadas como las del noroeste. Porque existen reservas muy importantes de este requerido mineral. Y porque la industria que las necesita es la que mayor crecimiento ha tenido en este tiempo en el que el mundo se ha visto estremecido por la impresionante revolución de la tecnología.
En el mismo sentido se pronuncia el BID en su informe: "Los proyectos de litio pueden representar un aporte relevante para las provincias que albergan los recursos que suelen ser, además, relegadas en términos de desarrollo, en especial en las zonas donde se encuentran los salares". Es que, de acuerdo a todos los estudios realizados sobre el tema, la zona de Argentina, Bolivia y Chile contiene recursos de litio equivalentes al petróleo existente en Arabia Saudita y es considerado un «recurso estratégico» por su proyección a futuro debido a que el litio es un insumo imprescindible para la alimentación de energía en los electrónicos más avanzados.
Vivimos en un país en el que son entelequias las proyecciones en el mediano o largo plazo, en el que las urgencias del presente son enormes y en el que escasean -o directamente no existen- los dirigentes con visión de estadista que se anticipan al futuro. Sin embargo, como en tantos otros campos de la vida productiva de la Nación, allí está litio para demostrar que siempre existen oportunidades para el desarrollo, el crecimiento y el progreso social. Es hora de comprender que se requieren de manera imperiosa grandes acuerdos que incluyan esa mirada hacia los años que vienen.