Leo necesita más de 1 millón para no quedar ciego y recibió un aluvión de ayuda
Cientos de almas solidarias –muchas anónimas- colaboraron para que en tiempo récord la familia Albornoz lograra reunir casi la totalidad del dinero que necesita para operar a su hijo que padece una grave enfermedad en los ojos. Están asombrados y conmovidos por tanta empatía.
Tras darse a conocer el caso de Leandro Albornoz, el adolescente de 14 años de nuestra ciudad que sufre una grave enfermedad en los ojos que podría dejarlo ciego si rápido no es intervenido quirúrgicamente, los ofrecimientos de ayuda se multiplicaron en cuestión de horas por toda la ciudad, y más allá también.
Sin duda, la empatía -un sentimiento clave en estos tiempos- es la gran protagonista de esta historia.
Mientras continúa la campaña solidaria para ayudar a su familia a costear la costosa cirugía que frene el queratocono nivel 4, esa agresiva enfermedad que le diagnosticaron hace poco tiempo, Leo confiesa que lo primero que quiere hacer cuando salga del quirófano es "agradecer a tanta gente que puso su granito de arena" para que vuelva a tener una vida normal y recuperar la visión que en pocos meses perdió; del ojo derecho, en un 30 por ciento.
Quiere hacer eso antes que nada, incluso antes de volver a aquello que más extraña: la cancha del barrio. Agradecerle a cada uno por colaborar para llegar al 1.200.000 de pesos que necesita para operarse en la clínica de Ojos Maldonado Bas en Córdoba y por ayudarlo a avanzar en su deseo ser un futbolista profesional y llegar a Primera; para él, el fútbol más que una pasión es un sueño.
Al reto de enfrentar esa nueva realidad se les sumó la preocupación por conseguir el dinero para la operación. Cuando el oftalmólogo les explicó que a causa de la alteración en la estructura de la córnea que distorsiona su visión puede perderla totalmente en el corto plazo sino es operado, los Albornoz sintieron que todo su mundo se desmoronaba. "Fue un golpe fuerte, pero enseguida la explicación de los médicos nos devolvió cierta tranquilidad y nos dio esperanza en medio de esa impotencia que genera la noticia", contó Marcela, mamá de Leo.
Infinitas gracias
El único ingreso fijo con el que hoy cuenta la familia es el de papá Sergio, que es albañil, por cuanto en estos momentos carecen de los recursos para afrontar una intervención tan costosa y deben recurrir al apoyo económico de aquellos que puedan contribuir. La respuesta superó toda expectativa y están muy cerca de reunir la totalidad del dinero.
Fueron muchos los protagonistas de esta movida solidaria. "Estamos sorprendidos por toda la gente que nos ayudó, muchos que ni siquiera nos conocían y se solidarizaron con Leo. Es impagable tanta gratitud", agrega la mujer.
Completan esa larga lista de agradecimientos las escuelas Mitre, Proa y Nº 1199 de Frontera; las "seños" Marina y Yani; los clubes River y Deportivo Sebastián; las guarderías municipales Manuel Belgrano y de barrio La Milka; vecinos de San Francisco y Frontera, de la región, desde Villa María y hasta provincias como Tucumán y Buenos Aires; la UOM; el Suoem; el doctor Fernando Giacomino de Salud municipal; el intendente Damián Bernarte y por supuesto, la familia.
La enfermedad y la cirugía
El problema de Leandro no es hereditario pero sí puede ser crónico. Ninguno de sus tres hermanos Thiago (12), Lionar (9) y Lionel (3) tiene esta alteración de la córnea que padece una de cada 1.800 personas, principalmente jóvenes.
Esta patología ocular produce un adelgazamiento del espesor corneal y modifica su curvatura por, en vez de esférica, una cónica. Con la cirugía se consigue reducir las aberraciones producidas por el queratocono y regularizar la superficie corneal
En el caso de Leandro, fue avanzando cada vez más hasta que en noviembre pasado tuvo que dejar de jugar de 6 (defensor) en el equipo de fútbol del Club La Milka o dejar de andar en bicicleta. "Desde hace unos dos meses, empecé a ver cada vez menos, siendo el derecho el ojo más complicado. Necesito operarme urgente", le dice el joven a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Leo asiste a la escuela del Programa Avanzado de Educación Secundaria (Proa) en la especialidad Software, donde los últimos días de clases presenciales se tornaron más dificultosos por su enfermedad: "Aunque esté al frente del pizarrón, me cuesta mucho ver las palabras, frente a la computadora me pasa lo mismo". También le cuesta salir al sol y mantener los ojos abiertos.
Evitar el trasplante
"Desde que supimos de la enfermedad de Leandro, conocimos otros casos similares a los de él. Como el de un papá que nos contó que su hijo también sufría queratocono y si bien no lograron detener la enfermedad, hoy, a los 41 años se someterá a un trasplante de córneas", indicó Sergio.
Aunque el trasplante es una posibilidad a futuro para Leo, su familia tiene la esperanza que la cura llegue antes. "Tenemos fe que siempre se cuiden sus corneas, mientras tanto, somos conscientes que el trasplante puede ser una posibilidad. El tema de la donación de órganos cobra otro sentido cuando te toca de cerca, entendés mucho más la importancia que tiene la donación voluntaria", afirma.
"Cuando te enfrentás a situaciones como esta, pensás lo importante que es la donación voluntaria de órganos. Con este acto, de alguna manera otra persona sigue viendo en otra", acota.
La operación que le espera a Leandro "básicamente, se trata de un estiramiento de córneas" y aunque "no es garantía que vuelva a ver de forma normal, urge operarlo porque sus córneas están débiles y en riesgo", explica el hombre.
Una mirada desde la
esperanza
Siempre hay algo bueno detrás de todo lo malo, se suele decir. Siembre hay otra perspectiva de la enfermedad. "Esto nos hizo ver la vida de otra manera. A todos nos puede tocar y creo que eso es precisamente lo que siente alguien que ayuda a otros que a veces ni conoce, movilizado por la empatía; que se pone en el lugar del otro. Un vecino hasta nos donó dólares", expresa Marcela, que no deja de sorprenderse y agradecer.
Su caso es una cadena de solidaridad que no se corta. La ayuda se multiplica. Parte de todo lo que recibieron a través de la venta de pollos y pastas y la donación de dinero, lo brindarán a un niño de dos años que transita una grave enfermedad y su familia no está en condiciones económicas de acceder al tratamiento urgente que necesita.
Cómo seguir ayudando
Este fin de semana se llevará a cabo una venta de pollos y pastas a 700 pesos. Quienes deseen colaborar, pueden comunicarse a los teléfonos 3564 585499 o 3564 226742 o acercarse al domicilio de calle Drago 1350. También se reciben donaciones a la cuenta bancaria cuyo CBU es 0200441311000001696280.